Comparaba Carlos Orúe en la rueda de prensa posterior al
partido del domingo con el Écija a la Asociación Deportiva
Ceuta con el Córdoba Club de Fútbol. Y decía que el conjunto
blanquiverde “si tiene la obligación de estar entre los
cuatro primeros por presupuesto, por historial, por club,
por todo...”. Hasta ahí estamos de acuerdo. En lo que no
lleva razón es en que el Ceuta no deba aspirar a estar
arriba.
El caso de Córdoba es de lo más peculiar, y no es que la
ciudad califal deba estar entre los cuatro primeros del
Grupo IV de Segunda División ´B´, sino que debe de estar
como mínimo entre los ´gallitos´ de la categoría de plata
del fútbol español. Por presupuesto, por historial, por
club, por afición, por estadio, por plantilla, por todo...
Córdoba es una ciudad de cerca de 350.000 habitantes y ocupa
el undécimo lugar en población de todo el país, por lo que
comparar a ambas entidades no tiene sentido y solo sirve
para justificar lo injustificable. Además, Córdoba Club de
Fútbol solo hay uno en el grupo IV de Segunda División ´B´.
Existen otras tres plazas más que dan derecho a jugar el
play off de ascenso.
El proyecto del Ceuta para el próximo año debe ser ambicioso
y llevar al equipo donde la afición quiere que esté. El
público es soberano.
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