Pregunta: Estas serán las séptimas elecciones en las que
los ceutíes se encontrarán el nombre de Juan Luis Aróstegui
entre las opciones a elegir para designar al próximo
presidente de la Ciudad. ¿De dónde saca la ilusión para
seguir en la refriega política?
Respuesta: La ilusión sale de mantener intactas las
convicciones. En lo que respecta a nuestra ciudad y a sus
problemas han cambiado muy pocas cosas y en nuestra forma de
pensar tampoco ha habido variaciones. Pienso que el PSPC
sigue siendo un partido que propone cosas interesantes para
Ceuta y nuestra obligación es seguir defendiéndolas
P: O sea, que para usted los problemas de Ceuta siguen
siendo los mismos que cuando empezó en política
R: Los problemas que dan carta de naturaleza a nuestra
propuesta política siguen ahí.
P: Desde fuera el PSPC, su dirección y su militancia,
parecen más que un partido político. ¿Su partido es como una
gran familia, con sus virtudes y sus defectos?
R: Es una crítica interesada que recibimos frecuentemente,
sobre todo del PSOE. Cuando en 1985 constituimos el PSPC el
PSOE nos dijo algo así como ‘bueno, iros que en 6 meses
estaréis aquí otra vez’. Desde entonces cada semestre se ven
obligamos a renovar esa profecía y llevamos ya más de 20
años yéndonos del PSPC. La militancia política no es fácil,
ni en el PSPC ni en ningún otro partido de España, y en
Ceuta mucho más. Si además hablamos de un partido que no
puede ofrecer recompensas tangibles o materiales, mucho más.
Hasta que Aznar ganó las generales el PP de Ceuta apenas
llegaba a 50 militantes; el PSOE no pasa de unas decenas,
muchas bastante mayores... En Ceuta no hay cultura política
y la que existe es clientelista: cuando alguien gana, crece
a costa de interesados.
P: ¿Presume, entonces, de militancia comprometida?
R: Tenemos casi 200 militantes activos que pagan su cuota,
un caso político casi único, que siguen con cierta
continuidad nuestros actos y que participan.
Comparativamente estamos situados y consolidados.
P: Y a pesar de llevar dos legislaturas fuera de la
Asamblea siguen teniendo voz pública, se les presta
atención, se les critica... ¿Eso cómo se consigue?
R: Creo que somos una conciencia crítica, sobre todo ante
los grandes partidos, que no ha permitido que engañasen a la
ciudadanía con la libertad que ellos quisieran. Eso siempre
molesta.
“Acomodada no, reflexiva”
P: ¿Acepta la etiqueta de ser la ‘izquierda acomodada’ de
Ceuta?
R: Puedo aceptarlo como expresión para entendernos, pero yo
le llamo ‘izquierda reflexiva’. Es cierto que el voto del
PSPC está compuesto en un alto porcentaje por personas que
quieren reflexionar sobre la ciudad, sobre el futuro, sobre
política, sobre propuestas más allá de lo inmediato. Eso es
así y puede parecer contradictorio con una ideología de
izquierdas. Yo creo que efectivamente es una contradicción,
pero la política en Ceuta está desfigurada por este fenómeno
que a todos nos ocupa de cómo digerir la obligada política
de integración
P: Ustedes tampoco se han esforzado en subrayar si llevan
o no llevan musulmanes, judíos o hindúes en la candidatura
R: La evolución demográfica de la comunidad musulmana ha
incrementado su presencia cuantitativa en la ciudad, pero
esto no se ha visto acompañado de una política de
transformación de la ciudad acorde con ese fenómeno. Ese
miedo o, para ser más exactos, inquietud, sobre lo que va a
pasar o no hace que se radicalicen los planteamientos
políticos y primen los sentimientos sobre las ideas. En su
momento el GIL y ahora el PP polarizaron con los dos ‘giles
de la política ceutí, Jesús Gil y el Pere-gil, esa
incertidumbre políticamente alrededor de un ‘polo del miedo’
como yo lo defino desde un punto de vista político.
P: ¿Y eso distorsiona la relación clase social-voto
tradicional en Ceuta?
