PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 20 DE MAYO DE 2007

 

OPINIÓN / EL OASIS

Venturoso
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Uno escribe de lo que ha vivido, de sus lecturas, y de lo que ha quedado de éstas cuando ya no se acuerda de casi nada. Antes lo fiaba todo a la memoria. Pero, no ha mucho, tomé la decisión de anotar en una libreta cuanto me parece interesante. Aunque confieso que sigo siendo un desastre a la hora de tomar apuntes. Lo primero es que me resulta casi imposible escribir a mano. Así, no es extraño que luego me cueste lo indecible descifrar lo escrito.

Es lo que me ocurre hoy, cuando hojeando la libreta me paro en una página donde descubro algo que me puede venir bien para hacerle el artículo a Juan Vivas. De quien llevo varios días sin decir ni pío. La nota reza así:

“Prefiero prosperidades y adversidades mezcladas. No querría que todas fuesen adversidades, pero tampoco prosperidades. Y si tuviera que optar entre uno de ambos extremos preferiría que todo me fuese áspero e infeliz antes que favorable en demasía; pues me parece que las desgracias necesitan consuelo; pero los venturosos, excesivamente, lo que necesitan es seso”.

Juan Vivas es un hombre venturoso. Y me atrevo a decirlo porque no hay persona capaz de no serlo cuando recibe diariamente el cariño de innumerables personas. Tendría que ser un témpano para mostrarse indiferente a tantas muestras de afecto de unos ciudadanos que lo distinguen con sus preferencias a cada paso.

Entre Juan Vivas y su pueblo existe un lazo sólido, venturoso y firme que resulta inexplicable para quienes nunca antes habían sido testigos de algo similar. Los hay, no pocos, que se vienen preguntando por las causas para que este hombre haya podido conquistar a sus paisanos con tanta rotundidad. ¿Dónde radica su encanto para llevar seis años gobernando sin apenas sufrir el menor desgaste?

Es, créanme, la comidilla de cualquier tertulia y tema de conversación entre los muchos que ya se vienen interesando por la exitosa carrera política de quien ha dicho que ésta empezó en Ceuta y acabará aquí.

A Juan Vivas se le nota mucho la dicha. Se le ve a la legua la felicidad que le produce el percibir el cariño de los suyos. Y ello le ha permitido ir ganando en confianza. Se ha dejado atrás cualquier complejo de los varios que todos los humanos solemos tener. Ha ganado en estima y pisa firme la calle con la idea de obtener otro triunfo resonante en las urnas. Un hecho que se hará realidad el próximo día 27.

Ahora bien, a un hombre que goza de tanta felicidad, a un político tan dichoso, le esperan cuatro años de gobierno donde va a estar necesitado de ese seso que se le recomienda a quienes parecen estar inmunizados contra las adversidades.

Porque en esta vida, quien gana siempre acostumbra, en un momento determinado, a mirar hacia abajo desde una altura que apenas ve a los demás. Y si nos ve es para cerciorarse de que es el más grande y dotado. Y es entonces, en el preciso instante que ello suceda, cuando alguien debe recordarle sus errores, sus miserias, sus carencias, y sobre todo ha de advertirle de cómo los pueblos se entregan en la misma medida que luego abominan de sus elegidos.

En este caso, y aunque nadie está a salvo de perder la chaveta por el vértigo que causa el mucho poder, el afortunado presidente cuenta con la ventaja de tener la cabeza bien amueblada. Sabe que que lo más vale en la vida son la fama y el nombre, y seguro que procurará mantenerlos limpios como el agua de un nevero.

Aun así, y en vista de que la tentación vive en el quinto, bien le vendría a Juan Vivas contar con asesores capaces de ayudarle a sobrellevar la carga de estar cuatro años más gobernando Ceuta. Su tierra. Una tierra cuyos ciudadanos creen en él a pie juntillas. Y por ello lo votan masivamente.

 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto