Hace poco que se han llevado a cabo una serie de obras que
han convertido a la barriada de Independencia-Jáudenes en
una de las más cómodas y bien cuidadas de la ciudad de
Ceuta. Alfonso Conejo, el presidente de la asociación de
vecinos de la barriada se muestra claro en este sentido: “La
barriada hoy está bien, se han arreglado los problemas que
causaban las palmeras de la calle Independencia con la
colocación de arbolado y además nos han arreglado la playa”.
Esta barriada, ubicada en una zona de la ciudad que ha sido
testigo del paso de todas las civilizaciones que dieron
lugar a Ceuta, comprende las calles Independencia, Jáudenes,
alcalde Sánchez Prados y Paseo de las Palmeras. Como se ve,
la zona más antigua de Ceuta, pisada por Fenicios y Romanos
–de lo que quedan, como testigos mudos de aquel tiempo, los
restos de la Basílica tardorromana- y que hoy es el
principal escaparate de la nueva Ceuta que se ofrece,
moderna y a la vez tradicional, a los muchos turistas que
pasean por sus calles o se alojan en alguno de los lujosos
hoteles que se encuentran en ella.
Esta barriada es, pues, una zona turística de primera
magnitud en Ceuta, situada en pleno centro de la ciudad, y
con una envidiable actividad económica y comercial. Los
abundantes comercios de todo tipo le proporcionan un
continuo ajetreo de gente que pasa a diario por ella, de ahí
que el problema del que más se quejen los vecinos sea el
intenso tráfico que soporta, sobre todo en las horas punta
en las que la gente regresa de sus trabajos o hacia sus
casas en las áreas periféricas. Por lo que respecta a su
asociación de vecinos, es una de las más activas de Ceuta, y
recientemente se está implicando en profundidad en el
fomento de la participación ciudadana en las
administraciones mediante las asociaciones vecinales,
organización de conferencias y eventos de todo tipo, que
hagan de la participación de los vecinos en la vida de la
ciudad algo más visible de lo que es normalmente, cuando no
inexistente.
En cuanto a la vida diaria en esta barriada, podríamos
considerarla privilegiada con respecto a otras zonas. Su
céntrica situación la hace tener todo a mano y ser el
corazón de la vida urbana. El Mercado Central cumple a la
perfección con su abasto, y la multitud de puntos
comerciales y zonas de esparcimiento próximas hacen de esta
barriada un punto apacible pero, al mismo tiempo, bullicioso
en determinados momentos del día. Este hecho, lejos de
suponer un problema, a pesar de las lógicas molestias de
ruido, le dan mucha vida, y las mañanas son un ajetreado
continuum de voces y caras distintas que acuden a sus
quehaceres con caótica formalidad. En resumidas cuentas,
puede decirse que, en estas calles, late el corazón de la
ciudad al ritmo que marcan sus transeúntes más o menos
ocasionales.
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