El pasado lunes sufrí en primera persona un atraco con
intimidación y violencia a las 2 y media de la tarde en las
escaleras que van desde la Calle Real a Calle Molino y
circundan los edificios de Real 90.
El individuo atacante, probablemente marroquí, esgrimía un
cuchillo de unos 20 cm. de hoja con el que me amenazó y, al
ofrecerle yo resistencia al robo, intentó acuchillarme en el
abdomen por dos ocasiones consecutivas, consiguiendo que me
retirara y agarrar así su botín: un bolso bandolero que
llevaba colgado y que contenía mi documentación y algo de
dinero.
Esto no dejaría de ser un caso personal si no fuera porque
desde que me sucedió, han llegado a mis oídos hasta tres
casos similares. El primero, ocurrido hace dos semanas,
tiene como protagonista a una señora de mediana edad de esta
misma zona a la que un asaltante de características
similares, en Calle Canalejas, amenazó y robó una cuantiosa
cantidad de dinero, recién sacado de un cajero cercana por
la citada mujer.
Los otros dos casos que han llegado a mi conocimiento son
los de una mujer que junto a su hijo de pocos meses en
carrito fue asaltada cerca del polideportivo en construcción
junto a Recinto Sur y el de un niño de apenas 8 años de edad
que, también en las mismas escaleras donde yo tuve el
incidente, fue amenazado por un individuo con el mismo
‘modus operandi’, robándole al crío 3 euros y la comida que
llevaba a su abuela.
Desde estas líneas pido a las autoridades pertinentes que
tomen las medidas necesarias para mejorar la seguridad de
esta zona, por la que pasan cada día decenas de personas,
incluidas personas mayores y madres que juntos a sus hijos e
hijas se dirigen al colegio o regresan de éste. Y de paso,
agradecer y reconocer el trabajo, interés y buen trato
dispensado por la Policía Nacional en la Comisaría de Colón.
Espero que mi caso sea el último y este tipo de delitos no
se conviertan en algo común en nuestra ciudad, que yo al
menos, hasta el pasado lunes, la tenía como bastante segura.
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