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ACTUALIDAD - DOMINGO, 20 DE MAYO DE 2007


jenaro García Arreciado. m.z.

 ENTREVISTA / JENARO GARCIA ARRECIADO
 

“El paro en Ceuta es el síntoma
de una enfermedad más grave”

Arreciado cree que “la falta de cualificación profesional” es el principal problema laboral de los ceutíes. “La convivencia diaria es ejemplar, pero no hay integración”
 

CEUTA
Gonzalo Testa
gonzalotesta@elpueblodeceuta.com

Hace exactamente un año, su antecesor en el cargo, Jerónimo Nieto, compareció ante los medios de comunicación para despedirse de la Delegación del Gobierno. Doce meses después, García Arreciado hace un balance a fondo de su etapa en la Plaza de los Reyes.

Pregunta: Un año después del cese de Jerónimo Nieto todavía no se ha dado una explicación sobre los por qués del mismo. ¿Puede arrojar luz sobre el asunto?

Respuesta: Como delegados somos cargos de designación directa del Gobierno. Igual que uno no pide explicaciones cuando le nombran tampoco las pide cuando le destituyen. Hay quien me ha intentado decir por qué sí o por qué no y con todos he hecho lo mismo: les he cortado en seco. Estoy seguro de que Jerónimo lo hizo lo mejor que pudo hasta que el Gobierno optó por su sustitución. Entra dentro de la normalidad, aunque comprendo el morbo que genera.

P: ¿Se siente bien acogido?


R: Muy bien en general, aunque hay dos niveles de análisis: en los ceutíes, una gente muy cálida y con un carácter muy parecido al de mi tierra, Andalucía, sólo he encontrado afecto, pero el comportamiento como ciudad de Ceuta es más complejo. Ceuta está cruzada horizontal y verticalmente por variables económicas, geográficas, culturales y sociológicas totalmente distintas a la península que la hacen no más difícil ni más agresiva, sino más compleja.

P: Para usted, al que le han llamado de todo desde que llegó, le habrá sonado un poco a ‘pueblo chico, infierno grande’ comparada con Madrid, donde trabajaba antes


R: Como decía antes, el funcionamiento de la vida y la sociedad en una ciudad como Ceuta, tan reducida y concentrada en sí misma, tiene factores extra de complejidad. Sobre lo que me han dicho debo decir que ha sido un solo ceutí [en referencia a Juan Luis Aróstegui]. Igual hay muchas personas que tienen esa misma impresión, pero los ataques son monopolares, pero tengo la sensación de que los ceutíes escuchan poco esos sermones, como demuestran los resultados electorales de los últimos años.

P: Esperaba reacciones de ese tipo cuando llegó aquí

R: Debo decir que sí me sorprendió la virulencia inicial, desde el mismo momento en el que me bajé del barco, pero no me afecta mucho porque en política si te afliges te aflojan, y si te aflojas te afligen. A mí esas cosas ni me aflojan ni me afligen.

P: Las tasas locales de desempleo siguen siendo, doce meses después de su llegada, desorbitadas si las comparamos con las de la península. Por su supuesta inoperancia al respecto han venido muchos de esos ataques


R: El desempleo en Ceuta es un problema importante, pero sobre todo es el síntoma de una enfermedad más grave: la de la falta de cualificación profesional de los ceutíes jóvenes y no tan jóvenes, sean de la religión que sean. Más de la mitad de los parados de esta ciudad no han superado la Primaria.

P: ¿Sigue pensando que hay indicios que invitan al optimismo?


R: La evolución del desempleo en el último año indica una levísima tendencia de mejoría que no es digna de tener en consideración. Los datos hay que desestacionalizarlos, pero nadie puede negar que hasta abril este año ha habido 1.200 contrataciones más que en 2006. En Ceuta hay más empleo y de más calidad, aunque resulte difícil entenderlo si no baja la tasa de desempleo porque no se absorbe a todos los demandantes de trabajo que se incorporan.

