¿Están ustedes siguiendo la nueva
movida marbellera? “Operación Hidalgo” la denominan,
notarios, abogados y empresarios imputados, los putrefactos
calabozos de la Comisaría Central de Málaga hasta las
trancas de VIPS y, pese a que a estos deberían llamarles
“los hidalgos” lo cierto es que, el pueblo generaliza y
simplifica y les llaman a todos “malayos”.
Conmoción en la elegante prisión de Alhaurín, también
llamada Alhauvips por la proliferación de reclusos
preventivos ilustres, y comentarios generalizados “Ya van a
empezar a llegar a comunicar los pijos de los familiares
malayos” ¿Qué se le ocurrirá esta vez a la dirección del
centro para dejar deslumbrados a todos los visitantes, sin
excepción de rango ni de importancia?. Galería de arte ya
tienen, montada en el primer rastrillo y exponiendo
auténticas obras de mérito, realizadas por los presos del
colectivo Moraga que se esmeran en rascar creatividad para
hacer de la cárcel algo parecido a un museo. Los jardines de
acceso son inmejorables, con una fuente andalousí y
diseñados tipo Generalife en miniatura, amen de cuidados con
autentico mimo por un escuadrón de reclusos jardineros. En
los suelos de los locutorios se puede comer, de hecho, la
solería de acceso del primer ladrillo es de mármol tan
reluciente que, los familiares tienen cuidado en usar las
papeleras porque, tanta limpieza, causa arrobo y respeto.
¿Qué dicen? ¿Qué ustedes quieren un Ceutavips? Pues tendrá
que ser a lo alto y ganas no le han de faltar al currante
del director, aunque, para dar caché a una prisión, ha de
contarse con el elemento humano y los presos alhaurinos son
de buen material, participan en las actividades y en los
talleres, aprovechan al máximo las excelencias de los
equipos técnicos y mantienen la prisión en las mejores
condiciones posibles.
Eso sí, como todas las criaturas privadas de libertad en
España, se comen y se reconcomen cuando ven las noticias de
que, el asesino múltiple de Juana, no es que esté vigilado,
sino “Protegido” el muy cabrón, en el hospital donde tantos
arrumacos recibe, porque alguien arrojó pintura roja y
gualda en un pasillo cercano a su loft sanitario y claro, la
bandera de España es una amenaza terrible para un criminal
con las pezuñas manchadas de sangre de inocentes. Lógico, el
asesino, para sanar, tiene que ser conducido en coche
particular a un homeópata, para que le den los polvillos de
la madre Celestina y hacer compritas de remedios y mejunjes,
o graduarse la vista y elegir un modelo de gafas que cuadre
con su anatomía de alimaña. Los reclusos que yo conozco no
han matado a nadie. Y de los que conozco de enfermería, que
están enfermos por desgracia, que no por echarle pulsos a
España con huelgas hipocalóricas, tampoco hay ningún asesino
múltiple. Pero, pese a ello, a ninguno se le ha ocurrido
exigir ser conducido ni a un homeópata, ni a un naturalista,
ni a un chamán ni a la consulta de Aramís Fuster para que le
eche las cartas y les haga un amarre de amor. La gente aquí
es sensata, estamos en el sur y no veo yo al director de
Alhauvips paseando en coche a hienas que quieran acudir a la
medicina alternativa. Que no. Que la Dirección y las Juntas
de Régimen y de Tratamiento de esta cárcel glamourosa son
muy de humanizar las condiciones de quienes se lo curren y
se lo merezcan, pero no tienen las tripas de llevar de
compritas a maníacos sanguinarios, aunque lo ordenen de las
alturas, que, en esos casos, no son alturas sino bajuras, de
bajunerío.
Los malayos y los hidalgos puteados en la prensa, algunos
presos VIPS, pero tratados normal, la culpa es de ellos, si
hubieran matado a mogollón de inocentes serían malayos e
hidalgos superVIPS y podrían acudir al masajista y al
podólogo e incluso operarse de juanetes gratis. ¡Es que los
presos alhaurinos, por lo visto, no se lo saben hacer!.
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