Hace exactamente un año, su antecesor en el cargo, Jerónimo
Nieto, compareció ante los medios de comunicación para
despedirse de la Delegación del Gobierno. Doce meses
después, García Arreciado hace un balance a fondo de su
etapa en la Plaza de los Reyes.
Pregunta: Un año después del cese de Jerónimo Nieto todavía
no se ha dado una explicación sobre los por qués del mismo.
¿Puede arrojar luz sobre el asunto?
Respuesta: Como delegados somos cargos de designación
directa del Gobierno. Igual que uno no pide explicaciones
cuando le nombran tampoco las pide cuando le destituyen. Hay
quien me ha intentado decir por qué sí o por qué no y con
todos he hecho lo mismo: les he cortado en seco. Estoy
seguro de que Jerónimo lo hizo lo mejor que pudo hasta que
el Gobierno optó por su sustitución. Entra dentro de la
normalidad, aunque comprendo el morbo que genera.
P: ¿Se siente bien acogido?
R: Muy bien en general, aunque hay dos niveles de análisis:
en los ceutíes, una gente muy cálida y con un carácter muy
parecido al de mi tierra, Andalucía, sólo he encontrado
afecto, pero el comportamiento como ciudad de Ceuta es más
complejo. Ceuta está cruzada horizontal y verticalmente por
variables económicas, geográficas, culturales y sociológicas
totalmente distintas a la península que la hacen no más
difícil ni más agresiva, sino más compleja.
P: Para usted, al que le han llamado de todo desde que
llegó, le habrá sonado un poco a ‘pueblo chico, infierno
grande’ comparada con Madrid, donde trabajaba antes
R: Como decía antes, el funcionamiento de la vida y la
sociedad en una ciudad como Ceuta, tan reducida y
concentrada en sí misma, tiene factores extra de
complejidad. Sobre lo que me han dicho debo decir que ha
sido un solo ceutí [en referencia a Juan Luis Aróstegui].
Igual hay muchas personas que tienen esa misma impresión,
pero los ataques son monopolares, pero tengo la sensación de
que los ceutíes escuchan poco esos sermones, como demuestran
los resultados electorales de los últimos años.
P: Esperaba reacciones de ese tipo cuando llegó aquí
R: Debo decir que sí me sorprendió la virulencia inicial,
desde el mismo momento en el que me bajé del barco, pero no
me afecta mucho porque en política si te afliges te aflojan,
y si te aflojas te afligen. A mí esas cosas ni me aflojan ni
me afligen.
P: Las tasas locales de desempleo siguen siendo, doce meses
después de su llegada, desorbitadas si las comparamos con
las de la península. Por su supuesta inoperancia al respecto
han venido muchos de esos ataques
R: El desempleo en Ceuta es un problema importante, pero
sobre todo es el síntoma de una enfermedad más grave: la de
la falta de cualificación profesional de los ceutíes jóvenes
y no tan jóvenes, sean de la religión que sean. Más de la
mitad de los parados de esta ciudad no han superado la
Primaria.
P: ¿Sigue pensando que hay indicios que invitan al
optimismo?
R: La evolución del desempleo en el último año indica una
levísima tendencia de mejoría que no es digna de tener en
consideración. Los datos hay que desestacionalizarlos, pero
nadie puede negar que hasta abril este año ha habido 1.200
contrataciones más que en 2006. En Ceuta hay más empleo y de
más calidad, aunque resulte difícil entenderlo si no baja la
tasa de desempleo porque no se absorbe a todos los
demandantes de trabajo que se incorporan.
P: ¿Y qué piensa hacer para acabar con esa ‘enfermedad’?
R: El INEM, las escuelas de Formación Profesional... deben
hacer un esfuerzo para que los jóvenes que ahora se están
formando no tengan esa carencia. Además, en los Planes de
Empleo hemos avanzado hacia un modelo con mayor contenido de
formación profesional en el que queremos incidir en el
futuro.
P: Hay quien dice que los Planes de Empleo, actualmente,
sirven para casi nada
R: No son la solución del empleo en Ceuta, no nos engañemos,
pero tienen la función de inyectar renta en Ceuta a través
de esas mil personas que cobran un salario que después
revierte en el consumo en la ciudad.
P: La UDCE ha denunciado que son un instrumento de
clientelismo político. ¿Sabe que hay quien va ofreciendo los
votos de los trabajadores de partido en partido como si les
pertenecieran?
R: Si es así los ofrecerán por razones de proximidad
ideológica, cultural, religiosa… Que los partidos se
acerquen a los grupos de los Planes ofreciéndoles lo que
consideren más conveniente me lo creo, pero la Delegación no
ha hecho nada parecido. Es más, si tuviera conocimiento de
ello tomaría muy serias medidas al respecto.
P: ¿Lo del acto del 1 de mayo fue, entonces, un desliz?
R: Fue un desliz. La propia directora de la Unidad de
Promoción y Desarrollo [Milagros García] asumió toda la
responsabilidad, aunque no fue ella la que envió la carta.
De todo lo que he hablado sobre este asunto con ella y con
el director del área de Trabajo, Javier Martínez, he
concluido que se trató de una pequeña negligencia no
malintencionada que corté tajantemente porque me pareció
intolerable en la forma en que se hizo.
P: ¿Y lo de Forja XXI?
R: Se me hace muy difícil contestarle porque por CCOO tengo
el afecto de todos los que hemos vivido y construido la
Transición española. Lo de Forja XXI es una denuncia sin
sentido porque una parte de los trabajadores del Plan de
Empleo se asigna cada año a un gran número de entidades sin
ánimo de lucro, e incluso alguna que sí lo tiene, dentro de
una praxis política que no es ni mucho menos específica con
esta fundación.
