¿Están ustedes afiliados a algún
partido político? Eso es bueno y coherente, aunque, en
general, tan solo recuerden a las bases cuando hay que ir a
hacer bulto en una presentación de candidaturas y temas
similares. Pero lo importante, a nivel gratificación
personal, es saber que “se está” aunque siempre se suela
contar con los mismos pepitos para las mismas cosas. De
hecho, existimos afiliados que, como servidora, por sus
espíritus libertarios y poco dados a agitar el botafumeiro
no encajamos en ningún tipo de infraestructuras y pasamos
tres pueblos y varias Autonomías de cargos y de puestos.
Somos los que estamos por defender valores e ideales, que no
para medrar en la rex pública.
¿Qué preguntan? ¿Qué por que me ha dado la ventolera de las
afiliaciones? Pues por algo emotivo que me pasó ayer, vamos,
una vivencia que me impactó, por su carga de fondo y porque
yo soy así: muy sentida. ¿Qué lo cuente y deje de perorar?
Vale. Ayer acompañé a mi compadre, el patriarca gitano Luis
Fernández Reyes, a afiliarse al PP. Y la iniciativa fue
suya. Yo me limite a proporcionarle algunas lecturas sobre
las condiciones y los por qués de la detención de la gitana
Isabel Pantoja y sobre la huelga de hambre de Julián Muñoz,
que lleva seis días sin comer aunque, como no ha asesinado a
nadie, el Delegado del Gobierno de Andalucía, considera la
huelga “irrelevante”. El de Juana mimado entre algodones por
los jiñados y el ex alcalde de Marbella seis “irrelevantes”
días sin comer, siendo diabético y enfermo cardíaco. ¿A que
es una mala persona el Delegado del Gobierno en Andalucía?
Pues lo es. Porque el Mal existe. Lo dice mi adorado Papa
Ratzinguer, lo dicen nuestra tradición y nuestra religión
cristianas y lo dicen de paso las otras dos religiones
monoteístas que son conjuntos de creencias bellos y dignos.
El patriarca leyó, bien talentoso, reflexionó, consultó con
otros primos, se hicieron lenguas, se empaparon de crónicas,
comentaron entre ellos y finalmente el tío Luis,
representando a toda la jarca, me pidió que le acompañara a
“apuntarse al PP” añadiendo “¿Me dejan aunque sea gitano?”
¡Joder si le dejan! Con seiscientos años de Historia de
España en las trancas del mágico pueblo calé y sin
precedentes de separatistas gitanos, nacionalistas gitanos,
antiespañoles gitanos ni terroristas gitanos, la
españolidad, como el honor en el Tercio, se presume y se
asume. Nos alargamos en la mañana soleada de mayo a la sede,
amabilidad, disponibilidad, diálogo y el tío Luis de
interventor de una mesa electoral en zona caliente de su
pueblo “Me llevaré a un primo o a un sobrino”. Bello
espectáculo de integración y bravía respuesta ante lo que,
los calós consideran una afrenta a una mujer gitana
“Chapaíta en lo peor, mi prima Isabel, como un perro y sin
jabé jecho ná ¡Los cohone pa la ETA y no pa las gitanas!”
Hay afrentas que duelen. A todos. A servidora, la detención
de la tonadillera le causó una profunda alarma social,
vamos, que me asusté y alarmé y como soy parte de la
sociedad quien me alarme a mí alarma a todos los que
compartimos sentires y pareceres, que somos millones de bien
nacidos. Eso es. Alarma social.
Y la huelga desesperada del pobre Julián Muñoz me ha
asustado también, porque “siento” profundamente que, el Mal
existe y que aquellos que llegaron al poder siguiendo la
profecía de hacerlo “sobre la sangre de los inocentes” son
malos. Tienen malaje, mal fario y mal vagío, les ha poseído
un yin y les asoma por la oreja. ¿Qué murmuran? ¿Qué estoy
emparanoiada y en plan trastorno obsesivo compulsivo viendo
hijos de las tinieblas por doquier? Bueno, muy equilibrada
no estoy pero sigo un tratamiento. El tío Luis y su familia
no siguen tratamiento pero van en bloque a afiliarse al PP,
sin ser pijines, ni señoritos, ni “hijos de”, sino un pueblo
de magos y caldereros que ama a España con una irrefrenable
pasión. Merecen estar en el PP. Ustedes y yo sabemos lo que
nos decimos.
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