Hace unos años los vecinos de Calamocarro se alzaron ante
prácticas nocivas para el medio ambiente, sobre todo, del
tránsito incontrolado de tráfico rodado en los montes de la
zona. Una campaña de recogida de firmas encabezada por
Anselmo Ruiz consiguió arrancar algunos compromisos de la
administración. Actualmente muchos vecinos de Calamocarro
empiezan a notar que el nivel de vigilancia ha descendido y
que existen carencias en cuanto a la señalización pese a
aquellos compromisos antaño adquiridos.
Su portavoz, Anselmo Ruiz, solicitará próximamente una
reunión con la consejera de Medio Ambiente, Carolina Pérez
para trasladar las quejas de los vecinos y buscar una
solución satisfactoria para ambas partes. Entre las demandas
de estos ciudadanos se encuentra el tema de la vigilancia en
la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) que
constituye Calamocarro-Benzú para evitar la erosión, en su
mayor parte ocasionada por el tránsito motorizado,
especialmente en el arroyo de Calamocarro, según señalan.
Ruiz asegura que el uso de las excavadoras en el cauce del
arroyo de Calamocarro ha supuesto un “daño grave al entorno”
porque se ha arrasado con la flora que crecía en bordes de
los senderos. Asimismo, apunta que el seguimiento de las
repoblaciones es fundamental para evitar que con el cambio
de estaciones los plantones acaben muriendo por falta de
riego, ya que el esfuerzo por regenerar el monte será
“inútil”.
Los vecinos exigen la colocación de más contenedores de
basura así como un control en mayor medida del crecimiento
de los eucaliptos en la zona. Ruiz ha observado que la
señalización es deficiente, porque con el paso del tiempo se
ha deteriorado o simplemente no se ha llevado a cabo su
colocación. En definitiva, los vecinos de Calamocarro
pedirán una “mayor preocupación” por el impacto ambiental no
sólo por parte de las administraciones sino también de los
ciudadanos para que respeten este hábitat.
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