¿Creen que a mí me motiva el
escribir sobre temas políticos? Pues se confunden, no me
motiva en absoluto y menos aún me genera endorfinas o
serotonina, sobre todo cuando, cada cual, continúa con sus
manías. Los socialistas reinan con el trauma de que, los
peperos, les insultan. Y responden melindrosos y almibarados
que “A cada insulto, una propuesta”. Pues vale, que bien,
nos dirigiremos a Génova 13 para que, los nuestros,
comiencen a darle a la sinhueso, a tirar del diccionario de
la Real Academia de la Lengua y utilizar con gracejo y
maestría ese sinfín de denuestos, palabras de grueso
calibre, abominaciones y términos directamente injuriosos,
que enriquecen este bellísimo idioma español,
salpimentándolo desde tiempos inmemoriales, en plan loa y
glosa de la inabarcable imaginación popular. Como
comprenderán estoy tratando de camelarme a los voceros del
PP para que “de verdad” insulten y den pábulo a los
blandujos de enfrente, para tramar propuestas novedosas y
haya cierto movimiento mental e intelectual en este muermo
de campaña preelectoral. ¿Qué dicen? ¿Qué los Populares, son
personas finas y no conocen la dialéctica grosera y soez con
la que, en múltiples ocasiones, nos regalamos el ánimo las
gentes de este pueblo , no llano, sino llanísimo, al que,
tengo el honor de pertenecer? Vale. Les fallan la
expresividad y el casticismo que es algo, que o se mama, o
no se mama y no es lo mismo quien ha tomado el primer buche
de agua con cucharilla de plata, que quien lo ha tomado,
después de tres hervidas y un chorrillo de lejía por riesgo
inminente de cólera o gastroenteritis.
Eso se llama en sociología, posición adscrita y posición
adquirida, adscrita quien nace en cuna con volantes de
organdí y le viene todo rodado, adquirida cuando, desde la
más tierna infancia, se sustituye el organdí por los piojos,
las escuelas caras por maestro Ciruela (que no sabía leer y
puso una escuela y encima hostiaba malamente al alumnado).
Al adscrito todo le es más cómodo, el adquirido se lo tiene
que currar y partirse el alma para conseguir cada logro y
dejarse los cojones en cada paso adelante.
Vamos, lo que postula el lider de la derecha francés Sarkozy
(mi ídolo ideológico) cuando habla de una nación en la que
primen el trabajo, la disciplina, la fuerza de voluntad y el
sacrificio. Y este hijo de inmigrantes húngaros, que va a
devolverle a Francia la decencia y la vergüenza, me parece
muy cercano a mi Padre San Josemaría Escrivá, porque,
quienes le seguimos, tenemos muy asumido que, o nos
santificamos por el trabajo profesional, intentando hacerlo
lo mejor posible, o somos unos mierdas. ¡Que cosas! ¡Lo que
es la fe de cada uno! ¡Lo que son los mecanismos
neuronales!. Pero, neuronas aparte, apuesto cualquier cosa a
que, ni yo, ni ninguno de ustedes, ha oído jamás a un
popular insultar con gracia a nadie ¡ojalá!. Ni con gracia
ni en plan sieso.
Pero, a los cursis de enfrente les dicen “No toleraremos a
los batasunos en las listas electorales, no claudicaremos” Y
los cursis se sienten “muy” vejados y, como respuesta a
semejante afrenta “proponen” algo. ¿Qué que proponen? Ni
repajolera idea. Pero hay propuestas que son atractivas de
por sí, como las referentes a la seguridad ciudadana, la
reforma del Código Penal para ampliar los límites de la
legítima defensa equiparándonos a otras legislaciones más
avanzadas, convocar sesenta mil plazas de policías y
guardias civiles, equiparar su sueldo al de los
politicastros pulsabotones, doblar sueldos de jueces,
fiscales y personal de Justicia, construir cuarenta nuevas
cárceles y doblar el sueldo de los funcionarios y mandar a
cumplir a los presos extranjeros las condenas a sus países
de origen para que, encima, no nos cuesten los dineros y en
aplicación del art.33 ¿Qué cual es el art.33? Pues el de los
cojones de España y de los españoles. Sin aplicación legal
de esa norma jurídica, lo que hay son manías electorales,
riñas de ursulinas y peleas de patio de cottolengo. ¿A que
sí?.
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