El caos está servido. El estrangulamiento funciona. El
sentenciado a morir en la horca tiene cuerda y árbol.
Nuestra salida y entrada natural es con Marruecos; lo digo
porque hasta que no finalicen las obras de ese puente de
conexión entre el continente viejo y el continente salvaje,
proyecto anunciado en el siglo tres mil a. c. y cuya
finalización está “revelada” por Nostradamus para cuando los
hombres volvamos a un nuevo principio de los tiempos creando
entonces una forma espiritual de entendernos entre hermanos
en la que conviviremos ; hasta entonces, como digo, las
cosas son como son.
No todos los responsables se marcharon sin más; alguno dejó
su semilla.
Conciliar las medidas de seguridad con el natural deseo de
los ceutíes de pasar la Aduana de El Tarajal en un tiempo
razonable, es algo fundamental por necesario. A no ser que
se trate de estrangular del todo esa vena, esa vía de
comunicación.
Al volver a Ceuta ahora te ves obligado a pasar un
exhaustivo control a cargo, primero, de la Policía Nacional
y después, por parte de la Guardia Civil. Son dos filtros
rigurosisimos en los que que te obligan, por dos veces
insisto, en unos pocos de metros, a levantar el capó,
registran el interior del coche y abrir el maletero para que
comprueben con un celo que para sí lo quisieran más de una
perrita, si en el cofre llevas algo más que aire.
Pero ya no es sólo el caos, la desorganización, la tardanza
mayúscula y los nervios expresados por los viajeros con los
claxons de los vehículos. Mención aparte merecen esos
garantes de la seguridad, esos servidores públicos. Si de
algo carecen los miembros, en su mayoría, de esos miembros
de las Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado, es de
un trato cortés y amable. Uno tiene el sentimiento de estar
pasando por un calamitoso campo de concentración bajo la
puntual sensación de ser sospechoso de todo y de nada, y de
que bastante favor te hacen con dejarte entrar a Ceuta. La
actitud no puede ser más desagradable por creerse, la
mayoría de esos servidores públicos, que están desarrollando
un trabajo que les da el derecho de creerse estar situados
en un plano por encima del bien y del mal; muy en la línea
de los policias nazis de las SS_Polizei del loco Hitler.
Expreso gratitud trás sentirme psicológicamente “agraciado”
con una especie de certificado de “vida perdonada” , y pido
disculpas por las posibles molestias causadas a tan celosos
guardianes de nuestra frontera “plus ultra”. Que existen
excepciones, por supuesto.
Por último, ahí están esos guardias civiles sujetando con
sus manos enfundadas en guantes negros, esa alambrada con
pinchos-estrellas por si te pasas algún control. Los
aduaneros marroquíes la utilizan en sus controles de
carretera con bastante frecuencia. A la altura de Restinga
tienen establecido un control con este sistema de alambres y
estrellas o rombos con puntas. No obstante, es “tan nueva”
nuestra cadena, “reluce tanto”, que me produce verdadero
terror. Resalta nuestra cadena de estrellas pero que mucho
más. En ocasiones llegó a tener la sensación de que en lugar
de reventarme los neumáticos del coche, caso de saltarme
algún control, me la van a lanzar al cuello, en plan lazo,
como se hace con los caballos. De película americana de esas
del oeste de rodeo.
Se trata de estrangular la Aduana de El Tarajal. No es la
idea, pues, buscar una solución conciliadora entre las
amenazas de los chalaos de turno y las lógicas necesidades
de los ceutíes y de los ciudadanos marroquíes , de transitar
por esa comunicación natural.
Si ahora que las cosas están más o menos controladas,
aburrimos al personal de esta manera, a los ceutíes no nos
queda más salida que la de hacernos todos con un trabajo de
funcionario. Bueno, en la actualidad ya casi el sesenta y
cinco por ciento lo es. Entonces, me referiré al resto que
no come de “papa estado” o ayuntamiento, en vías de
asamblea.
Esto, es desde el punto de vista del que habita en Ceuta.
Desde dentro de Marruecos, las cosas se ven cada vez con más
pesimismo no ya tan sólo por los efectos negativos hacia ese
pequeño contrabando de a pie que existe y que viene bien a
nuestra economía y, es hoy por hoy también , el sustento de
miles de familias marroquíes repartidas por todo el norte de
Marruecos. Ya no es, ni mucho menos, ese contrabando salvaje
de antes, afortunadamente. Ya no es el fin del mundo, ese
cáncer mortal para la economía del vecino país. Este pequeño
contrabando es alimento compartido, beneficio mutuo, para
ellos y para nosotros. Con la enorme diferencia de que
gracias a los negros, ya no es causa de asentamientos
masivos de ciudadanos de origen marroquí carentes de
pasaportes que entraban antes por donde les daba la gana, y
se quedaban donde todos sabemos , creando ese caldo de
cultivo que va pasando factura.
A las actuales “facilidades” dadas por los españoles, hay
que resaltar los “bombones” de la Isabel con los que te
endulzan la entrada y regreso por la aduana marroquí. Otro
poema. Pasaportes en ambos sentidos y registros, para que no
falte de nada.
