“Mucha, mucha policía”, uno de los
conocidos estribillos del cantautor Joaquín Sabina (lo que
no voy a reproducir es su chiste sobre la Princesa de
Asturias, que tanta gracia le hizo a Doña Letizia)
describiría a las mil maravillas el paisaje de mi Tetuán del
alma, felizmente reincorporado desde anteayer a estos
andurriales. A media mañana en el Tarajal llamaban mi
atención, junto a los refuerzos de la Policía Nacional,
varios agentes franceses de la PAF (Policía del Aire y de
Fronteras) que escudriñaban, con gran atención, caras y
equipajes. ¿O sería una alucinación?
Hasta que no baje, un día de estos, a Casablanca y pueda
explorar el terreno prefiero no profundizar en los últimos
avances del yihadismo salafista en Marruecos aunque, para
los que hayan tenido la paciencia de seguirme al menos desde
noviembre pasado, convendrán conmigo en que la terrorista
era una ofensiva anunciada. Ayer mismo la prensa marroquí se
hacía eco (‘Aujourd´hui’) del arresto del jefe de las
células terroristas en la ciudad, mientras el solvente
‘L´Economiste” dedicaba sorprendentemente (no es usual en
este medio) cinco páginas más un contundente editorial (“Yihad”)
al problema, ocupando una página entera reproduciendo en
color las fotos de los cuarenta terroristas más buscados.
Uno de los ejercicios, didácticos naturalmente, que llevo
años haciendo en la medida de mis posibilidades es cruzar
datos parentales (me inicié en ello en mis tiempos de
regidor de un pueblo que no era el mío, a modo de
descubierta para conocer el terreno) de los presuntos
terroristas islamistas detenidos en el país vecino, buscando
sus vínculos familares en Ceuta, ciudad querida. La última
práctica la hice con los “suecos” y me dió un resultado de
carallo.
Es obvio que el responsable de cualquier acción es el que la
comete y líbreme yo en estas líneas de arrojar la sombra de
la duda sobre entornos familiares. ¿Entonces?. Lo que pasa
es que Ceuta se ha convertido (y empezamos ahora a
reaccionar) en la “reserva estratégica”, la “retaguardia” de
entramados de todo tipo: desde puramente mafiosos a
terroristas, con la complicidad de parientes, amigos o meros
intermediarios de la delincuencia. Seguimos sin saber que
ceutí (o residente en Ceuta) pagó la fianza que permitió al
famoso “Chino”, uno de los terroristas presuntamente
(subrayo) suicidados en el piso de Leganés tras la masacre
del 11-M, salir de la cárcel de Tetuán...
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