Dos vehículos implicados en un choque. De esta forma
comienzan la mayoría de partes presentados a las compañías
aseguradoras tras un accidente de tráfico. “Al principio,
los nueve ocupantes de los dos coches siniestrados fueron al
hospital aquejados por diferentes daños corporales, todos
presentaron sus partes médicos en la aseguradora y empezaron
a cobrar una indemnización por esos daños. Con el transcurso
de los días, se van descolgando chicos, y ahora mismo sólo
tenemos a tres que continúan aquejados de molestias y que
nuestro equipo está investigando. En el parte del accidente
habían llegado a confundir ocupantes y a cambiarlos de
vehículo”.
Esto no es más que un ejemplo diario de lo que le ocurre a
los equipos de las aseguradoras españolas. “Los intentos de
estafa se han convertido en un chollo para muchas personas
sin honradez que quieren conseguir un dinero extra”. Así de
contundente contesta un director de una compañía aseguradora
de Ceuta al preguntarle por la situación del sector.
Los datos ofrecidos por ICEA, (Investigación Cooperativa
entre Entidades Aseguradoras), apoyan las quejas de este
director ceutí y reflejan un problema real para este tipo de
empresas, que se agrava cada vez más.
Las aseguradoras detectaron en España el pasado año unos
66.000 intentos de fraude por parte de sus clientes, cifra
que hubiese supuesto el pago de más de 233 millones de
euros, de no haber sido descubiertos. De estos 233 millones
reclamados a las compañías, sólo 62 millones resultaron
"procedentes".
ICEA, fundada en España en 1963, fue la primera organización
creada con el objetivo de estudiar e investigar materias
relacionadas con la actividad aseguradora en el país.
Las estafas de moda
Los cambios de conductor tras un siniestro, los robos
simulados y las estafas de pequeña cuantía, en muchos casos
de tipo doméstico, con falseamiento de facturas o la
declaración de robos exagerados, son un verdadero quebradero
de cabeza para las aseguradoras, que tienen que investigar
tales hechos para descubrir si son reales o un intento de
estafa.
El director de una de las agencias ceutíes comentó ciertas
experiencias particulares que llegan en muchos casos a rozar
el extremo de la picaresca y el pillaje.
“La gente aseguraba los con coches con robo en Ceuta, iban a
Marruecos, le arrancaban las placas, volvían aquí,
presentaban la denuncia y cobraban el seguro porque era
documentación suficiente para que la aseguradoras se
tuvieran que hacer cargo, ahora por suerte, eso ya se ha
eliminado gracias a la carta verde que exigen las
autoridades en el paso fronterizo” indicó, “y como éste, mil
ejemplos que servirían para escribir un libro”, comentó.
Otra de las actuaciones más utilizadas es la rotura de
lunas. “Mucha gente se dedicaba a contratar este tipo de
seguros cuando ya tenía la luna rota de su vehículo. Y es
que, cuando una persona viene a hacerse un seguro se hace un
acto de buena fe por ambas partes, por lo que yo no tengo
por qué desconfiar, y no voy a verificar el vehículo.
Entonces nos encontrábamos que a los tres días, venían para
que le reparáramos las lunas. Estos pagos podían ascender a
un importe de hasta 1.000 euros”.
Los seguros de vida, que llegan a contemplar en algunos
casos indemnizaciones millonarias, son sin embargo, mucho
más difíciles de manipular, ya que los aseguramientos con
cantidades altas exigen unos reconocimientos médicos
completos. Incluso, a partir de pólizas de 30 millones de
indemnización por muerte natural, se exigen pruebas como la
del sida. Y en cuanto a los suicidios, no se contempla el
cobro de la póliza de seguro hasta pasados dos años.
Otro de los intentos de estafa más realizados sobre todo en
el ámbito empresarial, es el de las naves. “Empresarios a
los que no les va bien el negocio, provocan incendios en sus
naves o simulan robos para cobrar indemnizaciones
cuantiosas. De hecho, esto ha sacado a flote a numerosa
empresas importantes en España”, explicaba el director.
Cómo se descubre una estafa
Es difícil descubrir este tipo de delitos, sobre todo los
llamados siniestros corporales. ‘El cuponazo cervical’, cómo
lo conocen en la península, explica este directivo.
Se trata de una de las estafas que más se están dando en la
actualidad y que suponen un verdadero chollo para los
denunciantes, “porque con que el médico te diagnostique el
dolor que certificas, la aseguradora ya tiene que
indemnizarte, ¿y cómo le dices tú a una persona que le duele
el cuello, que no es cierto?”, concluye.
Los daños corporales son los intentos de fraude en el que
las aseguradoras están trabajando de forma más incesante,
ayudados incluso de detectives privados, que siguen a la
personas durante 24 horas hasta que consiguen descubrir la
situación real. También se utilizan a los peritos, para
detectar un intento de fraude en un accidente de tráfico. Y
ahora también, a los médicos especializados en daños
corporales, precisamente para que investiguen los daños
sufridos por un accidentado y para que consigan dar de alta
lo antes posible a esa persona. “Y es que el día de baja se
está pagando a 80 euros, y es una cantidad muy golosa”
comentó. “Hoy en día las aseguradoras prefieren pagar la
factura de un detective privado, que la indemnización de un
siniestro. Y es que estos accidentes pueden resultar con
indemnizaciones de más de 50 millones de pesetas”, explicó.
Y para resumir la situación del sector añadió, “hoy no hay
nadie que no tenga un accidente de tráfico y aparezca al día
siguiente con un collarín. Se trata del 100% de los casos de
siniestro en vehículos. Se está dando el caso incluso de
personas que buscan el accidente, y es que el gran problema
de las aseguradoras hoy en día no son los siniestros que se
producen, sino los fraudes y es el motivo por el que suben
los precios de los seguros”.
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