A sus treinta años, Manal Mohamed Mohamed, diplomada en
Magisterio y con una jornada laboral que asusta, primero en
clase, después en la carpintería familiar que regenta en el
Príncipe, vivirá el próximo 27 de mayo su primera
experiencia electoral.
Pregunta: Esta es su primera experiencia electoral. ¿Y
política?
Respuesta: Nunca he militado en ningún partido. Esta es
también mi primera experiencia en ese sentido.
P: ¿Y su interés por este mundo? ¿Desde cuándo recuerda
tener inquietudes por la cosa pública?
R: Desde siempre me ha preocupado interesarme por las cosas,
indagar y conocer la razón profunda de por qué suceden, de
por qué se toman determinadas decisiones, de por qué no se
toman otras...
P: Y si no se había metido antes en política era porque...
R: He recibido algunas propuestas antes, no voy a negarlo,
pero nunca me había decidido a implicarme definitivamente
porque nunca me había sentido cómoda.
P: ¿Cómo la convenció Mustafa Mizzian?
R: Yo no conocía personalmente al presidente del PDSC, pero
a través de su actual secretario general [Tarek Mizzian]
tuve la oportunidad de que me lo presentasen, así como a
otros fundadores del partido. Me explicaron los objetivos de
su proyecto y su programa, que me pareció serio e
ilusionante, y por eso me decidí a dar el paso.
P: ¿Dar el paso hacia dónde? ¿Qué le gustaría hacer a usted
si consigue un escaño en el Palacio autonómico?
R: Ayudar a los ceutíes, a todos los ceutíes. Creo que no
haya nada que me llene más que eso, que ayudar en todo lo
que pueda para que todos podamos vivir mejor y ser más
felices.
P: ¿Qué ha echado en falta en el Salón de Plenos durante los
últimos cuatro años que usted piensa que puede aportar?
R: Pienso que los ceutíes más desfavorecidos y su
problemática cotidiana necesitan de una atención más
cercana, más directa.
P: Estará preparada para que le digan que el PDSC es un
partido de musulmanes al que sólo votan los musulmanes y que
sólo se preocupa por los musulmanes. ¿Cómo va a rebatirlo?
R: Yo no he visto nada de eso en el PDSC. Somos un partido
que se dirige a todos los ceutíes, con vocación de atender a
todos sin distinción alguna, ni por razón de religión ni de
sexo ni de etnia ni de recursos económicos. Creo que nuestra
lista lo demuestra, pero el que no se lo crea quiero que
sepa que tiene nuestras puertas abiertas para conocernos y
comprobarlo por sí mismo.
P: Antes hablaba de los más desfavorecidos, y en ese
discurso el Príncipe, la barriada que la vio nacer, siempre
está presente. ¿Qué necesita el Príncipe antes que nada?
R: Infraestructuras y seguridad. Esta barriada necesita
alcantarillado, aceras, higiene, limpieza... Y seguridad.
Nosotros no queremos tener auxiliares de Policía, aunque
realicen su labor de la mejor manera que pueden. Necesitamos
policías y seguridad para desarrollarnos como el resto de la
ciudad. Ceuta tiene un centro muy bonito, asombroso, de
verdad, pero eso no ayuda a todos sus vecinos. La ciudad
tiene que crecer de forma equilibrada para crecer de verdad
y para todos.
P: Hablando del Príncipe, y más con una profesora, es
inevitable hacerlo del fracaso escolar. Usted que lo ve tan
de cerca, ¿tiene alguna solución para ese problema?
R: Es un problema que, para solucionarlo, exige un análisis
de verdad, profundo, detenido. Hay que ir a la raíz del
asunto porque no existen soluciones milagrosas para el
fracaso escolar, que debe ser una preocupación prioritaria
para todo el sistema, padres incluidos.
P: Este asunto se utiliza, a veces, pare poner en la
palestra la necesidad de que la lengua materna de muchos
ceutíes, el árabe, entre de una forma u otra en la enseñanza
reglada
R: El árabe es una lengua muy importante en Ceuta y como tal
debe ser tratada, pero no soy yo quien debe decidir algo
así.
P: ¿Qué es lo que peor le ha parecido de lo que ha hecho el
Gobierno de Juan Vivas durante la última legislatura?
R: Creo que no ha atajado las desigualdades sociales en
Ceuta como debería y podría haberlo hecho.
P: Antes decía que no conocía personalmente a Mizzian hasta
hace poco tiempo. ¿Y a Juan Vivas?
R: Tampoco he tenido la oportunidad.
P: Desde fuera, ¿qué impresión le da?
R: No sé si es tan bueno como le pintan. Cuando lo he visto
en televisión me ha parecido una persona correcta y atenta.
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