Las 79 viviendas que componen la apacible barriada de Solís
conforman una de las zonas con más personalidad de Ceuta.
Sus callejas peatonales tienen el sabor de la Ceuta
tradicional, de casas bajas y tardes tranquilas.
Recientemente la Ciudad ha acometido una serie de
actuaciones en el barrio que lo han transformado, hasta el
punto de que, en palabras de Luis Muro, el presidente de la
asociación de vecinos de Solís, afirma que hoy por hoy es
una zona que “no carece de nada”.
Esta barriada está situada en la zona alta de Ceuta, por
encima de Hadú y Villajovita. Está bien comunicada con el
centro, aunque a sus vecinos les gustaría que aumentase el
número de autobuses o, al menos, que se redujese el tiempo
de espera entre uno y otro, que en la actualidad pasan cada
media hora y los fines de semana no dan abasto debido al
importante incremento de población que se ha experimentado
en la barriada por las nuevas construcciones que han traído
más gente. Estos largos espacios de tiempo entre los
autobuses, además, provocan que la población pierda mucho
tiempo si quiere desplazarse al hospital o a cualquier otro
punto que quede alejado.
Por lo que se refiere a infraestructuras, los recientes
arreglos en el alumbrado le dan por la noche mucha
tranquilidad a sus callejas peatonales, que antes resultaban
muy oscuras e intimidaban un poco. También se ha puesto fin
a un problema que arrastraba Solís desde hacía 50 años nada
menos, que era el mal estado de las tuberías de la red de
saneamiento de las aguas fecales. Las antiguas eran de
cemento, y los años y las ratas se encargaron de
destrozarles, provocando constantes roturas que terminaban
en vertidos habituales y malos olores. En este sentido, nada
más ilustrativo que las palabra de Luis Muro, “tenemos mucho
que agradecerle tanto a la Ciudad como a Acempas por haber
puesto fin a un problema que arrastrábamos desde hace años”.
La población de Solís, predominantemente mayor, se siente
segura en esta barriada que casi no presenta problemas de
seguridad, sólo, explica Muro, algún robo en vehículos, pero
poco significativo”. En líneas generales la gente se muestra
satisfecha con su barriada, aunque todavía están pendientes
de que se arreglen los módulos ajardinados, hace falta
sembrarlos y regarlos, adecentarlos un poco, puesto que al
verlos tan abandonados, los niños juegan en ellos con el
consecuente deterioro, También están a la espera de que la
Ciudad ponga más mobiliario urbano, un compromiso que tiene
adquirido y que se viene cumpliendo a pasos pequeños pero
seguros. Por todo ello, Solís es un ejemplo de lo que pueden
hacer las administraciones municipales, y de lo que deberían
hacer en muchos otros puntos de la Ciudad.
Al preguntarle a Luis Muro sobre un rasgo que defina la
barriada, no vacila y contesta con rotundidad, “Sus vecinos,
sin duda, la cordialidad de sus vecinos”. Son los habitantes
de esta hermosa barriada quienes le dan el ambiente que se
respira en sus callejas, y quienes trabajan para poder
mostrarse tan orgullosos de ella.
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