Florentino Portero Rodríguez es experto en Relaciones
Internacionales, Defensa y Política Exterior. Licenciado en
Historia y Geografía por la Universidad Complutense de
Madrid, se doctoró en Historia Contemporánea en 1988 por la
Universidad Nacional de Educación a Distancia. En la
actualidad, es profesor titular de Historia Contemporánea en
la UNED, aunque ha impartido cursos en la Universidad de
Londres y en la de Minnesota. Asimismo, es codirector del
Programa de Doctorado en Seguridad y Defensa del Instituto
Universitario General Gutiérrez Mellado.
Desde 1986 es miembro fundador del Grupo de Estudios
Estratégicos (GEES) y es colaborador habitual de diversos
medios españoles como ABC y Expansión.
De las tres ponencias que se realizaron durante el día de
ayer, el experto en Relaciones Internacionales, Defensa y
Política Exterior, Florentino Portero, centró su
intervención en el análisis del conflicto israelo-palestino
en la actualidad.
Pregunta: ¿Qué perspectivas e intereses tiene el
conflicto en la actualidad?
Respuesta: Las perspectivas no son muy alagüeñas. La gran
novedad del conflicto en nuestros días es la entrada de
HAMÁS como el movimiento mayoritario de ámbito palestino.
HAMÁS no acepta el proceso de paz porque no acepta la
existencia del Estado de Israel. Por lo tanto, todos los
esfuerzos que se han venido haciendo desde Oslo, la cumbre
de Madrid, las negociaciones de Camp David o la hoja de ruta
de Bush, todo ese proceso se ha parado porque no hay nada
que negociar. Ellos no quieren negociar.
¿Qué sucederá si la situación actual se consolida?
Si esta situación se consolida tendrán que
buscar,conjuntamente, otras alternativas que irían hacia lo
que podemos llamar un desenganche bilateral. Si Israel no
puede negociar unas fronteras definitivas pero las necesita
porque no quiere hacerse cargo de la población palestina,
deberá establecer por su cuenta una frontera, ceder el poder
a la autoridad palestina y seguir adelante.
P: ¿Cuál es el inconveniente que a fecha de hoy tiene?
R: Pues como este plan ya lo intentó Sharon en un momento de
estancamiento con la cesión de Gaza, que hoy es una fuente
de problemas porque desde allí se lanzan esos pequeños
misiles que llegan a poblaciones cercanas, con ese
precedente en el que Cisjordania se convierte en una gran
Gaza, pues no es precisamente algo que pueda entusiasmar a
la población israelí. También tiene el problema del
desenganche unilateral que en su día diseñó Sharon.
P: ¿Cree, usted, que tendrían que intervenir los agentes
externos para intentar solucionarlo?
R: Eso es inevitable. Queramos o no las grandes potencias
están presentes en Oriente Medio, y no sólo es la voluntad
de ellas estar, sino que las potencias allí presentes, como
Egipto o Arabia Saudí, demandan su presencia a las grandes
potencias en el marco de las Naciones Unidas, para tratar de
reequilibrar.
¿Hoy en día, está internacionalizado el conflicto?
No debemos dudar que el conflicto está internacionalizado,
y, además, en la medida en que Irán vaya asumiendo más
protagonismo, mayor será la internacionalización, y
conflictos que antes eran locales, como el conflicto del
Líbano o el de Afganistán, ya pierden identidad y pasan a
ser parte de algo mucho más mayor. El principal problema es
la guerra interna del islam que vive una guerra civil y eso
afecta a la relación de occidente. Hay que empezar a pensar
con una lógica diferente que no tiene nada que ver con los
procesos de paz que hemos vivido.
P: ¿Piensa que se puede acabar produciendo una Tercera
Guerra Mundial?
R: No, porque, en principio, una guerra mundial es una
guerra convencional. Para los historiadores mundiales la
Tercera Guerra Mundial era la Guerra Fría y llaman cuarta
Guerra Mundial a la guerra contra el islamismo, contra el
Yihadismo. Tanto la tercera como la cuarta no son guerras
convencionales: la guerra fría fue una guerra
diplomático-militar y la cuarta es una guerra mucho más
confusa, más moderna, que es, básicamente, una guerra de
terrorismo, de guerrilla y también de creciente tensión
nuclear. Es más difícil de manejar que la guerra fría porque
en esta había dos partes que tenían una lógica occidental y
ninguna de las dos quería morir. En la guerra en la que nos
encontramos ahora hay varias partes que forman una nebulosa
de grupos y de gobiernos donde se está dispuesto a morir y
donde se está dispuesto a luchar de formas muy distintas. No
sabemos cómo enfrentarnos a una opción tan compleja como
esta y eso va a requerir tiempo.
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