Hace algunos meses escribía sobre
las posibles soluciones que se pondrían dar, para acabar con
todos esos pandilleros juveniles venidos de Sudamérica,
Ñetas o King, que tanto daño están haciendo en nuestra
sociedad. Una de las soluciones que aportaba y que
implicaría a los padres, era que al detener por actos
delincuentes realizados no sólo es expulsaría, de España, a
estos delincuentes juveniles, sino a toda su familia , con
lo cual como decía la sabia de mí abuela “muerto el perro se
acabó la rabia”,
Sé que a muchos de esos tan “buenos”, que tanto quieren a
todos, la cosas no les va a gustar y hasta me pueden
criticar, aludiendo a la consabida frase: “qué culpa tienen
los padres de lo que hagan los hijos”. Pues miren ustedes,
señores “buenos”, sería una forma de implicar más a los
padres que, al parecer, poco implicados están en la cosa y
no cabe, duda alguna, que cuando le vieran las orejas el
lobo, tomarían esas medidas necesarias que hasta ahora no
han tomado.
Claro que esos tan “buenos” que me van a criticar, se deben
ir preparando para criticar al nuevo presidente de Francia,
Sarkosy que, al parecer, no me hagan mucho caso, es una de
las medidas que va a tomar para acabar con todos esos
pandilleros juveniles. De ser así, que duda cabe, que me
tendré que hablar con el presidente francés para que me
pague la idea porque, hoy día, una de las cosas que más se
pagan son las ideas. No me beso porque no me llego.
Soy de los convencidos, en más de una ocasión lo he escrito,
que hay que prestarles toda la ayuda que se pueda, a
aquellos que nos llegan de otros países dispuestos a
trabajar para buscarse un mejor nivel de vida para su
familia. He tenido contacto con muchos de ellos y son, en su
mayoría, gentes sencillas y trabajadoras, que sólo tienen
por objetivo buscar una vida mejor y salir de la miseria a
la que se encontraban sometidos en sus países. Gentes
acatando, en todo momento, nuestras leyes y nuestras
costumbres y, además, haciendo que sus hijos asistan a las
escuelas para que, un día, lleguen a ser y sentirse
españoles. A todos ellos a esos trabajadores de verdad,
chapó.
Sin embargo también soy de los convencidos que, por le bien
de todos incluidos los inmigrantes que vienen de verdad a
trabajar, hay que acabar con toda esa escoria que nos ha
llegado, principalmente de los países del este y de
Sudamérica no dispuesta a trabajar, sino a delinquir a veces
causando muertes por sólo un puñado de euros. Asaltos a
chales con muertes incluidas, secuestros Express, joyería
asaltadas por le sistema del coche contra las puertas de las
mismas y otras cosillas que nunca se habían visto, en
España, hasta la llegada de esa escoria con la que, insisto,
hay que acabar por el bien y la seguridad de todos.
El problema que se nos puede presentar es si, Sarkozy, pone
en práctica la idea de la expulsión de todo el clan familiar
cosa nada desdeñable y que puede pasar, a dónde creen
ustedes qué van a ir todos esos expulsados. No me contesten
ahora, háganlo después de la publicidad. Seguro que
aciertan, al cien por cien, cuál el destino de todos los que
larguen de Francia. O sea que va a pasar lo que decía mí
abuela: “No cabíamos en casa y parió la abuela”.
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