Hadú - San José es una de las barriadas con más sabor de
nuestra ciudad, además de ser una de las más grandes. La
historia de esta barriada, nacida hace más de setenta años,
está ligada al asentamiento en sus terrenos de los soldados
que venían a África procedentes de la península. Es una
historia curiosa, ciertamente. Por lo visto, y según narra
Hamido Mohamed, ‘Frugui’, el presidente de la Asociación de
vecinos de Hadú – San José, en las inmediaciones de lo que
hoy es la barriada vivía una mujer que vendía huevos que se
debía llamar así, pero en la forma árabe, que es un nombre
de mujer, y con la deformación sufrida por el uso ‘vamos a
comprarle huevos a Hadú’, la zona y, por asimilación lógica,
las construcciones posteriores, pasaron a llamarse así.
Curiosa historia pues, la de esta barriada, que hoy es una
de las más amplias y pobladas de nuestra ciudad, contando
cerca de 7000 vecinos, y habiéndose multiplicado su espacio
por cinco en los últimos 15 años.
Hadú es, pues, una añeja barriada de Ceuta, y una de las más
populares. La mayoría de la población es hoy musulmana, pero
también quedan cristianos. La convivencia nunca fue un
problema en Hadú, en ella han convivido desde siempre todas
las culturas de Ceuta, y en especial las dos mayoritarias,
en paz y tranquilidad. Úíntimamente, sin embargo, y como
relata Hamido Mohamed, esta deseable convivencia está
cambiando. No es que haya problemas entre ambas culturas,
que en absoluto, pero sí se aprecia entre la gente joven
cierto distanciamento. Esto, según explica Mohamed, “se ve
muy claramente en los colegios, y también en el equipo de
fútbol”. Con todo, no se registran problemas en este
sentido, y las dos culturas predominantes del barrio
continúan viviendo en paz.
Los jóvenes, pese a este último dato, no escasean en Hadú,
pero hay un importante problema de desempleo, para lo que se
pide desde la asociación de vecinos la creación de un centro
polifuncional como el de la barriada del Príncipe, que
vendría muy bien para sacar a los jóvenes de la calle y de
la desocupación, y les podría ofrecer la posibilidad de
aprender oficios que les permitiesen llevar una vida digna y
alejada de la tentación del dinero fácil que tiene la
delincuencia. La mejor salida que encuentran muchos de estos
jóvenes desocupados es el ejército, que ofrece una salida y
un sueldo fijo que ayuda a mantenerse a muchas de las
familias del vecindario. Muchos huérfanos, cuyo número es
especialmente alto en esta barriada, se han agarrado a esta
opción para sacar adelante a sus familias.
Todavía mucho por hacer
Aunque todavía queda bastante por hacer por este barrio,
según explica Hamido Mohamed, hace falta crear aparcamientos
subterráneos que desahoguen el intenso tráfico de la
barriada, y poner marquesinas en las paradas de autobuses
para que los días de lluvia no empapen a los vecinos. Pero
quizá el problema más acuciante sea el de la seguridad. Pese
a que la ciudad ha creado el plan de Vigilancia de
Barriadas, un programa de colaboración social, siguen
produciéndose robos en las calles de hadú, si bien no es
alarmante la situación, si es digna de tener en
consideración, y no aventurarse por según qué sitios una vez
a caído la oscuridad de la noche. Mohamed agradece la
iniciativa, pero reconoce que hace falta poner más medios.
También se está haciendo necesaria una oficina de correos,
ya que antes contaban con ‘telégrafos’, pero las
instalaciones llevan años en desuso. Para darle utilidad,
desde la barriada se propone crear allí un centro de día,
que vendría muy bien para la población mayor. También el
barrio está necesitando, unas oficinas para la luz y el
agua, que no hagan a los vecinos desplazarse hasta el
centro, dado el elevado número de población que tiene el
barrio.
Algunas zonas del barrio, pese a la buena fachada exterior,
presentan problemas que son incomprensibles en una ciudad
del siglo XXI. Puntos como el Pasaje Pedrosa, y muchos
callejones del interior de la barriada, están “dejados de la
mano de Dios”, como indica Abdelharak, vecino de Hadú. “En
muchos de estos callejones hay una enorme cantidad de
infraviviendas, donde en menos de 15 metros cuadrados viven
más de 4 personas”. En este sentido, el descontento de los
vecinos es evidente, “se han hecho cuatro cosas para las
elecciones, pero en el interior queda mucho por hacer”. Otro
aspecto que necesita mejorar esta barriada es el de los
espacios infantiles, pese a que el colegio Ramón y Cajal ha
cedido sus instalaciones deportivas para que los niños
puedan disfrutar de ellas, aun son insuficientes las zonas
de juego, como las de los Jardines de San José, que haría
falta ampliar. A la necesidad de crear un centro
polifuncional antes aludida, se suma ahora la voluntad de
traer hacia esta zona alguna academia o centro de estudios
informáticos, que ofrecería una opción formativa de altísimo
valor para los jóvenes de Hadú, que hoy tienen que
desplazarse al centro.
Con todo se ha arreglado el alumbrado de las calles, y
también se han puesto nuevas zonas ajardinadas, se ha
trabajado la limpieza, y se ha intensificado la vigilancia.
Todas estas acciones han hecho que la barriada haya
aumentado su calidad de vida y que se haya revalorizado.
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