El club Los Delfines ha vuelto a tener un papel protagonista
en la celebración de la Copa 500 disputada en Castrelo do
Miño durante todo el fin de semana. Dos son los metales, una
plata y un bronce, que la expedición caballa se ha colgado
en esta ocasión.
Ayer domingo, y como se viene repitiendo en las últimas
competiciones, las medallas corrieron a cargo de Isabel
Marín, tercera en categoría cadete, e Isabel María
Contreras, segunda entre las juveniles.
Ambas consiguieron de este modo su tercera medalla de la
campaña tras las logradas anteriormente en aguas de Sevilla
y Taboada.
Marín, que partía como una de las favoritas tras sus dos
recientes oros, tuvo que conformarse ayer con el tercer
puesto del cajón. A pesar de hacer una buena salida,
metiéndose en el trío de cabeza, la ceutí tardó en
reaccionar cuando la líder consiguió poco más de media
piragua de ventaja. Esta situación la obligó a pelear al
sprint por la plata con la segunda clasificada en aquel
entonces, entrando en meta finalmente tercera.
Por su parte, la otra caballa que subió al podio en Castrelo
do Miño, Isabel María Contreras, nunca gozó de opciones
reales de victoria en su final ya que, a pesar de su buena
arrancada, siempre tuvo por delante a la ayer vencedora en
aguas del embalse gallego. Sin embargo, la competitividad y
el coraje de la ceutí le sirvió para recortar distancias
hasta llegar a jugarse el triunfo en los últimos metros.
Desgraciadamente, el esfuerzo por recortar diferencias le
pasó factura, quedando relegada al segundo puesto final.
Los otros finalistas
Los otros palistas de Los Delfines presentes en finales A
ayer, Francisco Molina y el K2 de la pareja formada por
Álvaro Marín y Mohamed Chellas, no tuvieron la misma fortuna
que sus compañeras de equipo.
Molina, integrante de la selección nacional cadete, finalizó
en la quinta posición, demostrando que su trabajo y esfuerzo
en el Centro Rendimiento de Asturias no es baladí, sino muy
fructífero.
La sorpresa grata de la expedición caballa corrió a cargo
del K2 sénior. Chellas y Marín fueron octavos, mejorando
cinco puestos desde su cuarta plaza en la final B de la Copa
1000 de Taboada de semanas atrás. Este buen resultado hace
creer que la pareja podría optar a cotas mayores
proximamente si comienzan a entrenar de manera conjunta.
El resto de participantes ceutíes en liza en la competición
gallega disputaron finales B en la jornada de ayer. El mejor
clasificado entre ellos fue el juvenil Jesús Soler, con un
meritorio tercer puesto.
El caballa, en su primer año en la categoría, demostró que
por potencial y ganas pronto será un habitual en las finales
A al entrar en meta en el mismo segundo que sus dos
antecesores.
El último caballa en competición, el sénior Álvaro Marín,
acabó en séptimo puesto su participación en Ourense. Una
buena plaza final si se tiene en cuenta que a la prueba
acudió la selección nacional absoluta prácticamente al
completo.
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