El Juzgado Número Uno de lo Penal de Ceuta sentó ayer en el
banquillo de los acusados a M.D.B.P, una enfermera que
durante el año 1998 estuvo trabajando en el hospital del
INSALUD, ahora denominado INGESA, por un delito de lesiones.
Los hechos sucedieron en el mes de julio, cuando los padres
de la pequeña, S.M.A, de tan sólo seis meses de vida, fueron
al centro sanitario para realizarle una revisión rutinaria.
El médico que la observó le diagnóstico principio de
neumonía y el bebé fue ingresado inmediatamente. Al día
siguiente, cuando la pequeña fue reconocida por el
especialista le indicaron a los padres que el bebé no tenía
nada y que podía marcharse a casa, entonces pasó la
enfermera de turno, en este caso M.D.B.P, para retirar el
vendaje del suero y fue entonces cuando ocurrió el
accidente.
Tal y como comentó la acusada ante el Tribunal, ella notó
que el vendaje “parecía estar mal colocado”, pero que cortó
las vendas que cubrían toda la mano de la pequeña, con unas
“tijeras normales”. En esta intervención resultó seccionada
la primera falange del dedo pulgar de la mano derecha del
bebé.
La madre de la pequeña, H.A.L.M, expresó ante la jueza la
indignación que experimentó cuando tras ver lo ocurrido, “a
mi hija se la llevaron para el quirófano y no me dijeron
nada de lo que había pasado”.
A preguntas de la jueza, sobre la precaución que tenía que
haber tenido con el bebé a la hora de retirar las vendas y
de lo correcto de su procedimiento, la acusada comentó
“podría habérselas quitado desenrrollándolas, pero pensé que
acababa antes”.
La opinión de los forenses
El médico forense presentado por la defensa explicó ante el
Tribunal que el vendaje estaba mal colocado porque “siempre
hay que dejar libre el pulgar, si no se puede, entonces o
bien se separa el pulgar del resto de los dedos o bien se
dejan visibles las puntas de los dedos, para evitar
precisamente este tipo de accidentes al retirar el vendaje”
y matizó, “la amputación es un efecto del vendaje no de la
retirada”. Sin embargo, el forense presentado por el
Ministerio Fiscal, en su informe explicó que “ante los
hechos hubo falta de diligencia, ya que si se observa que el
vendaje está mal colocado había que extremar las
precauciones”, e insistió en que la amputación es una
excepción en este tipo de actuaciones “por lo que se podía
haber actuado de otra manera”.
La niña, que ahora tiene 9 años, presenta según el forense,
secuelas anatómicas, estéticas y funcionales lo que le
provocan un grado de minusvalía de un nueve por ciento.
El juicio tuvo que suspenderse a falta del testimonio de un
perito.
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