No es de recibo; es
injustificable; es tercermundista. Una vez más Endesa no
estuvo a la altura debida y exigible en esta España de la
modernidad que encara el siglo XXI, el de las nuevas
tecnologías, con las ambiciones propias de país ubicado en
el vagón de cabeza. De nuevo, Endesa [supuestamente centro
de generación estratégico en Ceuta] volvió a dar la nota
negativa por su incapacidad de recursos para ofrecer los
equipos y la capacidad técnica que merecería una ciudad como
la nuestra.
La Ciudad Autónoma debería someter a Endesa a la prueba
necesaria como para, si no es capaz de estar a la altura de
un servicio como el que debe prestar, sea sancionada
notoriamente. Es impropio que una empresa supuestamente
sólida como lo debería ser Endesa, que ha protagonizado el
último serial vergonzante en el que el penúltimo capítulo lo
escribió el ex presidente del Mercado Nacional de Valores
aclarando ciertas oscuridades en la compra de la empresa,
juegue tan alegremente con 75.000 ciudadanos españoles y que
el Estado se lo siga permitiendo.
|