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sociedad - MARTES, 10 DE ABRIL DE 2007


Monseñor Amigo Vallejo. REDUAN.

carlos amigo vallejo / arzobispo de sevilla
 

“Ceuta es un estilo, una ilusión y un gusto por las cosas: una cultura”

El arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo
Vallejo, visitó ayer la ciudad para participar
en la presentación del último libro del deán de la Catedral, Alejandro Sevilla Segovia
 

CEUTA
Gonzalo Testa
gonzalotesta@elpueblodeceuta.com

Coleccionista de licenciaturas (inició los estudios de Medicina, que abandonó pronto para ingresar en el noviciado, y terminó los de Teología, Filosofía y Psicología), monseñor Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla desde 1982 y antes de Tánger, pasó ayer por Ceuta con el mismo motivo que lo hizo en 1993: participar en la presentación de un libro del deán de la Catedral, Alejandro Sevilla Segovia, en esta ocasión ‘Hermandades y Cofradías de Ceuta. Aproximación a su historia’. Amigo, adscrito por una parte de la Iglesia española al sector más progresista del episcopado nacional, defiende el derecho de la Iglesia a “expresarse” y reconoce que después de unos inicios difíciles con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ahora las cosas “han cambiado”. Además, advierte: “la multiculturalidad, a veces, es una filfa”

El único tópico que visitó monseñor Amigo durante la entrevista fue para decir, en los prolegómenos previos, que Ceuta está “muy cambiada”. A partir de ahí, “el menos carca” de los miembros de la Conferencia Episcopal Española, como le definen algunos sacerdotes, demuestra que la suya es una opinión libre que, como defiende con raza de sus compañeros, merece ser escuchada se comparta o no.

Pregunta: Viene usted a Ceuta, con las imágenes de la reciente Semana Santa todavía en la retina, a presentar un libro sobre las Hermandades y Cofradías locales. ¿Es usted de los que advierten en este tipo de celebraciones de origen religioso una pérdida de ese carácter en favor de otra cosa más social, más festiva?

Respuesta: En alguno sitios llevamos más de 600 años reflexionando sobre ese tema. Cada época tiene sus propias dificultades, su tendencia a destacar una cosa u otra, pero creo que el carácter religioso en las Hermandades y Cofradías no sólo no se ha perdido sino que se trata de profundizar en él cada vez más. Que, con la globalización, haya mucha otra gente que participa de sus actividades de una forma más cultural, más turística, es lógico y no quiere decir que hayan perdido su religiosidad.

P: ¿Le preocupa más el declive de las vocaciones sacerdotales?

R: La Iglesia es universal y, a esa escala, el número de vocaciones ha crecido. Si hablamos de Ceuta, de Sevilla, de España, los espacios que representamos, sí hay una crisis real de vocaciones y no sólo a la vida sacerdotal o religiosa. Yo creo que en la juventud hay una crisis de identidad, de lo que quieren ser. No sabría decir cuáles son las razones, pero sin duda deben ser hondas y profundas. Dios sigue llamando, sigue tocando el corazón de las personas, pero a los jóvenes... A unos les da miedo, a otros les asusta comprometerse para toda la vida, a otros les parece que lo que pueden hacer dentro de la Iglesia también lo pueden hacer fuera...

P: Dios sigue llamando y las vocaciones, a nivel mundial, son más, pero sobre todo los llamados países subdesarrollados. ¿Dios no llama a los ricos o es que los ricos no queremos escucharle?

R: Dios llama en todas partes, pero en los países desarrollados seguramente tenemos la sensibilidad orientada hacia otras cosas. En nuestro mundo es más fácil que una persona diga que con mucho gusto cede una parte de su dinero para hacer ciertas cosas antes que hacerlas por sí misma. En palabras sencillas podríamos decir que en esta parte del mundo seguramente nos sobra dinero y nos faltan abrazos.

P: Hablemos de la feligresía en general. ¿La Iglesia se ha visto obligada a flexibilizar sus requisitos para no quedarse sin fieles, o al menos para no perder a buena parte de ellos? ¿Está usted de acuerdo con esa postura?

R: Eso de que hay que bajar el listón para que no se nos marche el personal no me gusta. A un joven, por ejemplo, cuando le pides poco no te da nada, y no hablo de dinero. No creo que la blandura vaya a atraer a más feligreses; lo que atrae es la autenticidad. La Iglesia no puede dejar de ser como es para tener más fieles. Hace tiempo hicimos una encuesta informal y llegamos a la conclusión de que donde conocían a los sacerdotes había una alta valoración de ellos y donde no la población era, cuando menos, indiferente hacia el clero.

