Sólido que tiene por base un polígono cualquiera y cuyas
caras, tantas en número como los lados de aquel, son
triángulos que se juntan en un solo punto, llamado vértice.
Esta es la definición de pirámide según recoge el
diccionario de la Real Academia Española de la Lengua.
Este vocablo se repitió hasta la saciedad el pasado verano
en alusión al fútbol caballa y a la situación de los
conjuntos en categoría nacional. Se quería contar con un
solo equipo por categoría, donde todos fueran filiales del
primer representante futbolístico de la ciudad, la AD Ceuta
de Segunda ‘B’.
Sobre el papel el planteamiento pintaba bien, pero todos
sabíamos que poner de acuerdo a cuatro clubes (AD Ceuta,
Atlético de Ceuta, Gimnasio Goyu-Ryu y UA Ceutí) sería
imposible. Para empezar los nuevos directivos de la
Asociación renunciaron a jugar en División de Honor Juvenil,
después del brillante ascenso del grupo de Manu León; el
Atlético de Ceuta de Pepe Ríos se negó en rotundo a
convertirse en filial del equipo de Segunda ‘B’ y afrontó la
aventura en Tercera División por su cuenta y riesgo, además
el Ceutí de Liga Nacional tampoco quiso formar parte de la
famosa pirámide y Damián Torres no pudo tirar de algunos
jugadores muy interesantes para el Goyu-Ryu. El técnico
goyurista acabó ‘quemado’ la temporada y se tomará un año
sabático.
Manu León es otro entrenador que lo ha pasado mal porque su
trabajo de muchos años no tuvo la recompensa de poder
disfrutar de la máxima categoría del fútbol juvenil. Al
entrenador caballa le pica el gusanillo y apunta a máximo
responsable técnico del Gimnasio Goyu-Ryu 07-08. Por cierto,
¿qué hubiera pasado si la UA Ceutí consigue el ascenso?,
¿habría militado en División Honor junto al Goyu-Ryu?...
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