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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 16 DE MAYO DE 2007

 

OPINIÓN / EL OASIS

Chaves en El Varadero
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

En la fiesta organizada por los directivos de La Peña del ladrillo, el domingo pasado, estuvo María Antonia Palomo. La cual sacó a relucir todos sus encantos para seducir al personal. Estuvo, como no podía ser de otra manera, en candidata rabiosa buscando el voto. Pues bien sabe ella que ha de trajinarse de lo lindo a la gente si quiere hacerle una higa a lo que dicen las encuestas.

Las encuestas, ciertamente, no le han sido nada favorables, hasta ahora; pero MAP está en la brecha de una campaña que terminará por agotarla. Ya que me han dicho que se está trabajando la calle sin tomarse el menor respiro. En realidad, la candidata socialista es mujer fuerte y tesonera, y si por ella fuese estaría haciéndose el artículo noche y día, a fin de obtener un número de diputados acorde con las siglas que representa. Pase lo que pase, lo digo de verdad, nadie podrá negarle el entusiasmo con que ha afrontado estas elecciones.

María Antonia, durante la fiesta de marras, me invitó al aperitivo que se serviría en El Varadero, con motivo de la llegada a Ceuta de Manolo Chaves: presidente de la Junta de Andalucía y también del Partido Socialista. Así que el lunes me presenté a la hora convenida en el sitio previsto. Poco antes de las tres de la tarde y con el sol apretando ya sin ningún tipo de consideración.

En la barra de El Varadero me topé con Gonzalo Sanz y Manuel Calleja; ambos candidatos socialistas y firmantes de artículos espaciados en periódicos. Nunca antes había tenido la ocasión de meterme en cháchara con ellos. Pero los dos, casi al unísono, decidieron abordarme y mantuve con ellos una agradable conversación mientras Manolo Chaves aparecía en escena.

Debo decir que nos cundieron los minutos de charla. Y fue así porque Gonzalo y Manuel dieron juego suficiente para que yo me sintiera a gusto desde que me cupo la suerte de coincidir con ellos. El hecho ya merecía haber estado allí.

Nacido en Ceuta, Manolo Chaves dejó muy claro, cuanto antes, que Andalucía es donde se ha formado en todos los aspectos y ha conseguido sus logros políticos. Para compensar esa declaración de principios, recordó a su madre y la petición de ésta acerca de que sus cenizas fueran esparcidas en esta tierra. Voluntad que se ha cumplido recientemente.

Destacó que su presencia en Ceuta era para respaldar a la candidata socialista. Y a partir de ahí, sus palabras fueron careciendo de emoción y se limitó a hacer esa faena de aliño que tantas veces hemos visto en sus toreros predilectos: Jesulín de Ubrique y Finito de Córdoba.

En un momento determinado de su discurso, carente de interés electoral, caí en la cuenta de que MCH es hipotenso y que esa bajada de tensión la acusa hasta bien entrada la tarde. Porque, de no haber sido así, habría sido imperdonable tanta carencia de pasión en lo que fue diciendo para salir del paso.

Algunos dirán que su discurso estuvo dirigido a los empresarios locales y sobre todo a hacer hincapié en que españoles y marroquíes están condenados a entenderse. Y, sobre todo, los ceutíes. Nada que no sepamos por estas tierras. Pidió el voto para el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con cierto desgaire, para, inmediatamente, curarse en salud: de votar los ceutíes a otra persona no habrá discriminación. Faltaría más, don Manuel.

En cuanto Chaves dijo amén, salí pitando de El Varadero sin ni siquiera haberme llevado a la boca un pincho de tortilla. Y, desde luego, con el firme propósito de no oírle otra vez en El Parador La Muralla. Por desilusión, claro es.

Ah, de los problemas de la candidata socialista, María Antonia Palomo, con la prensa, según he leído, escribiré. Y además lo haré en corto y por derecho.
 

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