P: ¿Y qué piensa hacer para acabar con esa ‘enfermedad’?


R: El INEM, las escuelas de Formación Profesional... deben hacer un esfuerzo para que los jóvenes que ahora se están formando no tengan esa carencia. Además, en los Planes de Empleo hemos avanzado hacia un modelo con mayor contenido de formación profesional en el que queremos incidir en el futuro.

P: Hay quien dice que los Planes de Empleo, actualmente, sirven para casi nada


R: No son la solución del empleo en Ceuta, no nos engañemos, pero tienen la función de inyectar renta en Ceuta a través de esas mil personas que cobran un salario que después revierte en el consumo en la ciudad.

P: La UDCE ha denunciado que son un instrumento de clientelismo político. ¿Sabe que hay quien va ofreciendo los votos de los trabajadores de partido en partido como si les pertenecieran?


R: Si es así los ofrecerán por razones de proximidad ideológica, cultural, religiosa… Que los partidos se acerquen a los grupos de los Planes ofreciéndoles lo que consideren más conveniente me lo creo, pero la Delegación no ha hecho nada parecido. Es más, si tuviera conocimiento de ello tomaría muy serias medidas al respecto.

P: ¿Lo del acto del 1 de mayo fue, entonces, un desliz?


R: Fue un desliz. La propia directora de la Unidad de Promoción y Desarrollo [Milagros García] asumió toda la responsabilidad, aunque no fue ella la que envió la carta. De todo lo que he hablado sobre este asunto con ella y con el director del área de Trabajo, Javier Martínez, he concluido que se trató de una pequeña negligencia no malintencionada que corté tajantemente porque me pareció intolerable en la forma en que se hizo.

P: ¿Y lo de Forja XXI?


R: Se me hace muy difícil contestarle porque por CCOO tengo el afecto de todos los que hemos vivido y construido la Transición española. Lo de Forja XXI es una denuncia sin sentido porque una parte de los trabajadores del Plan de Empleo se asigna cada año a un gran número de entidades sin ánimo de lucro, e incluso alguna que sí lo tiene, dentro de una praxis política que no es ni mucho menos específica con esta fundación.

“Pocas vertientes de crecimiento”

P: ¿Dónde está, a su juicio, el futuro económico de esta ciudad?


R: Ceuta tiene pocas vertientes de crecimiento: no tiene suelo industrial ni para cultivos. Sus playas, espléndidas, urbanas y muy concurridas, tampoco permiten un turismo intensivo de sol y playa. ¿Qué queda? Recuperar la tradición de Ceuta como ciudad de compras. Esa es una imagen muy anclada en los españoles que si se consigue revitalizar conectará.

P: O sea, que no cree en el turismo como motor económico


El turismo en Ceuta es más que nada de aventura, de paso hacia Marruecos, pero sí creo que se podría anclar a esos viajeros durante un tiempo con agencias de viajes especializadas en una oferta de carácter medioambiental, cultural o histórico.

P: ¿Y la construcción?

R: Durante unos años tendremos en ella un pulmón que va a buen ritmo y que, por lo que veo alrededor, con los proyectos en curso generará actividad durante varios años.

P: ¿Y después? ¿Marruecos?


R: La solución a los problemas económicos de Ceuta está, como en cualquier otra parte, en un mix de medidas, y en ese mix falta el reconocimiento de la relación comercial con Marruecos. El día que eso se produzca Ceuta vivirá una transformación radical, pues tiene una situación privilegiada de paso casi obligado para mercancías y visitantes europeos hacia el Magreb. Por eso nos interesa tanto el norte de África, que Marruecos vaya bien, igualar en lo máximo posible las condiciones de vida a ambos lados de la frontera, porque cuando eso ocurra la historia enseña que la frontera del Tarajal tal como la conocemos actualmente dejará de tener sentido.