Marroquíes y españoles, nos hemos puesto de acuerdo, por una
vez, y sin que sirva de precedente, en un mismo asunto: dar
“cerrojazo” a la Aduana de El Tarajal a “golpes” de
seguridad. Y nos ponemos a hablar tan graciosamente de que
Ceuta se puede convertir en una especie de base logística
para los inversores españoles en Marruecos. Referencia
hecha, sobre todo, al sector inmobiliario_urbanístico. Nada
más salir de Ceuta hacía el vecino país, las banderas de la
promotora gallega Fadesa ondean por doquier conquistando el
suelo marroquí a golpes de ladrillos y cemento.
La entrada del euro no sólo afectó a las economias
domésticas de las familias españolas en su conjunto. Supuso
una puntilla puntual y de efectos graves para la economía
ceutí. Si existe un pueblo que basa sus cuentas de andar por
casa, sus “cuentas de la vieja”, en ganar el máximo posible
ese es, desde luego, el marroquí. Sin llegar, por supuesto,
al sentido de la avaricia y codicia de otros. De venir a
Ceuta sabedores que con su moneda, el dirham, ganaban en el
cambio, a hacerlo perdiendo, supuso un “antes y un después”
en su mentalidad que condujo a esa galopante ruina de la que
no salen los comerciantes ceutíes.
De ahí que cuando se va llegando a una mínima “aceptación
psicológica” por parte del ciudadano marroquí de ese enorme
revés económico que supuso la moneda europea, les
“golpeamos” ahora con controles, hasta en las narices. Aquí,
en Ceuta, no podrán subsistir más que los funcionarios
civiles y militares. A ser posible, con uno o más policías
vigilando las puertas de su casas para mayor tranquilidad de
la clase funcionariada.
Ofrecer seguridad a los ceutíes y dejarnos sin comer, es
como morir de hambre en una prisión blindada. Hasta Alcatraz
falló en su sistema.
Hablando de prisiones, mi saludo afectuoso para quien en su
día fue mi cárcelero mayor, mi director de la cárcel de los
Rosales, de la que salí con espinas. Gracias, Miguel
Villalón Martín. Con él mi estancia se hizo más llevadera,
que es mucho decir.
Era un día en hora de poca afluencia de vehículos para
regresar a Ceuta. Tardé más de dos horas. Mi desesperación
tuvo visos de amistad. Saludo al hijo de ese policía tan
entrañable y querido por mi. Descansará en paz. Tuve el
honor y la gran suerte, de ser la última persona que estuvo
con él por las calles de la ciudad. Siempre estabamos
juntos. El de policía, yo de periodista. Cada uno
desempeñando su papel, cada uno en su lado, con su
respectivo trabajo. Ambos sirviendo, así lo creimos y lo
hicimos de manera humilde, a la comunidad ceutí. Se comportó
en aquella época de forma valiente y nueva para la ocasión.
Tuvo problemas. Murió sin saber si valió o no la pena todas
esas discusiones con aquel comisario que no estaba por la
labor de adaptarse a los nuevos tiempos. Un abrazo,
Francisco, Paco Cerro. Si puedes, de donde estés, mándame
ánimos, porque tu fuistes uno de los que avalastes con tu
sincero apoyo, mi línea de actuación.
Fue un magnífico policía, en posesión de un gran corazón,
buen profesional, buena persona y me ayudó sobremanera a
abrir, cara a la opinión pública ceutí, el trabajo que los
policías desarrollan a diario.
Dicho así suena extraño, pero de no haber sido por la
apuesta democrática del Jefe del Servicio de Información,
Francisco Cerro, las noticias sobre la gestión policial
ceutí no hubieran visto la luz. El miembro del Cuerpo
Superior de Policía llegó incluso a crear en el “barco de
papel” una sección informativa que constituyó todo un hito
revolucionario en esta ciudad. Su logro, repito, le acarreó
problemas múltiples. Pero él asumió su “compromiso”, su
“riesgo” en lo que pintaba como los inicios del nuevo
sistema político español.
Con su decidida y demostrada actitud democrática, me ayudó a
que otras fichas con las que se jugaba al dominó en los
bunkers de Ceuta, fueran cayendo una a una, en bien de la
opinión pública, en bien de todos. A la hermética Policía,
siguió la impermeabilizada Guardia Civil de Hadú y los
militares, a los que había que echarles de comer aparte. La
Policía Local estaba entonces incipiente y su desarrollo se
produjo cuando un compañero de Cerro, también del Cuerpo
Superior de la Policía, Angel Gómez, se encargó de ella en
los sótanos del ayuntamiento, junto a la rampa de acceso al
bar “Sin Nombre”. Desde fecha reciente sin apodo ni
presencia física. En ningún caso iba a ser elegido para tan
alta responsabilidad Angel Gómez. El cargo estaba
prácticamente dado a un militar en excedencia. Alguien medió
ante el alcalde, Ricardo Muñoz y éste cambió de candidato en
el último mometo.
Por cierto, me acabo de encontrar al hermano de Ricardo
Muñoz, Antonio. Me cuenta que sin estar tan estropeado como
su hermano, él también está “pocho”. Mis deseos de fortaleza
y ánimos para ambos. Que Dios les ayude, de corazón.