“Pocas vertientes de crecimiento”
P: ¿Dónde está, a su juicio, el futuro económico de esta
ciudad?
R: Ceuta tiene pocas vertientes de crecimiento: no tiene
suelo industrial ni para cultivos. Sus playas, espléndidas,
urbanas y muy concurridas, tampoco permiten un turismo
intensivo de sol y playa. ¿Qué queda? Recuperar la tradición
de Ceuta como ciudad de compras. Esa es una imagen muy
anclada en los españoles que si se consigue revitalizar
conectará.
P: O sea, que no cree en el turismo como motor económico
El turismo en Ceuta es más que nada de aventura, de paso
hacia Marruecos, pero sí creo que se podría anclar a esos
viajeros durante un tiempo con agencias de viajes
especializadas en una oferta de carácter medioambiental,
cultural o histórico.
P: ¿Y la construcción?
R: Durante unos años tendremos en ella un pulmón que va a
buen ritmo y que, por lo que veo alrededor, con los
proyectos en curso generará actividad durante varios años.
P: ¿Y después? ¿Marruecos?
R: La solución a los problemas económicos de Ceuta está,
como en cualquier otra parte, en un mix de medidas, y en ese
mix falta el reconocimiento de la relación comercial con
Marruecos. El día que eso se produzca Ceuta vivirá una
transformación radical, pues tiene una situación
privilegiada de paso casi obligado para mercancías y
visitantes europeos hacia el Magreb. Por eso nos interesa
tanto el norte de África, que Marruecos vaya bien, igualar
en lo máximo posible las condiciones de vida a ambos lados
de la frontera, porque cuando eso ocurra la historia enseña
que la frontera del Tarajal tal como la conocemos
actualmente dejará de tener sentido.
P: ¿Qué quiere decir con que la frontera dejará de tener
sentido?
R: Es un proyecto a largo plazo, pero cuando lo veamos Ceuta
se convertirá en un emporio de riqueza. No está sólo en
nuestras manos, pero la única vía para propiciarlo es la
emprendida por el Gobierno español socialista: más esfuerzo
inversor, menos tensiones gratuitas, comprensión y ayuda
porque mejorando Marruecos mejorará Ceuta.
P: ¿El Gobierno español ha solicitado formalmente el
establecimiento de una aduana comercial o no? ¿En qué punto
exacto se encuentra ese tema?
R: Yo no conozco los protocolos privados de las reuniones
entre el Gobierno español y el marroquí, pero la de la
aduana es desde hace años una reivindicación permanente ante
las autoridades marroquíes, de imposible cumplimiento con
los antecesores del actual Rey de Marruecos pero de más
fácil entendimiento con la actual Administración, que con
muchas dificultades está dando pruebas de que quiere
modernizar el país y acercarlo a Europa.
P: Hace poco se publicó un libro en Francia donde se decía
que Marruecos pretendía ahogar económicamente a Ceuta y
Melilla
R: Para acercar países y territorios las relaciones
comerciales son básicas, como demuestra el ejemplo de la
Unión Europea. El empeño de Marruecos por integrarse lo más
posible en el mundo occidental de la libertad y el bienestar
resultaría incompatible con una cerrazón a la frontera
comercial con Ceuta.
P: La Mesa por la Economía que, según CCOO, usted dinamitó
proponía poner coto a la entrada de trabajadores marroquíes
por esa frontera para reducir el desempleo. ¿Por qué rechazó
esas propuestas?
R: Porque había medidas que creí leer en ese documento que,
de haberlas aceptado, el juez habría dictado orden de
prisión contra mí. El Gobierno ha puesto la condición de que
quien entra a trabajar en Ceuta debe estar documentado y
autorizado. Nada más. Estar de acuerdo con algo así sería
como apoyar, hace 30 años, que no dejasen entrar españoles
en Francia. La Inspección de Trabajo está volcada en el
cumplimiento de la Ley y lo estaría más si tuviera más
denuncias. A los empresarios y a los sindicatos les compete
también denunciar las irregularidades que detecten. Yo les
garantizo nuestra colaboración fulminante, pero el siglo XXI
ya no es tiempo de aportar sólo las manos y el esfuerzo
permanente. Ese tipo de peón ya no existe, pero a la Oficina
de Empleo, desgraciadamente, aún acuden personas así.
P: ¿Usted aprecia indicios de riesgo de fractura social en
la ciudad, como apuntan algunas voces regularmente?
R: Riesgo hay, porque en Ceuta la convivencia es realmente
ejemplar, pero en el camino de la integración queda mucho
por recorrer. Integración habrá cuando de mil médicos o
arquitectos haya 600 cristianos y 400 musulmanes. O cuando
establezcamos un calendario festivo que integre a todas las
comunidades, cuando todos comamos en los mismos
restaurantes... Queda mucho camino por recorrer, pero se
parte de una base espléndida: la convivencia diaria es
ejemplar. La integración no, ese es un problema de mayor
calidad democrática que tiene como condición indispensable
la plena aceptación de la identidad del otro sin reservas ni
matices ninguno.
P: En principio a usted le queda otro año en el cargo. ¿Qué
le gustaría ver realizado de aquí a entonces?
R: Mis objetivos y prioridades no son, como siempre digo,
particulares. Habrá paso alternativo al Biutz, eso seguro,
porque ya tiene el visto bueno de todo el mundo. Me gustaría
ver, además, las obras de la nueva Comandancia de la Guardia
Civil, que es un proyecto muy importante. También ver
iniciadas las obras de la nueva prisión, que supondrá una
inversión de más de 120 millones de euros. Encarrilar la
aplicación de la Ley de Dependencia; iniciar las obras del
nuevo Palacio de Justicia y el nuevo Instituto... Hay mucho
trabajo por delante.
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