Aparecerán los recién nacidos con el título de Bachillerato.
No hará falta que vayan a las escuelas. Y es que, el nuevo
Bachillerato, permitirá promocionar de curso con la mitad de
las materias suspensas, es decir, que el Ministerio de
Educación propone que los alumnos de 1º se matriculen de las
pendientes y de algunas de 2º.
Más concretamente: “Los alumnos de 1º de Bachillerato que
suspendan menos de la mitad (45%) de las asignaturas, no
tendrán que repetir el curso completo, como ocurre ahora
cuando tienen más de tres suspensos, sino sólo las materias
pendientes. Así se recoge en el Proyecto de Decreto de
Enseñanzas Mínimas que ya ha empezado a debatirse en la
<<Comisión General de Educación>> -Viceconsejeros de las
Autonomías y la Administración del Estado-.
¿Se trata de estrechar los límites para promocionar? Porque
lo que sí es cierto, es que para obtener el Título de
Bachillerato será necesaria la evaluación positiva de todas
las materias. ¿Se trata, por otra parte, de un “curso
puente”, o de un Bachillerato encubierto de tres años de
duración?
Tras conocerse el borrador, en el mundo educativo se han
producido reacciones a favor y en contra. Así, las
organizaciones de la Enseñanza privada FERE y CECE califican
la medida como de “difícil organización”. El sindicato ANPE
la ve como Bachillerato de tres años “encubiertos” y
advierte de las dificultades de su aplicación. La
confederación laica de padres, CEAPA, aplaude la medida, lo
mismo que UGT. Por el contrario, los padres católicos de
CONCAPA la rechazaran. En el ámbito político las opiniones
están divididas. Para el partido del Gobierno, la propuesta
es un estímulo; para el PP es un “error”, que provocará más
fracaso. Para la Sra. Ministra, esta medida es para
“incentivar la permanencia de los jóvenes” en la enseñanza
post-obligatoria, reconociendo que el Sistema Educativo de
su partido, enmarcado en la LOGSE, no ha conseguido grandes
logros en este campo: las tasas de abandono escolar crecen
cada año y ya el 30% de los alumnos de 16 años no termina
sus estudios. Por parte de la oposición, que lógicamente no
está de acuerdo, se afirma que “la mejor manera de estimular
es exigir”. Recordemos que la LOCE, ley que no llegó a
aplicarse, incluía una prueba al finalizar el Bachillerato
para obtener el Título. Y se añade: “Todos soñamos con que
llegue el momento del sentido común”. Nos recuerdan,
también, que España está a la cola en Educación en Europa, y
las políticas que se llevan a cabo en otros países como
Francia o Reino Unido son “contrarias” a las líneas que se
quieren imponer por el Ministerio de Educación.
Bajo mi punto de vista, la solución pasa por una mejor
conexión con el cuarto curso de la ESO. A este nivel y al 1º
de Bachillerato, les separan un abismo. Los alumnos que
promocionan a Bachillerato encuentran enormes dificultades
para progresar. Creo que, ya de entrada, es cuando empieza a
producirse el mayor porcentaje de abandono. Y hablando de
cualquier tipo de cambio, como siempre, se margina al
profesorado lamentablemente, ya que son los que pueden
introducir las modificaciones pertinentes para que el modelo
de enseñanza sea el adecuado.
Nos encontramos en una situación de total regresión, y, la
pretensión de reducir el fracaso escolar, no es la solución.
Una educación de calidad no debe ignorar la importancia del
esfuerzo y autoexigencia personal. Y en mi mente, mi alumno
Manolito, que siendo estudiante de 1º de BUP,
sorprendentemente “le suspendieron” la Historia y las
Matemáticas. Tuvo que repetir. Para él fue un golpe
durísimo. Sólo le quedaron ganas para continuar, sin
ilusiones, ya que le echaron por tierra su proyecto:
licenciarse en Matemáticas. Terminó su Bachillerato, y tuvo
que elegir aquello que no deseaba. ¡Hoy, no le hubiese
ocurrido lo mismo!
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