Los medios de comunicación a nivel mundial se han hecho eco
de las conclusiones del informe ‘Impactos, Adaptación y
Vulnerabilidad’ elaborado por el Panel Intergubernamental de
Cambio climático (IPCC). El impacto en las costas españolas
será considerable según este organismo, que detalla en su
estudio, como un cambio en la energía del oleaje hará más
vulnerables las costas españolas así como un mayor impacto
en el litoral Cantábrico y Mediterráneo que en el Atlántico.
La erosión costera irá en aumento y afectará, sobre todo, a
las infraestructuras “fundamentalmente portuarias”, con una
clara incidencia en el Estrecho de Gibraltar. Con respecto a
los fenómenos meteorológicos, “la pérdida de recursos
hídricos será más intensa” debido a una reducción de las
precipitaciones de hasta 40 por ciento en el sur peninsular,
provocando graves daños en “cultivos de zonas semiáridas o
secas”. Entre los ecosistemas “más vulnerables”, la flora y
la fauna mediterránea “van a experimentar los impactos más
severos”, con cambios morfológicos y genéticos en algunas
especies animales, por ejemplo en las aves, que tan
importante foco migratorio poseen en Ceuta. Los efectos del
calentamiento global tendrán un mayor peso a medida que los
fenómenos meteorológicos extremos continúen acortándose en
el tiempo.
El periodo de sequía, por ejemplo, se sucederá cada cuarenta
años en lugar de cada cien años, y mientras en el norte de
Europa las precipitaciones aumentarán, en el sur lloverá y
nevará menos. También las olas de calor serán “más
frecuentes e intensas”, lo que causará mayores riesgos para
la salud y acentuará el conflicto sobre la escasez de los
recursos hídricos en zonas dependientes.
El informe se acordó después de casi una semana de
negociaciones, y tras una tensa sesión final de 24 horas
ininterrumpidas que adquirió carácter predominantemente
político, indignando a algunos científicos, según señalan
desde Greenpeace.
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