A primera vista y como otras veces
el título parece un tanto estrambótico, pero “pasen” y vean.
Ya habrá ocasión de contarles más detalles, pero resulta que
la noche de ayer viernes, que me las prometía tan felices
dispuesto a descansar un poco en el dulce tálamo y salir
luego a “perrear” para tomar los aires, resulta que va a ser
que no. Anteayer me perdí la conferencia del teniente
general Álvarez del Manzano (un profesional que me inspira
toda confianza) y las conclusiones de las últimas jornadas
de “Geopolítica” que estos días se celebraron en la sede de
la UNED con la idea de asistir, en Tetuán, a la presentación
del libro “Viaje a Tombuctú”, a cargo ex ministro Larbi
Mesari, pero me dio una “pájara” por el camino y acabé
tiritando envuelto en una manta en casina. Y esta mañana,
volviendo de Ceuta, ciudad querida, con la intención de
recuperar el descanso perdido sabe ya por dónde para, al
filo del atardecer, acercarme al Instituto Cervantes para
instruirme y deleitarme con la oportuna conferencia sobre
“Alianza de Civilizaciones, alianza de valores” a cargo,
entiendo que al alimón, del “jai” Juan Goytisolo y del ex
responsable (bajo el oprobioso Régimen del Caudillo) de RTVE
y actual factótum del poderoso Grupo Prisa (cuyo dueño es un
conocido empresario medrador del antiguo Régimen), Juan
Luisito Cebrián y ya ven…. Uniendo letras, a última hora,
desde el viejo y remozado “Hotel España”, en el centro
histórico de Larache. Como les iba contando -¡no voy a creer
yo en el Destino!- y por una serie de circunstancias, me veo
al final participando encantado de la semana cultural del
Principado de Asturias, organizada en la ciudad del Lucus
entre el 19 y el 25 de abril por el Colegio Español “Luis
Vives” impulsada –como no podía ser menos- por su entusiasta
director, el “sierense” Juan Luís Montes. Resulta que, lo
que son las cosas, al final la escritora y “Premio Nadal”
Carmen Gómez Ojea no pudo tomar el avión… y aquí estoy yo,
de sustituto, hilvanando ideas para entretener al respetable
con el título “Asturianos en el Magreb”, que con suerte y si
acabo pronto la presente columnilla todavía voy a tener
veinte minutos para preparar. Un lujo, vamos. “No te
importará venir de segundo plato, José Luis”, me espeta
preocupada y delicadamente Juan Luís Montes: “Para nada
amigo, yo siempre digo que sí y además no tengo complejos.
Un lujo poder hablar de la tierrina del alma”. Y mañana a
Casablanca, a recoger a mi futuro suegro y de paso ver que
se respira. Ya les narraré algo desde la capital económica
de Marruecos. Cambiando de tercio, por cierto “sidi” Tatary:
¿ya ha encontrado usted, junto a sus socios, la forma de
“importar” desde el vecino país –que por otro lado cada vez
está más cerca- digamos que a una docena de fieles imames
para predicar en las mezquitas de Ceuta?. Con “papeles”,
claro. El lunes le llamo y ya me contará.
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