José Ángel de la Casa ha
sido jubilado antes de cumplir la edad, debido a una
Regulación de Empleo hecha por Televisión española. El
periodista deportivo ha estado casi tres décadas como
comentarista de fútbol. De modo que ha puesto su voz a
cientos de partidos y ha participado en siete Campeonatos
del Mundo. Lo cual no le ha impedido retransmitir ocho
Juegos Olímpicos.
Su despedida de TVE, hace ya unos días, ha propiciado que a
De la Casa se le estén dedicando bastantes comentarios donde
priman las alabanzas y artículos donde destacan los
ditirambos. Y conviene decir, cuanto antes, que son más que
merecidos.
José Ángel de la Casa se dio pronto cuenta de que las
retransmisiones futbolísticas de nuestra televisión eran
técnicamente superiores a la de otros países europeos. Por
ese motivo, de una gran importancia, el narrador entendió
que no estaba haciendo radio. Y lo primero que asumió fue
que tenía que hablar lo justo y hacerlo con un tono nunca
molesto para los televidentes.
Llegaba el periodista toledano, procedente de una radio
donde la fogosidad del verbo de Matías Prats había
hecho escuela y no pocos comentaristas trataban de imitarlo,
sin fortuna, claro es, en lo tocante al verbo ampuloso del
cordobés, pero si en en cuanto a su prolijidad. Lo que
llevado a la televisión resultaba, y resulta, un desastre.
Miguel Delibes, que jugaba al fútbol en su juventud,
en el Colegio de Lourdes de Valladolid, mientras su
compañero, Manolo Alcalde, sentado en un rincón del
patio, “anotaba un verso, corregía una palabra o titulaba un
poema”, ha dicho siempre que para perfeccionar las
retransmisiones de fútbol bastaría con que el locutor
advirtiese que estamos viendo lo mismo que él y que si acaso
precisamos alguna ayuda es para que nos recuerde el nombre
del jugador que en cada momento toca la pelota. Nada más.
Pues bien, el profesional que mejor ha cumplido los deseos
de Delibes, y sin duda de muchos otros, entre ellos yo, ha
sido el hombre que TVE ha decidido darle la boleta. De la
Casa ha sido un gran regateador de la verborrea. Nunca se ha
extendido en sus comentarios. Hasta el punto de que tachaban
de laconismo, de forma peyorativa, lo que no dejaba de ser
una actitud magnífica de un excelente profesional.
No obstante, a JAC le fallaron los glosadores. Los
profesionales que debían poner los puntos sobre las íes en
relación con los aspectos del juego que se les escapan a los
aficionados. En unas declaraciones, he leído que el
periodista destaca la compenetración habida con Miguel
González Michel. Puesto que estuvieron ocho años
juntos. Y si él lo dice, sus razones tendrá. O a lo mejor se
refiere a que en ese deambular por el mundo congenió con
Michel más que con otros glosadores. Porque del actual
entrenador del Madrid- Castilla, yo sólo recuerdo
comentarios insustanciales. Y opiniones de tres al cuarto Y,
además, tiempo hubo en el cual no se atrevía a juzgar a
muchos de los participantes. Tal vez por amistad o por temor
a quedar mal ante quienes habían sido compañeros suyos.
Esta crítica a Michel, se debe a que la categoría narradora
de José Ángel de la Casa bien merecía haber contado con
alguien cuyas explicaciones y comentarios hubieran sido muy
provechosos. Su buen hacer como periodista televisivo,
tampoco tuvo la mejor respuesta con las opiniones de
Julen Guerrero.
Ya va siendo hora de que las televisiones busquen glosadores
entre los mejores, que los hay, aunque no hayan sido figuras
relumbrantes. ¿Por qué no Mel, Lalo..., entre otros?
La verdad es que se ha marchado un gran locutor del fútbol
televisado.
|