P: ¿Qué quiere decir con que la frontera dejará de tener sentido?


R: Es un proyecto a largo plazo, pero cuando lo veamos Ceuta se convertirá en un emporio de riqueza. No está sólo en nuestras manos, pero la única vía para propiciarlo es la emprendida por el Gobierno español socialista: más esfuerzo inversor, menos tensiones gratuitas, comprensión y ayuda porque mejorando Marruecos mejorará Ceuta.

P: ¿El Gobierno español ha solicitado formalmente el establecimiento de una aduana comercial o no? ¿En qué punto exacto se encuentra ese tema?


R: Yo no conozco los protocolos privados de las reuniones entre el Gobierno español y el marroquí, pero la de la aduana es desde hace años una reivindicación permanente ante las autoridades marroquíes, de imposible cumplimiento con los antecesores del actual Rey de Marruecos pero de más fácil entendimiento con la actual Administración, que con muchas dificultades está dando pruebas de que quiere modernizar el país y acercarlo a Europa.

P: Hace poco se publicó un libro en Francia donde se decía que Marruecos pretendía ahogar económicamente a Ceuta y Melilla


R: Para acercar países y territorios las relaciones comerciales son básicas, como demuestra el ejemplo de la Unión Europea. El empeño de Marruecos por integrarse lo más posible en el mundo occidental de la libertad y el bienestar resultaría incompatible con una cerrazón a la frontera comercial con Ceuta.

P: La Mesa por la Economía que, según CCOO, usted dinamitó proponía poner coto a la entrada de trabajadores marroquíes por esa frontera para reducir el desempleo. ¿Por qué rechazó esas propuestas?

R: Porque había medidas que creí leer en ese documento que, de haberlas aceptado, el juez habría dictado orden de prisión contra mí. El Gobierno ha puesto la condición de que quien entra a trabajar en Ceuta debe estar documentado y autorizado. Nada más. Estar de acuerdo con algo así sería como apoyar, hace 30 años, que no dejasen entrar españoles en Francia. La Inspección de Trabajo está volcada en el cumplimiento de la Ley y lo estaría más si tuviera más denuncias. A los empresarios y a los sindicatos les compete también denunciar las irregularidades que detecten. Yo les garantizo nuestra colaboración fulminante, pero el siglo XXI ya no es tiempo de aportar sólo las manos y el esfuerzo permanente. Ese tipo de peón ya no existe, pero a la Oficina de Empleo, desgraciadamente, aún acuden personas así.

P: ¿Usted aprecia indicios de riesgo de fractura social en la ciudad, como apuntan algunas voces regularmente?


R: Riesgo hay, porque en Ceuta la convivencia es realmente ejemplar, pero en el camino de la integración queda mucho por recorrer. Integración habrá cuando de mil médicos o arquitectos haya 600 cristianos y 400 musulmanes. O cuando establezcamos un calendario festivo que integre a todas las comunidades, cuando todos comamos en los mismos restaurantes... Queda mucho camino por recorrer, pero se parte de una base espléndida: la convivencia diaria es ejemplar. La integración no, ese es un problema de mayor calidad democrática que tiene como condición indispensable la plena aceptación de la identidad del otro sin reservas ni matices ninguno.

P: En principio a usted le queda otro año en el cargo. ¿Qué le gustaría ver realizado de aquí a entonces?


R: Mis objetivos y prioridades no son, como siempre digo, particulares. Habrá paso alternativo al Biutz, eso seguro, porque ya tiene el visto bueno de todo el mundo. Me gustaría ver, además, las obras de la nueva Comandancia de la Guardia Civil, que es un proyecto muy importante. También ver iniciadas las obras de la nueva prisión, que supondrá una inversión de más de 120 millones de euros. Encarrilar la aplicación de la Ley de Dependencia; iniciar las obras del nuevo Palacio de Justicia y el nuevo Instituto... Hay mucho trabajo por delante.
 

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