La barriada de Manzanera, una de las clásicas, de las más
populares de nuestra ciudad, ha vivido, según el presidente
de su Asociación de vecinos, Francisco García, importantes
innovaciones en los últimos años, tanto que ha pasado “de la
noche a la mañana” en muy poco tiempo. En la actualidad
viven en la barriada unas 2000 personas, la mayor parte de
ellas obreras, gente sencilla que pasa sus días tranquila,
en un rincón apacible y cercano al centro. Manzanera nació
en los años ’70 de la mano del antiguo Ministerio de la
Vivienda, que ofertó una serie de alquileres para familias
jóvenes que hoy se han transformado en pequeñas propiedades.
Con el paso del tiempo, la población fue envejeciendo, y hoy
la mayor parte de los habitantes de la barriada es gente
mayor, pese a que se aprecia un ligero repunte y cierta
recuperación generacional con la llegada de jóvenes, que
acuden a la barriada atraídos por el valor más bajo de las
casas. Lo que no se sabe a ciencia cierta es cuánto va a
durar esta moderación en los precios, ya que no han parado
de subir, tanto que en algunos casos, su precio se ha
duplicado, hasta el punto de que hoy se pide, en muchos
casos, casi 14 millones de las antiguas pesetas por un piso
de unos escasos 60 metros cuadrados.
La tónica dominante es, según García, la de la tranquilidad,
a pesar de que en los últimos tiempos han sucedido algunos
pequeños hurtos en las calles, algo anecdótico ciertamente,
pero que hace que los vecinos recuerden a la Ciudad la
necesidad de no bajar la guardia y continuar velando por la
seguridad de las calles, por lo demás, tranquilas la mayor
parte del tiempo. Una de las quejas es la presencia de una
“pandilla de menores que andan gamberreando y rompiendo la
armonía del barrio”, por lo que sería buena idea crear
alguna alternativa cultural, como un centro de cultura o de
otro tipo, que hiciese olvidar a estos aburridos jovencitos
sus motivaciones vandálicas.
Manzanera está casi en el centro de Ceuta, próxima a Hadú y
arrimada a la playa, como buena ceutí. Cuenta con su propia
capilla, y tiene “a mano” una serie de necesidades básicas,
como el ambulatorio, colegios y el polideportivo, que hacen
de esta barriada una de las más cómodas y bien comunicada.
El mercado, con su hormigueo de gente, le da mucha vida al
barrio, aunque están pendientes de reabrir los puestos que
llevan cierto tiempo cerrados, inertes como troncos de
árboles secos.
Sin duda, lo que más preocupa a la gente mayor del barrio es
la alta desocupación de la juventud, el desempleo es uno de
los problemas más graves de Manzanera, pese a los cursos que
viene ofreciendo la Ciudad para tratar de paliarlo. La única
salida que muchos de estos jóvenes encuentran es la del
ejército, que les ofrece en muchos casos una salida y un
sueldo seguros.
Por lo demás, la barriada está contenta con las actuaciones
que ha llevado a cabo la Ciudad en los últimos años. Se han
arreglado jardines y aceras, se han construido aparcamientos
y se está trabajando en el saneamiento, con lo que la
barriada ha tomado un nivel más alto. Los proyectos
pendientes pasan por una ampliación del local social, al que
acuden los mayores a echar la partida, y terminar de
arreglar la pista deportiva, que le da mucha vida a la
barriada. Habría que arreglar el suelo, y emplearse a fondo
en el vallado, para que los jóvenes que le están poniendo un
nuevo rostro a Manzanera, tengan otra oportunidad de ocio
que les haga más plácida, si cabe, la vida en el barrio.
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