Felix Amieva, alias Felix Slim, (Ceuta, 1973) es uno de los
músicos de Blues más valorados del panorama nacional. Ha
actuado en todos y cada uno de los festivales que existen
del género en España, como los respetados ‘Cazorla Blues’ y
el de Antequera. En casi todos los bares de Andalucía, sin
dejar de ampliar miras hasta Francia, Inglaterra y Grecia,
país éste último, donde ha vivido un año y medio. Aparece en
el prólogo de la edición en castellano de ‘La Enciclopedia
del Blues’ como un de las guitarras referentes. Y aunque no
es el hombre-orquesta porque suele llevar banda, controla el
banjo y la armónica. Después de diez años, una vez ganado el
respeto en la profesión, y con el número de teléfono de casa
de Raimundo Amador apuntado en su agenda, busca proseguir su
aventura musical un poco más allá y presentar su próximo
disco en países más lejanos. Y aunque asegura que al que le
gusta el Blues en España, le conoce, no sucede igual en
casa. “Será la falta de información porque no salgo en la
‘Rolling Stone’, pero en Ceuta no me conoce nadie, de hecho
esta es la primera entrevista que me hacen en mi tierra”.
Licenciado en Trabajo Social (Universidad de Sevilla),
prefiere vivir de la música. Lo suyo es el Blues Rural, la
música americana de los años 30’, 40’ y 50’. La vida dura,
la exclusión social y los dramas sentimentales de la que
hablaban los hombres negros en sus canciones. “A la hora de
componer, me baso en gente que lleva cincuenta años muerta,
lo que más me gusta no existe, de hecho creo que los
norteamericanos ya no crean nada nuevo”, lamenta el artista
local que hace años que no vive en su ciudad de nacimiento.
“Aquí sería muy complicado vivir del Blues y yo lo hago
porque trabajo solo, aunque tenga una banda, cuando lo
necesito, me muevo por mi lado”.
Empezó en Ceuta con seis colegas experimentando con el
Rockabilly, “con mi tupé y mis pintas”. De Led Zepellin y
los Rolling Stone pasó a escuchar a todas horas al
contrabajista Willy Dixon, y de ahí, se metió de lleno en el
Blues Rural. Aunque participó en una Feria del
Asociacionismo, en el primer y único festival de Blues de la
ciudad, y en conciertos de la Casa de la Juventud local, el
rumbo de sus pasos ha ha hecho que sus objetivos de
adolescente hayan cambiado y ya no mira en la misma
dirección. Por ahora, vive en Cádiz. “He dejado de soñar con
ir al Missisipi, cuando era joven quería conocer las raíces
del Blues, pero era un viaje idealizado”, asegura Slim.
Y es que, según señala, en España hay “mucho y muy buen
Blues, aunque no sea la lengua madre y se hable pésimamente
ingles”. Así lo demuestra la pionera ‘Caledonia Blues Band’,
y el duo que componen Marcos Coll y Adrián Costa, “en la
actualidad, dos de los mejores”. A estos suma el armonicista
Mingo Balaguer, ex miembro de la Caledonia y colaborador
habitual suyo en un duo acústico que está realizando desde
abril y hasta octubre por pueblos de Sevilla.
‘Mejor solo que...’
Proyectos tiene unos cuantos. Su primer disco en solitario
‘The Hoodoo Men Groove’ (mitad acústico-mitad con banda) fue
grabado en San Fernando de Henares y aunque no llegó a ser
editado, si se distribuyeron copias en numerosos conciertos.
Ahora, Slim se plantea un nuevo recorrido tal como se
desprende del posible título de su próximo disco: ‘Mejor
solo que mal acompañado’. “Es más fácil moverse solo porque
las salas te suelen limitar el número de músicos, así, éste
será en solitario”, anuncia el guitarrista. Su idea es
grabar el disco en un estudio de Jérez de la Frontera que ya
ha visitado y donde coincidió con los míticos ‘Delincuentes’
y la irreverente formación de Hip-Hop ‘La Excepción’. “Es
posible que les pida una colaboración porque hubo muy buen
ambiente y aportaría mucho”. Y después, acercarse a los
niveles más altos europeos y tratar de vender su obra
musical.
No por ello, se lo toma con calma. “Mi filosofía es
conformarme con lo que tengo, lo importante a la hora de
grabar es que la mayoría de las veces la primera toma es la
mejor, así que eso haré y después, ya se verá”. Lleva un año
en España desde que volvió de Grecia, aunque las pasadas
navidades volvió para dar cinco conciertos por los
alrededores de Tesalonica. “Allí también hay muy buen Blues,
incluso tienen el suyo propio, el Rebetiko”.
Sea del país que sea, tiene clara una cosa: “el Blues la
base de la música, todos los estilos musicales vienen de
ahí, puedes encontrar grabaciones de los años 20’ en los que
hay gente que parece que ya estaba rapeando”.
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