Escribía el periodista sevillano, colaborador de La Razón,
el siguiente análisis de la situación por la que atraviesa
la Campaña electoral de Ceuta desde su sección llamada ‘El
sismógrafo’: “La Agrupación del PSOE de Ceuta es una de las
que entrará en crisis el día después del 27 de mayo. De
confirmarse las expectativas que ofrecen las encuestas a la
candidata Antonia Palomo, una nueva mayoría de Juan Vivas y
el PP, el PSOE habrá confirmado que el problema radica en el
liderazgo de la propia Palomo.
Además de ser la secretaria general del PSOE en Ceuta, Toñi
Palomo es la segunda vez que se presenta a la presidencia de
la Ciudad Autónoma. (Biografía política muy similar a la de
Marisa Bustinduy en Málaga).
En 2003 Palomo y el PSOE obtuvieron algo más de 2.900 votos,
con solo dos escaños en la Asamblea frente a los 19 del PP
con más de 20.000 votos. Sin embargo, el PSOE en Ceuta
obtuvo en las generales más de 12.000 apoyos en las urnas.
Ciertamente, todo parece un problema de liderazgo local en
el PSOE de Ceuta”, concluía el periodista.
Son sólo dos párrafos, cargados de datos, que no necesitan
casi explicación para entender que algo ocurre en la
formación que se asienta en la sede de Daóiz. Es claro pues
que en Ceuta sí hay una masa considerable de votantes de
izquierdas que prefieren indiscutiblemente al PSOE en las
nacionales y que rechazan el apoyo a la líder local. Cierto
es que en las municipales-autonómicas la margen izquierda de
la opción política se encuentra bien dividida y el PSOE no
ha sabido aglutinar el poso de votantes ceutíes que dejó el
GIL después de su salida, por la puerta de atrás, de la
Asamblea de Ceuta pese a que destacadas figuras socialistas
(Rosales, Torres, Bermúdez…) habían tenido históricamente el
carné del puño y la rosa en sus carteras.
Palomo se encuentra en la tesitura, por segunda vez, de
mostrar su capacidad o no, para llegar a la ciudadanía y
regalar al PSOE datos numéricos electorales acordes a lo que
se espera habiendo contado –nada menos- con el respaldo
institucional desde Madrid; con un gobierno estatal en poder
de los socialistas.
Muy federal, muy autónomo, muy independiente… pero de no
conseguir, cuanto menos, doblar el número de representantes
actuales en la Asamblea dando continuidad así a su actual
condición de tercera fuerza política en la Ciudad Autónoma
de Ceuta, la crisis llamará a la puerta de la sede del PSOE
ceutí y los desencantados actuales de la gestión de Palomo
se habrán cargado de razones para –contrariados- ejercer la
libertad del desacuerdo y de la exigencia de
responsabilidades.
El que, tras el 27, persista el hecho de ser la tercera
fuerza política de Ceuta, significará que la historia pasa
factura -mala jugada del destino- por las alegres
nacionalidades otorgadas a finales de los años 80, uno de
los motivos –entre otros- por lo que el PSOE ceutí se rompió
en mil pedazos en aquella época.
Aróstegui con su PSPC y Fráiz con su PFC fueron claras
muestras de la división socialista que aún hoy perdura y que
algunos con sus actitudes, desde dentro, cultivan.
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