Nos acercamos pateando al Colegio
Español “Luis Vives” en un atardecer templado y lluvioso,
con mi anfitrión y director del centro, José María Montes,
comentándome las jornadas. Una semana cultural entera
dedicada al Principado de Asturias, ahí es nada, incluyendo
la actuación del grupo folclórico “El Cabazo”, que acudirá
desde el municipio de El Franco con sus gaitas asturianas
(especifico porque las hay gallegas), tambores, panderos y
panderetas, para finalizar otro día con tonadas asturianas
cantadas, ni más ni menos, que por Julio Mallada Gancedo,
intérprete de reconocido prestigio, purista en su género,
con obras como “Déxame que beba sidra” y “A vivir a la
montaña”. Si hablamos de recursos locales, en la Semana del
Principado actuará la orquesta de Beni Arós “Estrella del
Norte”, dirigida por Abdeslám El Harrak y que, acompañada de
laúdes, violines y otros instrumentos más populares tocará
al ritmo de la “taktoka yebalía”, con puntuales notas
musicales árabes conocidas como “el rbaá”. No podemos
olvidarnos del “rap”, que será abordado a todo ritmo por dos
jóvenes grupos de Larache (“Kachla”) y Tánger (“Zanka Stoone”).
Todo un acontecimiento para la comunidad escolar.
Una típica “jaima” levantada en el patio del colegio alberga
una serie de exposiciones representativas de Asturias, con
materiales didácticos sobradamente conocidos y que me son
muy cercanos. Echo una mirada a José María Montes (“Presa es
mi segundo apellido, todo muy cinegético” me espeta) con la
que intento decirle algo así como “Eres la leche”. Vamos,
tendría para varias páginas escribiendo del personaje pero
no voy a cansarles. Ya caerá.
Ya en el salón de actos del centro intenté hilvanar, tirando
del “disco duro”, el esquema que había compuesto por el
camino junto con algunas pinceladas biográficas de la media
docena de ilustres “asturianos” que se habían paseado, en
algún momento de la historia, por tierras magrebíes, no sin
antes hacer una ligera referencia al ala de caballería
legionaria, integrada por “astures”, que pudiera ser incluso
que a lomos de briosos “asturcones” cabalgara desde la
cordillera Cantábrica hasta Tamuda y Volúbilis. Una vieja
lápida funeraria encontrada en julio de 1919 en Ujo sacó a
la luz la existencia del “praefectus” (equivalente a
general) Gaio Sulpicio Ursulo, destinado al frente de la
Regio III Augusta acantonada a los pies del Atlas argelino,
en Lambaesis. También conté algunas aventuras de Alvaro
Navia Osorio, inspector durante un tiempo -¿hacia 1715?- del
Ejército del Norte de África acuartelado en Ceuta y que,
años más tarde, encontraría la muerte un 21 de noviembre de
1732 peleando al frente de sus hombres a las puertas de
Orán; en el presidio de Ceuta recalaron con sus huesos el
político Agustín Argüelles (1814) y el general liberal
Evaristo San Miguel; del siglo pasado no podemos olvidarnos
del socialista Indalecio Prieto, nacido en Oviedo y que
vivió muy de cerca, escribiendo algunas obras, la guerra de
África y el desastre de Annual. Rematé el recordatorio con
Álvarez Buylla (II República) y los numerosos asturianos
destinados, durante el Protectorado, a cumplir el duro
servicio militar en Marruecos. Seguimos mañana.
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