R: Por supuesto, porque el ‘polo del miedo’ encuentra más
eco en los sectores menos favorecidos, que son los que más
miedo tienen. Es un fenómeno que se parece al que genera la
inmigración en otras partes de España: donde la izquierda
gobierna es donde más rechazo existe a la inmigración,
precisamente porque es a la clase trabajadora a la que más
le afecta ese fenómeno o la que tiene menos medios para
combatirlo. Resumo: esa es la razón por la que el PSPC, un
partido que con sus propuestas y su programa atiende de
forma específica a los colectivos más necesitados nuestro
voto procede fundamentalmente de personas que piensan,
reflexionan y se preocupan por la ciudad.
P: ¿No se siente a veces en un papel como en el que en su
momento se le atribuyó a Anguita en IU, más crítico con la
izquierda que con la derecha?
R: No. Eso no es exactamente así. Desde una perspectiva de
izquierdas a la derecha se le puede pedir poco. A mí no me
sorprende que se olvide del problema de la vivienda o del
empleo porque forma parte de su ideario, es natural y se
acepta como tal. A mí me parece especialmente grave que
enarbolando la bandera de la izquierda se apliquen políticas
de derechas. Al PSOE le tenemos que exigir un
comportamiento, una actitud y un planteamiento acorde con la
ideología que dice tener. Cuando la traiciona abiertamente
nos vemos obligados a criticarlos todo lo duramente que sea
preciso.
P: ¿Esa división no contribuye a que sus posibilidades de
competir por el poder sean prácticamente nulas?
R: La izquierda no tiene ninguna posibilidad de competir por
el poder, pero ni siquiera de constituir un proyecto
político serio a medio plazo, y la responsabilidad es
exclusiva del PSOE. Me parece muy grave porque además lo
hacen por defender unos posicionamientos personales. Se lo
hemos recriminado desde hace mucho tiempo, pero siguen
pensando que la forma correcta de trabajar es la suya.
Nosotros no nos vamos a replantear nuestro discurso porque
se sienten molestos. La ecuación de que quien critica al
PSOE es del PP es un engaño a los ciudadanos, a los partidos
y a los medios de comunicación.
P: Exactamente, ¿usted qué piensa en el PSOE ceutí?
R: El PSOE de Ceuta es un partido calamitoso en todos los
sentidos, y esa es una opinión generalizada entre los
ciudadanos y entre los propios militantes del PSOE, porque
aceptan disciplinadamente algunas cosas, pero no las
comparten. Algún día, quizá después del 28 de mayo, caigan
en la cuenta de que es necesario replantear las cosas,
reconocer que en el PSPC también hay personas válidas y
entender que el PSOE en una ciudad con problemas tan
específicos como esta no pueden ser una simple franquicia
que repita como un papagallo sus postulados nacionales.
Entonces, con un proyecto propio, definido y consensuado con
las fuerza progresistas locales, a lo mejor podemos trabajar
juntos.
P: Recuperando el tema de la convivencia y la
integración. ¿Qué le parece la guerra PP-UDCE sobre quién
excluye a quién?
R: Es un escenario ideal para ambos, que obtienen rédito
político de él. El PP sabe que buena parte de sus votos
proceden del miedo a que los musulmanes lleguen a gobernar,
y por eso atizan ese fuego intencionadamente sembrando
abiertamente un veneno mortal para Ceuta tras el rostro
amable de Juan Vivas. Esa dinámica, obviamente, también
beneficia a la UDCE en tanto que aglutina a los votantes que
se ven agredidos por esa política. Es, sin ninguna duda, un
camino hacia la perdición. Yo creo que todo camino largo
comienza con un paso corto, pero ese paso corto habría que
darlo ya. Nosotros hemos propuesto, por ejemplo, constituir
un Observatorio de la Integración capaz de encontrar los
problemas existentes en el ámbito de la Educación y en
tantos otros desde una posición reflexiva.
P: Usted tuvo la oportunidad de dar un paso corto cuando
Ali le propuso formar una coalición multicultural con usted
como número 1. ¿Se ha arrepentido de declinar?
R: En absoluto. El PSPC ha huido siempre del oportunismo
electoral. A mí me parecía inaceptable políticamente forzar
a dos meses de las elecciones una coalición que no fuese el
resultado de un trabajo político conjunto. Nosotros hemos
estado dispuestos mucho tiempo a colaborar con la UDCE, con
el PSOE e incluso con el PP, porque yo sigo pendiente que en
Ceuta lo importante requiere el concurso de todos.
Prioridades programáticas
P: El PSPC presentó hace meses su programa electoral.
¿Cuánto tiempo cuesta hacer un programa?
