La comunidad agustiniana de nuestra ciudad celebró, ayer por
la mañana, la conversión de San Agustín con el traslado de
una imagen del Santo desde la Iglesia de San Francisco hasta
el centro docente de los agustinos, y posteriormente
concelebrando una solemne misa en el patio del colegio.
Con un sol de justicia y con la presencia de un gran número
de ceutíes, la Cruz Parroquial de la Iglesia de San
Francisco, flanqueada por dos ciriales, asomaba por la
puerta principal del citado templo pasada las doce y cuarto
de la mañana. Esta Cruz Parroquial abría el cortejo
procesional que acompañó al Santo hasta el Colegio San
Agustín.
Tras la Cruz, y en fila, los alumnos de primero a sexto de
Primaria engrosaban el amplio cortejo que acompañaba a la
talla del Santo en su recorrido, para posteriormente dar
paso a la bandera agustiniana, una representación de la
nueva junta de gobierno de la Hermandad de las Penas, la
cual portaba su estandarte, una presidencia compuesta por el
director del Centro el padre Juan Enrique Canca, el
coordinador de Pastoral del centro, Isidro Labrador, y el
director de Primaria del Centro el padre Santiago Paniagua,
en la que también estaba presente el párroco de Santa Teresa
y pregonero de la pasada Semana Santa, el padre David
Gutiérrez, un grupo de ciriales e incensarios, la imagen de
San Agustín portada por alumnos de Secundaria y, cerrando el
cortejo, los alumnos de Secundaria del centro docente.
Durante el recorrido, y a medida que el cortejo se iba
acercando cada vez más al colegio, los más pequeños, los
cuales portaban en sus manos ramos de claveles que
posteriormente ofrecieron al Santo, comenzaron a gritar
“¡Viva San Agustín!”, teniendo como respuesta al unísono de
todos los presentes “¡Viva!”.
Una vez en el interior del colegio, la imagen del Santo fue
ubicada al lado de la mesa de altar improvisada para oficiar
la solemne misa, la cual dió comienzo con la presencia de
todo el alumnado y el profesorado del centro, así como con
la presencia de un gran número de ceutíes que se sumaron a
esta celebración y quisieron arropar a la comunidad
agustiniana en la conmemoración de la conversión de San
Agustín.
La misa dió comienzo con la lectura de una breve reseña de
quien fue San Agustín y de los valores que persiguió a lo
largo de su vida, valores estos que hoy en día se intentan
transmitir por la comunidad agustiniana al alumnado del
centro, tal y como así lo destacaba en esta sentidas
palabras, Hugo Medín Medín, el alumno de bachillerato
encargado de pronunciar esa breve reseña.
Posteriormente se prosiguió con la solemne misa concelebrada
por los sacerdotes agustinos, donde tres alumnos de 5º y
otros tres 6º de Educación Primaria realizaron las
peticiones, y en la que tuvieron participación activa tanto
el alumnado como el profesorado.
Comentar que la talla trasladada ayer quedará de forma
permanente en el Colegio San Agustín, presidiendo la entrada
al centro docente.
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El 23 de abril de 387, San Agustín fue
bautizado por el santo obispo Ambrosio
San Agustín fue bautizado en
Milán, a los 32 años de edad, el 23 de abril de 387 por el
santo obispo Ambrosio.
Esta conversión se produjo después de muchos años de crisis
personal, y tras oir una voz procedente de una casa vecina,
cantando como si fuera un niño o niña, repitiendo una y otra
vez: “Toma y lee, toma y lee”. Él interpretó aquellas
palabras como si fueran un mandato divino, abrió la Biblia y
leyó el primer pasaje que se ofreció a sus ojos: “Nada de
comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos ;
nada de rivalidades y envidias. Revestíos más bien del Señor
Jesucristo y no os preocupéis de la carne para satisfacer
sus concupiscencias”.
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