Empate de escaso o nulo provecho para Atlético de Ceuta y
Arcos en un partido cargado de tensión entre dos conjuntos
que se juegan el todo el todo en esta recta final de la
temporada. Por un lado, los locales buscaban un triunfo que
les permitiera engacharse a la lucha por la permanencia. Por
el otro, un conjunto gaditano que llegaba quinto en la
tabla, peleando por recortar distancias con los cuatro
primeros en su afán de meterse en la liguilla de ascenso.
Al final, y a tenor del resultado, ni unos ni otros
consiguieron lo que se proponían en el encuentro disputado
en el Martínez Pirri, colocando a los arcenses esperando que
los resultados del San Fernando y Lucentino les favorezcan,
y a los ceutíes con el agua al cuello.
Una situación realmente delicada que en el día de ayer fue
agravada por una polémica, y ciertamente desafortunada,
actuación arbitral. El malagueño Borja Arias cometió algunos
errores graves ayer, como el del expulsar por segunda
amarilla a Lema cuando el atlético no tenía ninguna
cartulina en su haber para indignación de la parroquia
local, aunque en su desagravio hay que reconocer que varios
de sus fallos fueron consecuencia de errores de sus
auxiliares.
El encuentro comenzó con un cuadro caballa muy agresivo,
presionando muy arriba a la defensa andaluza, conscientes de
lo que se jugaban sobre el terreno de juego. Sin embargo, a
pesar del empuje inicial local, las primeras ocasiones
fueron para los visitantes. Tras avisar Sotelo con un centro
desde la derecha en el minuto diez que no encontró rematador
por muy poco, Pichi aprovechó un tumulto en el área ceutí
después de un saque de esquina en el minuto doce para enviar
su disparo muy cerca del palo de Ezequiel.
Por su parte, el potencial ofensivo del Atlético en esta
fase del choque se limitaba a remates lejanos como los de
Marcos o Lema que apenas inquietaban a Melli. Sería el
propio Lema el protagonista, en el minuto 30, de la mejor
jugada local de la primera mitad. El centrocampista, tras
irse de todos rivales que le salían al paso, puso un centro
medido al punto de penalty que Rabeth estuvo a punto de
cabecear.
Un minuto más tarde, ambos protagonistas repitieron ocasión
de peligro, pero cuando Rabeth ya se disponía a encarar al
último defensor el jauxiliar levantó decretó un fuera de
juego inexistente.
La respuesta a estas dos acciones la dio Casares en el
minuto 40, pero su disparo se fue ligeramente alto tras una
buena llegada por la derecha.
En la primera mitad aún habría tiempo para una indecisión
del meta gaditano, que a punto estuvo de comerse un balón
colgado, y para una doble pared entre Anuar e Ismael que
éste último envió alto.
Así se llegó a la reanudación de un partido, con una
igualada en el marcador que hacia presagiar una segunda
mitad cargada de emoción dado ambos equipos se jugaban más
que los tres puntos.
Y las previsiones se cumplieron al cien por cien. En la
primera jugada de peligro de la segunda parte el Arcos anotó
su único tanto, al aprovechar Rubén un balón muerto en el
área pequeña que Ezequiel no pudo atajar tras el pase atrás
de Casares. El gol fue un auténtico mazazo para los
caballas, que acusaron el golpe durante unos minutos. Fue
entonces cuando Sotelo pudo rematar el encuentro en un mano
a mano con el portero atlético, pero éste detuvo el disparo
del andaluz.
Los atléticos reaccionaron entonces, sabedores de que sus
opciones de permanencia pasaban por puntuar. Sin embargo, el
corazón mandaba más que la cabeza y sus intentos se
estrellaban una y otra vez en la zaga de un Arcos que se
limitaba a conservar el marcador y a buscar la velocidad de
Sotelo como única arma ofensiva.
Para entonces, Jaco Zafrani buscó la solución en su
banquillo y la encontró. La entrada de David Alejo cambió el
rumbo del encuentro. En una de sus primera intervenciones,
el punta puso un centro-chut muy peligroso desde la
izquierda que no encontró rematador.
Poco más tarde, en el 35’, sería él mismo el que se
aprovechara de un clamoroso error de entendimiento entre
Melli y Mere, que el caballa, muy pillo, aprovechó para
hacer la igualada. El Atlético vió un atisbo de luz en el
negro túnel de su futuro, y buscó entonces la victoria. Ésta
pudo llegar en un libre indirecto en el minuto 40 en el área
gaditana, pero el remate de Marcos lo detuvo Melli bajo
palos con los pies.
Eran los últimos cartuchos de los caballas que, tras sufrir
la ‘misteriosa’ expulsión de Lema, veían el listón de la
salvación ya muy lejano. A pesar de ello lo siguieron
intentando volcados en ataque. Una circunstacia que a punto
estuvo de aprovechar Sotelo, el más peligroso ayer, en el 44
en un nuevo mano a mano con Ezequiel. No hubo tiempo para
más y, cuando el árbitro decretó el final, en las caras de
ambos equipos se pudo contemplar que el resultado no era
valido para ninguno de ellos.
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