Casi olvidados algunos exabruptos
políticos que, en puertas de la campaña, amenazaban
tempestad entre las candidaturas en liza durante los quince
días de recta final antes de las elecciones, las cuatro
jornadas que han transcurrido hasta la fecha han servido
para demostrar que los aspirantes a ocupar el Salón de
Plenos durante la próxima legislatura han encarado este
periodo de confrontación de propuestas con la mesura y
madurez exigibles.
Hasta la fecha, cada partido y cada candidato se ha dedicado
a exponer las líneas maestras de su programa sin caer en el
ataque personal o crispado que se hizo regla en anteriores
confrontaciones electorales. Incluso los líderes nacionales
que han visitado la ciudad autónoma se han mantenido en esa
misma regla. Así lo hizo Mariano Rajoy que, salvo el desliz
que pudo cometer al pedir el voto para el Partido Popular
antes de tiempo, hizo aportaciones valiosas y dejó patente
la apuesta de su formación por Ceuta esté o no en el
Gobierno central.
Ayer, Manuel Chaves, ceutí de nacimiento, puso también su
grano de arena para engrandecer el debate político electoral
local. El presidente de la Junta de Andalucía no sólo tuvo
la oportunidad de encontrarse y dialogar con representantes
de la sociedad civil ceutí, incluso con aquellos que no
comparten su color político, sino que además dejó en el aire
un pacto político con el PP que no estaría mal que los
Populares recogiesen para apartar a Ceuta y Melilla del
debate político partidista a nivel nacional “por el bien de
ambas ciudades y por el bien de España”.
Que en pleno periodo electoral los dos principales partidos
de implantación nacional sean capaces de ofrecerse
mutuamente posibilidades colaboración y de abrir vías de
colaboración institucional entre Administraciones en manos
de distintos partidos como la Junta y el PSOE es, sin duda,
un síntoma positivo, como también lo es que UDCE-IU reclame
“un pacto entre todos” para luchar contra el desempleo.
Estas posturas contribuyen a que los votantes emitan su voto
con mejor criterio.
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