R: Es un proceso. No es un catálogo de iniciativas, sino que
tiene que tener una fundamentación ideológica, una
priorización de los problemas, una estrategia para cada
sector... A partir de ahí, y con los años de bagaje que
acumula el PSPC, se tarda aproximadamente un año en encajar
todas las piezas en el documento final con las 180 medidas
concretas que contiene.
P: Habla de prioridades. Por el ruido que ha hecho, ¿su
propuesta de naviera municipal indica que el transporte es
su preocupación prioritaria en esta campaña?
R: La naviera municipal tiene una triple vertiente:
mejoraría notablemente la calidad de vida de todos los
ceutíes; desde el punto de vista económico podría suponer un
factor de reactivación; y sería un plus de autoestima para
los ceutíes. Esta ciudad está psicológicamente muy
castigada. Cada poco tiempo nos insultan, nos desprecian,
nos aíslan, y eso va creando un poso de subordinación que es
malo. Vamos a demostrar que con sus cuentas de resultados
las navieras no pueden someternos, que vamos a ganar la
partida.
P: De su propuesta ‘estrella’ no sólo se ha dicho que es
imposible, sino que es ilegal. ¿Cómo se defiende?
R: PP y PSOE se han quedado descuadrados con esta propuesta.
Saben no sólo que es legal, sino que es necesaria. Todo el
mundo habla de ello, pero como ellos pensaban que iba a
pasar desapercibido han reaccionado tarde, mal y, como
siempre, descalificando. Me hubiera gustado que dijeran que
es utópica, ilegal, irrealizable y que ellos tienen una
alternativa, pero no lo han hecho.
P: ¿El PSPC cree que es posible remediar el problema del
paro?
R: No remediar inmediatamente, pero sí reducir los índices
actuales. Las Administraciones tienen que favorecer a las
empresas locales y hay que controlar rigurosamente la mano
de obra clandestina ya. Con más paciencia se pueden y se
deben explotar las Reglas de Origen, la industria digital.
la industria relacionada con el mar... Podemos tener un
tejido industrial no exuberante, pero que sí cambie la
estructura económica ceutí como una locomotora de dinamismo.
P: ¿Y el turismo?
R: También, pero no haciendo la política cateta del concejal
de pueblo, como hasta ahora. Para tener una industria
turística hay que conocer, colaborar y dejarse asesorar por
los líderes del sector, y en España los tenemos y muy
buenos.
“No hacemos demagogia”
P: ¿Es más fácil hacer propuestas cuando uno sabe que no
va a llegar al Gobierno y tener que cumplirlas?
R: Eso no es del todo así. El PSPC planteó en 1994 construir
un centro de inmigrantes y el PP y el PSOE nos llamaron de
todo. Ahora no hacen más que presumir unos y otros del CETI
modélico como una prueba de su política solidaria. También
hablamos del salario social y ahora todas las regiones
españolas menos nosotros tienen un salario social muy bien
valorado para la cohesión social. Nosotros no hacemos
demagogia, porque seguramente si la hubiéramos hecho nos
iría mejor electoralmente. A nosotros se nos llegó a ofrecer
la Presidencia de la Ciudad, pero tenemos el orgullo de que
estamos aquí porque creemos en lo que hacemos. El programa
no tienen ni una sola propuesta que no sea posible, que no
sea viable y que no esté económicamente demostrada.
P: Explique la de los 360 euros de ayuda a la vivienda
para los matrimonios jóvenes durante 10 años
R: Eso se paga ahorrando costos en los 120 millones de
pesetas anuales que nos gastamos en bombillas de colores;
evitando gastar dinero en hacerse fotos en los palcos de
fútbol; en trescientos saludos en revistas...
P: No es demagógico criticar el ‘mileurismo’ y proponer
que se pague 600 euros mensuales a los diputados
R: Es cada uno cobra más de 1.500 euros sólo por ser
concejal, por ir una vez al mes allí y levantar la mano. A
mí eso me parece un atraco.
P: ¿No sería mejor tomar medidas para que tuvieran que
hacer algo más?
R: Ponerle jornada laboral a un concejal sería un poco
ridículo. El PP ha tenido 19 concejales durante cuatro años
y la gente sólo conoce a tres. Yo no digo que eso sea bueno,
malo o regular, sino que no está justificado, así que ¡menos
nóminas para los concejales y más vivienda para los
jóvenes!.
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