La rehabilitación íntegra de la sinagoga de Bét-El entra en
su recta final. El retraso en la finalización de las obras
se ha producido por los trabajos de impermeabilidad en la
azotea. Labor especialmente compleja porque el edificio
aquejaba de un gran número de goteras. Más de un mes de
alargamiento del proceso de restauración frente a la fecha
estipulada que tiene ahora como fecha tope los últimos días
de abril. Si todo sale como el presidente de la comunidad
judía, José Bentolila, planea, mayo se erige como el mes de
reapertura de las puertas del inmueble.
La fachada del edificio está completamente terminada, “salvo
retoques puntuales de última hora” al igual que sucede con
la entrada a la sinagoga. El interior constituye el último
repunte tras culminar la zona de aseos y reformar una
habitación que servirá para acoger encuentros culturales
entre las cuatro comunidades religiosas.
Tal como señala Bentolila, se ha habilitado un espacio para
que, en próximos meses, se desarrollen reuniones y charlas
de diversos temas artísticos. “Se trata de fomentar el
intercambio cultural entre todos los colectivos de la Ciudad
Autónoma”.
La rehabilitación de la sinagoga de Bet-El estaba previsto
que culminase a primeros de marzo, tal como estipula el
convenio que la comunidad judía mantiene con la Ciudad
Autónoma. Sin embargo, la remodelación de la fachada ha
ralentizado los trabajos que arrancaron hace ya casi un año,
en mayo de 2006, tras 30 años desde su inauguración.
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