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sociedad - JUEVES, 26 DE ABRIL DE 2007

 

religión / cofradías

La Cofradía del Valle recibe el consentimiento
de la Comisión de Patrimonio de la Vicaría

CEUTA
José Manuel Rincón
jmrincon@elpueblodeceuta.com

La Cofradía del Santísimo Cristo de la Paz y María Santísima de la Piedad recibió el pasado viernes el consentimiento por parte de la Comisión de Patrimonio de la Vicaría General de Ceuta para proceder a la restauración del grupo escultórico que recrea la solemne escena de la Sagrada Mortaja.

Tal y como destacaba a nuestro rotativo la hermana mayor de la Cofradía, Encarnación Mercado, este consentimiento es el único requisito que le hacía falta a la Hermandad para acometer la restauración del magnífico misterio.

Encarnación Mercado adelantó que la junta ha decidido dejar pasar este fin de semana, debido al puente que se aproxima, y que una vez finalizado el puente se pondrán en contacto con los restauradores para que den comienzo cuanto antes a los trabajos de restauración.

Como ya explicara a nuestro rotativo la hermana mayor de la Cofradía, las imágenes que componen este misterio están bastante deterioradas según, se ha podido observar tras el estudio realizado por los restauradores. Estos destacan en su estudio que sobre todo la imagen del Santísimo Cristo de la Paz y una de las imágenes secundarias son las en peor estado de conservación están, comentando que la talla del Cristo muestra numerosas capas de repinte y que la imagen secundaria ha perdido totalmente la policromía en varias zonas del cuerpo pudiéndose observar incluso la madera.

Comentar que todas las imágenes que componene este completo misterio se deben a las gubias del imaginero sevillano de Alcalá de Guadaira, Manuel Pineda Calderón, tallándolas a partir de 1956, inspirándose para su composición en el paso de Sevilla que recoge este momento de la Pasión.

El misterio representa, tal y como se destaca en párrafos anteriores al momento de la Sagrada Mortaja, donde el cadáver del Cristo de la Paz descendido de la Cruz, es sostenido por la Virgen de la Piedad, siendo amortajado por San Juan y las Santas Mujeres, mientras José de Arimatea y Nicodemo son testigos del dramático momento.
 

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