El Juzgado de lo Penal Número Dos de Ceuta sentó ayer en el
banquillo de los acusados a A.L.H por un delito contra la
salud pública. El hombre fue interceptado en la Estación
Marítima de Ceuta cuando intentaba embarcar con su vehículo
en el que se le decomisaron tras la intervención policial un
total de 10 kilos de hachís.
Los hechos sucedieron el pasado 24 de marzo. Según comentó
el agente de la Guardia Civil que intervino el vehículo, el
perro policía detectó “algo extraño” en el coche que
conducía A.L.H., por lo que se le informó de que se le iba a
realizar un cacheo en profundidad.
“Tras abrir el maletero nos dimos cuenta de que había sido
manipulado por lo que procedimos a desmontar el depósito del
combustible y allí fue donde hayamos la droga”, indicó.
En esa intervención se decomisó un total de 9.579 gramos de
resina de hachís envueltos en bellotas dentro de diferentes
botellas de plástico. Esta sustancia tal y como informó la
Fiscalía, habría alcanzado en el mercado un valor de 13.314
euros.
El acusado indicó ante el Tribunal que en ningún caso
conocía la procedencia de esas sustancias y que él
simplemente se dirigía a Algeciras a visitar a un sobrino.
A la pregunta del Ministerio Fiscal de cómo explicaba
entonces la colocación de la droga en su coche, el hombre
comentó que semanas antes había llevado a un taller de
reparaciones de Marruecos su vehículo para que le
corrigieran un desperfecto en el contador del depósito de
combustible “así que seguramente han sido ellos los que han
puesto ahí la droga”. Pero pese a las preguntas de la
Fiscalía fue incapaz de dar ningún nombre de los que según
él habían cometido el delito.
Pese a que el Ministerio Fiscal intentó la conformidad
reduciendole la pena a sólo tres años de prisión, el
detenido, insistiendo en su inocencia quiso celebrar el
juicio. La pena exigida finalmente es de tres años y cuatro
meses de prisión.
El juicio quedó visto para sentencia.
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