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OPINIÓN - LUNES, 9 DE ABRIL DE 2007

 
OPINIÓN / EDITORIAL

El próximo Pleno, un “fiel reflejo” social

El presidente del Partido Popular de Ceuta, Pedro Gordillo, asumía ayer, en este periódico, que seguramente ha sido “un error” de todos los partidos de la ciudad la aparente indiferencia con la que, al menos en el escaparate público, la comunidad mayoritaria de la ciudad ha mirado hasta ahora a las otras tres. Parece que el ese ostracismo público va a llegar a su fin, y siendo bueno en sí mismo, el gesto demuestra un avance en la integración, en la cohesión, social ceutí. Que el PP, con un electorado eminentemente cristiano, haya asumido como eje de su discurso la atención hacia la comunidad musulmana, populosa pero también la que más desempleados y ciudadanos con escasos recursos y todo tipo de necesidades aglutina, es un ejemplo práctico de que todos, incluso los que le votan, son iguales. Lo mismo puede decirse del PSOE y, al revés, de la UDCE. Los dirigentes de este último partido, el segundo más representado en la Asamblea, han hecho un esfuerzo sincero por incluir en puestos preeminentes de su candidatura. No deja de ser también un hecho destacable en tanto que sus líderes reconocen como un déficit el poco ‘voto cristiano’ que reciben.

Es un hecho positivo y deseable que los principales partidos de nuestra ciudad consideren casi obligatorio que sus listas sean un “fiel reflejo” de la composición de la sociedad a la que se dirigen. Incluso, sin entrar en un juicio de intenciones, aunque lo hagan por puro electoralismo. En este sentido tiene mucho valor que Gordillo asegure que la pluralidad no se va a ver “a partir del número 20”.

El Pleno es un territorio a conquistar aún por la multiculturalidad de nuestras calles, y lo que han dejado atisbar PP, UDCE y PSOE hasta la fecha sobre sus proyectos para los próximos cuatro años, al menos en lo que a quienes los van a defender con su nombre y su cara en sede institucional, deben contribuir a ir acabando con esa tara. Sobre todo, y ahí está lo verdaderamente importante, porque ninguno dice creer en cupos. Tener la seguridad de que los candidatos de cultura hindú, hebrea, musulmana o cristiana que estén las listas que se darán a conocer la próxima semana no se han ganado esa distinción por sus costumbres o su credo, sino por su vocación política y sus aptitudes para ejercerla les han hecho merecedores de ello invita a contemplar con más satisfacción el próximo ciclo político.
 

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