P: ¿Tal vez a eso se debe el auge de ciertas corrientes digamos más estrictas, tal vez más ‘auténticas’, como el Camino Neocatecumenal y similares?

R: Ciertamente hay grupos como el Camino, Comunión y Liberación, los Carismáticos o los Focolares, por citar los más conocidos, que aparecen como muy definidos, muy auténticos en tanto que parece que creen en lo que dicen y tratan de transmitírselo a los demás. Pero lo mismo podemos decir de las Hermandades y Cofradías, grupos humanos con los que los jóvenes se sienten identificados y a los que se acercan muchos. Las cosas que no se saben si son un club de fútbol o una entidad religiosa, los indefinidos, no tienen atractivo alguno.

P: Ceuta ha hecho bandera de la multiculturalidad y usted ha sido arzobispo de Tánger más de 10 años, además de preocuparse también después por la relación cristianismo-islamismo. ¿Cómo está viendo la evolución de esa relación durante los últimos años?

R: Ese es un tema que he seguido lo más cerca posible, sobre todo cuando estaba en Tánger [1974-1982]. Lo de la multiculturalidad algunas veces me ha parecido un camelo. Ceuta no es sólo una ciudad, es una forma de ser, es un estilo, es una preocupación, una ilusión y un gusto por las cosas. Y una cultura. Aquí hay muchos protagonistas que conviven, magníficamente, y cada uno debemos conservar nuestra cultura porque la multiculturalidad, si se utiliza para descafeinarlo todo, es una filfa, es un engaño.

P: Durante los 3 últimos años ¿ha tenido la sensación de que el Gobierno central ha sido especialmente beligerante con la Iglesia española?

R: Más que beligerante percibimos, sobre todo al principio, cierta autosuficiencia, pero la Iglesia no es sólo la Conferencia Episcopal, sino todos los españoles que profesan la fe católica. Creo que en ciertas declaraciones en las que se decía que el Gobierno no necesitaba a la Iglesia para nada, que nos iba a poner en nuestro sitio, y creo que por desconocimiento de la realidad, porque por ejemplo en manos de la Iglesia está el 80% del patrimonio español.

P: Pero algunas leyes han abierto verdaderas llagas, al menos a juzgar por ciertas declaraciones desde la Conferencia Episcopal

R: Ha habido proyectos que no nos han gustado, pero no sólo como Iglesia, sino también como ciudadanos del mundo. No obstante, debo decir que después de esos inicios titubeantes las cosas han cambiado e incluso, por ejemplo con el tema de la inmigración, ha sido al revés: se nos ha pedido ayuda y nos hemos volcado, y nuestras Cáritas, por ejemplo en Ceuta, están prácticamente esquilmadas por ayudar y atender, como es su obligación.

P: ¿Ha percibido como injustas las críticas al supuesto conservadurismo exacerbado de la Conferencia Episcopal Española?

R: Sobre todo me han disgustado las críticas de quienes, defendiendo la libertad de expresión, no aceptan que la Conferencia se exprese. Todos tenemos los mismos derechos y todos jugamos con la misma baraja porque, si no, se rompe. Con todo, las personas públicas estamos expuestas a la crítica y debemos aceptarla.

P: ¿Ha seguido el caso de la iglesia de Juan Carlos Borromeo, en Madrid?

R: Lo he seguido a través de los medios y de algunas conversaciones que he podido tener. Creo que esto son anécdotas. Debemos ser consecuentes con lo que decimos y no estamos hablando sólo de la liturgia. Eso es lo que ha salido, pero hay otras cosas y las personas que están cerca, en la Diócesis de Madrid, habrán valorado todo. Estos problemas tan locales hay que conocerlos desde muy cerca para pronunciarse.

P: Cuando murió Juan Pablo II usted estuvo en algunas quinielas como papable. ¿Qué le parece el trabajo que ha desarrollado hasta ahora Benedicto XVI?

R: Admirable. Ayer [por anteayer] veía la muchedumbre que le acompañaba en la celebración de la Pascua y creo que ni Juan Pablo II reunió a tantos fieles. Cada Papa suceder a San Pedro y es diferente, tiene su estilo y su forma de ser. Este se caracteriza por su sencillez y de estos dos años yo destacaría su magnífico magisterio: la gente escucha al Papa y le entiende.
 

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