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OPINIÓN - DOMINGO, 6 DE MAYO DE 2007

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

El show
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

¿Cuál será el próximo montaje político-mediático? Me excusen por comenzar así, pero desde antesdeayer me rajan las tripas y no sangro. Sí. Por “eso”. Por la infame detención de la tonadillera Isabel Pantoja, con quien me solidarizo plenamente y odio usar el término “solidaridad” porque suena a virtud lacrimosa y a máxima onegetista, mejor le envío un abrazo de luz, para que supere el trauma de un show digno de tener como sujeto pasivo a un peligroso mafioso, que no a una cantante de copla de un metro sesenta y cincuenta kilos de peso.

¿Opinar es delinquir? Medito unos segundos, lo que tardo en despejarme las lentillas con unas gotas de suero salino para mejor ver unas frases en negro sobre blanco que, como católica e hispanorrifeña, desearía no haber tenido nunca que escribir. Me digan ¿Qué repercusión iba a tener el mitin de Zetapé en Marbella, si en la ciudad pueden haber un centenar de socialistas? Ninguno. Todos estábamos ocupados con dos asuntos, en lo rosa el nacimiento de la pequeña infantita Sofía, en lo negro con la ignominia de tener que tragarnos las pelotas y aguantar el que, el batasunerío y sus listas de gentuza se puedan presentar en lugares “calientes” porque no han sido capaz de impedirlo. Y encima el De Juana Chaos, asesino al que, la sangre de sus veinticinco víctimas le llega a la altura de las rodillas, paseando con la novia por entornos idílicos, porque está visto, que para ser tratado como un sultán a nivel penitenciario, hay que ser asesino múltiple y terrorista confeso. España sacudida en un náusea incapaz de ser aliviada ni con un suero en vena de Primperán. Hasta que, absolutamente “todo” dejó de interesarnos y asistimos con estupefacto horror a la irrupción, tras finalizar el mitin de Zetapé en Marbella, para que los periodistas no se largaran en avalancha hasta “Mi gitana”, la irrupción de os Udycos, mandados, por supuesto, que no hay huevos más cuadrados en España ni españoles más raciales que los tipos de nuestra policía y nuestros picoletos, mandados con cinco coches a detener a una madre española. Sangre de nuestra sangre, latir de nuestros latires llevársela ante su hija pequeña y con la prensa bien avisada y las televisiones a punto. Que un show que no se publicita es una puta mierda , no trasciende y los que es más enjundioso, no logra su objetivo de distraer al pueblo soberano, con pan y circo, perdón, con pan y circo no, con deshonra y penas ajenas. Y por que no evitaron el show y el tal juez Torres no se limitó a citar a la artista al Juzgado? No. Sosería. La noche chapada en los repugnantes calabozos de la Comisaría Provincial, la ignominia que hay que modificar y rectificar por ley de que, un detenido, de entrada inocente, tenga que tocar el piano sobre la rueda negra, poner las huellas y ser retratado de perfil, cuando luego puede ser absuelto. Esa crueldad formaba parte del invento, porque una noche en una de las celdas “malas” impacta, desmorona, genera crisis de ansiedad y angustia irreprimibles y deja suave, suave, para el día siguiente, para presentarte ante el juez justiciero como una marioneta rota. ¿Por qué? Las tertulias del corazón, con sus tertulianas pedorras a quienes ordenan vocear hasta desgañitarse defendiendo sus simplonatos argumentos, el Tomate, hacedor de Justicia en este país cuyos grandes valores se desmoronan. Todos tienen carnaza y nosotros a mirar y a trinar ¿A quienes les interesan los abertzales cuando el panorama está tan movido? Interesa la Pantoja, sus lágrimas a la salida. Ya la han enganchado. ¿Qué as guardarán en la manga para la próxima vez que se necesite distraer la atención popular? Hablo con boca de cabra, me viene a la cabeza, me ronda por las neuronas pero no encuentro otra víctima propiciatoria que Julián Muñoz, el pobre hombre, al que puede darle un ictus o un infarto oportuno, ser notición nacional y que olvidemos aún más.
 

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