¿Cómo luchar contra la piratería si para muchas personas ese
canon de legalidad que en los paises subdesarrollados pagas
en concepto de ‘propiedad intelectual’, no tiene ningún
sentido?.
“En Marruecos tú puedes copiar lo que quieras, la policía no
lo persigue, se puede hacer libremente”, explica confuso Y.B.
Este antiguo mecánico de 33 años y natural de Rincón, pueblo
de la provincia de Tetuán, conoce la palabra “piratería” y
“propiedad intelectual” por las veces que fue detenido en
Ceuta cuando intentaba vender copias de CDs y DVDs a los
viandantes de la ciudad autónoma.
El problema de la venta ilegal de copias de CDs de música o
de películas en formato DVD puede tomarse desde una postura
concreta. En España, por ejemplo, la legalidad avala el
concepto de autoridad intelectual y por tanto persigue la
difusión y venta de este tipo de material, si no ha pagado
previamente el canon dispuesto desde entidades como la
Sociedad General de Autores, pero en Ceuta y debido a su
situación fronteriza con un país considerado del tercer
mundo, ese concepto penal se disuelve como muchas otras
ideas cuyo sentido queda diluído dependiendo si lo entiendes
desde un lado u otro de la frontera.
En Marruecos esta actividad “ilegal” cada vez está cobrando
mayor importancia, de hecho para muchos jóvenes estudiantes
y con un determinado poder adquisitivo, conseguir un local o
cochera, y colocar unos ordenadores con los que realizar
copias de películas y de CDs siguiendo incluso los índices y
gustos del mercado español, no es ningún problema.
Y.B cada vez que se queda sin material o tiene que realizar
algún encargo se pasa por una de estas cocheras situadas en
Tetuán y compra la mercancía que necesita. Los precios de
compra son de 15 dirhams cada CD o DVD, poco menos de un
euro y medio, y la venta en Ceuta suele ser de dos euros.
Y.B explicó que llega a conseguir como jornal diario unos 20
o 30 euros, ya que a cada venta le saca de beneficio entre
los 40 y los 60 céntimos y vende alrededor de 40 o 50 copias
diarias.
“Antes me ganaba la vida como mecánico en Rincón, de hecho
ganaba muy buen sueldo y me especialicé en la electricidad,
pero con la cantidad de gente que está llegando desde el sur
de Marruecos hasta el norte, el precio de la mano de obra ha
bajado muchísimo y me despidieron de mi trabajo porque
contrataron a una persona que cobraba un 50% menos que yo”,
explicó Y.B. “Es un buen trabajo para sacar adelante mi casa
y mis tres hijos”.
Y.B asegura que la venta de este material “ilegal” ya sólo
la realiza por encargo y a su clientela. “Llevo más de dos
años dedicándome a esto, y he pagado la novatada muchas
veces, sobre todo al principio, cuando no conoces a nadie y
la policía te pilla continuamente y te quita el material con
lo que pierdes todo el dinero que habías invertido”, explicó
Y.M.
“Mi pasaporte es mi vida”
Diariamente Y.M cruza la frontera del Tarajal, gracias a su
pasaporte de Tetuán, provincia con la que Ceuta tiene un
acuerdo especial por lo que sus naturales no necesitan
visado para el paso. “Cuando llego a Ceuta dejo mi pasaporte
al cuidado de unos amigos porque si me pilla la policía me
lo marca y ya no puedo pasar más por la frontera. Mi
pasaporte es mi vida”.
Después circula por las barriadas de El Príncipe, Juan
Carlos I, Hadú y el Polígono para sacar su sueldo diario,
“unos 20 o 30 euros dependiendo de cómo se de el día”,
explicó. “Yo vendo lo que la gente me pide, no hago nada
más”, concluyó.
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‘ilegalidad’ para los paises desarrollados
La Policía que trabaja en la
ciudad de Ceuta cada día vigilan a personas como Y.B.
Cuando localizan a uno de ellos, le requisan el material
“ilegal” y lo ponen a disposición judicial acusados de un
delito contra los derechos de la propiedad intelectual que
se suele resolver en cuestión de semanas.
Las incautaciones de este tipo de material suelen ser de
unas 100 copias semanales, aunque aseguran fuentes
policiales, “cada vez los índices bajan más porque desde
hace un año la Policía Nacional puso en marcha una actuación
especial contra este tipo de delito y se ha dejado notar el
descenso de actividad en este ámbito”.
El 90 por ciento de los vendedores que trabajan en Ceuta son
de Marruecos.
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