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OPINIÓN - VIERNES, 4 DE MAYO DE 2007

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Hay a quienes no les gusta que, todos aquellos que opinamos, demos como ganador de las elecciones con mayoría absoluta a Juan Vivas. Y, la verdad, los comprendemos porque cada uno del resto de los candidatos tienen puestas sus ilusiones en ser el ganador de las mismas.

Todas esas ilusiones las respetamos e incluso, por qué no, hasta podemos entenderlas y compartirlas. Ya lo dijo aquel: “lo último que se pierde es la esperanza”. Y esa ilusión, que tienen el resto de los candidatos, les hace mantener viva las llamas de la esperanza hasta el final. Pero aunque las respetemos e incluso las compartamos, no debemos de dejar reconocer que son falsas ilusiones unidas a unas esperanzas vanas que, ambas dos, no tienen razón de ser.

La vida es una lucha constante por conseguir lo que uno se ha propuesto pero, en la mayoría de las ocasiones, esa lucha resulta estéril porque alguien nos ha vencido ante de llegar a esa meta y hemos de quedarnos a medio camino, con las ilusiones rotas y sin esperanza de poder vencer.

Los ataques, en esta cuenta atrás, de los candidatos unos contra otros se van a suceder cada día y, cada uno de ellos, tratará de sacar a relucir aquello que más pueda perjudicar a sus oponentes que, por supuesto, les pueda llevar a quitarle alguno de los votos para que pasen a engrosar en sus filas. Tarea nada sencilla desde que desaparecieron las ideas y todo ha quedado reducido a puro clientelismo. Donde, sin lugar a dudas, prima el hecho de cuántos beneficios, cada uno, pueda conseguir de votar a determinado candidato. No le den mas vueltas a la cabeza, ese clientelismo y la desaparición de las ideas es lo que inclinan los votos a unos u a otros.

Si existiera el mundo de la ideas en el ámbito político no sería, de ningunas de la maneras, comprensibles que el PSOE tuviese la escasa representación parlamentaria con la que cuenta. ¿Dónde están todos aquellos miles de militantes o simpatizantes qué abarrotaban la sede del partido cuándo éste ganó las elecciones?. Han desaparecido como por encanto.

De existir esa ideas, no nos cabe duda alguna, que todo esos serían votos del partido socialista. No tienen ideas del socialismo. En una palabra, para entendernos, esos no eran socialistas simple y llanamente, todos aquellos miles que gritaban y vitoreaban ante la sede, eran puro clientelismo tratando, con esas manifestaciones de entusiasmo, conseguir algún que otro beneficio. Y, por supuesto muchos de ellos lo consiguieron, para una vez conseguido su objetivo de la obstención de los beneficios correspondientes, volverles las espaldas, no a las ideas que nunca tuvieron, sino al partido que les había otorgado esos beneficios de los que, aún, hoy muchos siguen disfrutando.

Me he parado a pensar, cuál sería, hoy día, la opinión de todos aquellos hombres y mujeres que fueron capaces de dar sus propias vidas por unos ideales. Creo, con toda sinceridad, que de vivir volverían a morir de vergüenza al comprobar en qué y a dónde habían ido a parar aquellos ideales que les llevaron al sacrificio. ¡Los ideales han muerto! ¡Viva el clientelismo!. De vergüenza.
 

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