A la gente de este pueblo la golpearon en más de una
manifestación; muchos ceutíes necesitaron atención
hospitalaria en la Cruz Roja. No tenían otra cosa mejor que
hacer que salir a la calle profiriendo gritos de que Ceuta
es española. A un destacado miembro de las Juventudes
Unificadas Independientes de Ceuta ( JUIC) lo detuvo la
policía al sorprenderlo haciendo pintadas en las
inmediaciones del Instituto en las que pedía que el delegado
del Gobierno de Ceuta no fuera un militar, sino un civil. El
comandante general asumía a su vez el cargo de titular de la
Delegación. El ceutí, para más orgullo nuestro, Carlos
Mayorga Gil, se hizo socialista y durante la transición y su
desarrollo siempre fue lo que fue: un honesto_honrado
socialista; en su boca de gran intelectual siempre estaba su
cariño por su tierra ceutí. Pero en Ceuta molestaba y se
tuvo que ir fuera. Siempre ávido de noticias de su pueblo.
Sus restos mortales reposan en su Ceuta, y pese a haber sido
un continuo “arriesgado” en su decidida apuesta por el
cambio hacia otro tipo de democracía, es un olvidado más.
Sobre Carlos Mayorga volveré más detenidamente en otros
escritos.
Siempre mi abrazo para esos aguerridos y valientes miembros
de la juventud ceutí: Pedro Balseiro, Antonio Luna, Miguel
Angel Montano, Rivera, Alberto Gómez, Andreu, y tantos
otros. Fueron conducidos a la comisaria de Ceuta en
repetidas ocasiones y aquel subdelegado del Gobierno, Ramón
María Ferrer Peña, les amenazó con la cárcel de seguir
“incordiando” en nuestra tierra con sus ideas
revolucionarias, por demócratas. Pese a la coincidencia de
apellidos no es ni la “oveja negra” de mi familia.
Estuvo a punto de que lo echaran del banco por sus
artículos. Qué pedazo de hombre y socialista de verdad,
Nemesio Alvarez Amor, con su “erre que erre”. Antonio
Domínguez, parlamentario ceutí y médico, político como la
copa de un pino, presidente de la UCD, que en paz descanse.
También de la UCD, el parlamentario y político más guerrero
de Ceuta, Serafín Becerra Lago. El único que, incluso, en
tiempos de Franco, por el Tercio Familiar, los ministros le
recibían en Madrid con los asuntos de nuestra tierra, sin
hacerlo esperar porque le profesaban un gran respeto, y
cierto “miedo”. ¡Qué gran hombre y peleón político!. Cuando
le veo por las calles de Ceuta, muy de tarde en tarde, no
puedo contener la emoción contemplando a una de las figuras
más grandes de esta tierra mala por culpa precisamente de
quienes más dicen amarla. Otro valiente de la UCD, su
secretario general, Pedro Martí, político y analista.
Arrastrado por circunstancias a la “adaptación medio
ambiental ceutí “ murió, descansando en paz. A Granada
marchó otro combatiente ucedista, José, Pepe, Godino Tondo,
de la Caja de Ahorros de Ceuta. ¿Se han dado cuenta de que
ya no existe en nuestra tierra una entidad mercantil (Caja_Banco)
con el nombre de Ceuta?. Hasta “eso” permitimos perder.
Mientras no toquen “el plus de residencia”o “plus de falta
de conciencia”, todo lo demás es susceptible de expolio.
Ranqueante. Pensamientos confusos emiten un voto de
cantidad.
Se iba a producir la apertura de la Verja de Gibraltar,
apareciendo un competidor mejor situado estratégicamente, y
la entrada de España en la Comunidad Económica Europea. Un
delelegado del Comercio de Ceuta “advierte” en unas
declaraciones públicas realizadas en el “barco de papel” de
las consecuencias negativas para la economia ceutí . Tales
eventos iban a ser catastróficos y, por tanto, teniamos que
ir preparando alternativas al monocultivo del bazar y a ese
turismo del queso y del paraguayo. Nos advirtió con tiempo.
Se cumplieron sus pronósticos al cien por cien. Era la
máxima autoridad local de economía. Le pagamos los ceutíes
con la mejor de nuestras gratitudes: se le suspendió de
empleo y sueldo durante un año y le echamos para Madrid. Ese
delegado del Comercio de Ceuta, tiene familia y nombre.
Antonio Ferrandis, curiosamente sobrino del célebre actor
fallecido “Chanquete”, de la popular serie televisiva
“Verano Azul” . Mi admiración, siempre.
Ignoro si al otro hijo de mi querido amigo, el policía
fallecido, le apetecerá hoy viernes ir a merendar a la
cafeteria Yenin del centro de Tetuán. De ser así que se
“arme” y “rearme” de paciencia, porque seguramente ni con
las dos horas favorables, llegue a tiempo de cenar . En
cierta ocasión me dijo que el hecho de que se contará con
tales ramas era todo un lujo. Un Clase C, pensé yo para mis
adentros.
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