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OPINIÓN - MARTES, 22 DE MAYO DE 2007

 
OPINIÓN / POSICIÓN A

El examen de Palomo

Por Antonio Gómez


Escribía el periodista sevillano, colaborador de La Razón, el siguiente análisis de la situación por la que atraviesa la Campaña electoral de Ceuta desde su sección llamada ‘El sismógrafo’: “La Agrupación del PSOE de Ceuta es una de las que entrará en crisis el día después del 27 de mayo. De confirmarse las expectativas que ofrecen las encuestas a la candidata Antonia Palomo, una nueva mayoría de Juan Vivas y el PP, el PSOE habrá confirmado que el problema radica en el liderazgo de la propia Palomo.

Además de ser la secretaria general del PSOE en Ceuta, Toñi Palomo es la segunda vez que se presenta a la presidencia de la Ciudad Autónoma. (Biografía política muy similar a la de Marisa Bustinduy en Málaga).

En 2003 Palomo y el PSOE obtuvieron algo más de 2.900 votos, con solo dos escaños en la Asamblea frente a los 19 del PP con más de 20.000 votos. Sin embargo, el PSOE en Ceuta obtuvo en las generales más de 12.000 apoyos en las urnas. Ciertamente, todo parece un problema de liderazgo local en el PSOE de Ceuta”, concluía el periodista.

Son sólo dos párrafos, cargados de datos, que no necesitan casi explicación para entender que algo ocurre en la formación que se asienta en la sede de Daóiz. Es claro pues que en Ceuta sí hay una masa considerable de votantes de izquierdas que prefieren indiscutiblemente al PSOE en las nacionales y que rechazan el apoyo a la líder local. Cierto es que en las municipales-autonómicas la margen izquierda de la opción política se encuentra bien dividida y el PSOE no ha sabido aglutinar el poso de votantes ceutíes que dejó el GIL después de su salida, por la puerta de atrás, de la Asamblea de Ceuta pese a que destacadas figuras socialistas (Rosales, Torres, Bermúdez…) habían tenido históricamente el carné del puño y la rosa en sus carteras.

Palomo se encuentra en la tesitura, por segunda vez, de mostrar su capacidad o no, para llegar a la ciudadanía y regalar al PSOE datos numéricos electorales acordes a lo que se espera habiendo contado –nada menos- con el respaldo institucional desde Madrid; con un gobierno estatal en poder de los socialistas.

Muy federal, muy autónomo, muy independiente… pero de no conseguir, cuanto menos, doblar el número de representantes actuales en la Asamblea dando continuidad así a su actual condición de tercera fuerza política en la Ciudad Autónoma de Ceuta, la crisis llamará a la puerta de la sede del PSOE ceutí y los desencantados actuales de la gestión de Palomo se habrán cargado de razones para –contrariados- ejercer la libertad del desacuerdo y de la exigencia de responsabilidades.

El que, tras el 27, persista el hecho de ser la tercera fuerza política de Ceuta, significará que la historia pasa factura -mala jugada del destino- por las alegres nacionalidades otorgadas a finales de los años 80, uno de los motivos –entre otros- por lo que el PSOE ceutí se rompió en mil pedazos en aquella época.

Aróstegui con su PSPC y Fráiz con su PFC fueron claras muestras de la división socialista que aún hoy perdura y que algunos con sus actitudes, desde dentro, cultivan.
 

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