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OPINIÓN - JUEVES, 5 DE ABRIL DE 2007

 
OPINIÓN / EL MAESTRO

Guillermo

Por Andrés Gómez Fernández


Guillermo Molina estudió su escolaridad obligatoria, hasta 2º de ESO, en el C.P “Maestro Juan Morejón”. Fui muy afortunado por haberlo tenido en mi tutoría, justamente cuando finalizaba el primer ciclo de la ESO. Guillermo era un alumno, todavía con 13 años, que destacaba por su gran corpulencia. Practicaba todo tipo de deportes, pero preferentemente, la natación. Todas las tardes se entrenaba en el “Caballa”.

Destacaba, aparte de sus condiciones físicas, para la práctica del deporte, por su nobleza y generosidad. Atesoraba una serie de virtudes que hacía que todos sus compañeros, lo adorasen. En los recreos se veía, de forma continua, asediado por ellos. Todos querían tenerlo por amigo.

En aquellos momentos, no tenía muy claro lo de su dedicación exclusiva a la natación, si bien, no dejaba de entrenar. Él quería ser también un gran jugador de balonmano. Era que, por sus condiciones físicas, podría destacar en cualquier modalidad deportiva.

Con frecuencia intercambiamos opiniones sobre su definitiva dedicación. Jugó, en este sentido, un papel muy importante, decisivo, su profesor de Educación Física. Y su decisión fue la de inclinarse por la práctica del waterpolo. Sin embargo, en las competiciones escolares participaba con el equipo del Colegio, en la categoría correspondiente, en la modalidad de balonmano. En cuanto se refiere a su rendimiento escolar, hacía grandes esfuerzos para conseguir superar sus cursos. Cumplía con todas sus áreas. Era lógico que así sucediera, por su gran dedicación a los entrenamientos. Disponía de poco tiempo para ocuparse de las actividades del Colegio.

Con él se presentaba en el aula un serio problema: el de su colocación. Él lamentaba que siempre se veía relegado al final. Colocarse delante impedía que los demás se sintieran cómodos. Con su enorme cuerpo, representaba un obstáculo. Por otra parte, añadir la dificultad de su mesa y silla, no adaptada a su anatomía. Todo ello suponía para él un gran sacrificio, ya que, sobre todo, lo que más le interesaba, para estar más atento en clase, era ocupar los primeros lugares. Conocí de sus éxitos iniciales, al dejar el Colegio. Por sus vacaciones, o en cualquier otra ocasión, siempre nos visitaba.

Ahora, en la actualidad, de nuevo Guillermo, salta a la popularidad. ¡Nada menos que ser elegido el jugador más valioso de waterpolo, en el Campeonato del Mundo celebrado en Melbourne! Y, además, haber conseguido la medalla de bronce, lo que hará que España esté presente en los próximo Juegos Olímpicos de Pekín.

En su línea de modestia, al conocer su elección, manifestó: “Estoy sorprendido por el galardón, no lo esperaba, pero este premio no hubiera sido posible sin el trabajo de todo el equipo” (también fue incluido en el siete ideal del torneo). Con respecto a la medalla conseguida, se expresó así: “Quiero felicitar al equipo, a los técnicos y a la Federación. Esto no se consigue así porque sí; es el esfuerzo de mucha gente y hemos conseguido la tercera plaza. Teníamos mucha confianza, queríamos ganar esta medalla, y ahora a disfrutar de este momento”.

Por lo que se refiere al futuro de la Selección, Guillermo dijo lo siguiente: “Desde que se ha iniciado este nuevo proyecto sólo quedamos dos jugadores del equipo que ganó el Mundial en Fukuoka, sabíamos que teníamos buenos jugadores, pero debíamos ser un equipo trabajador, y lo estamos consiguiendo…”. Y sueña con una medalla el próximo año en Pekín “Se puede soñar, pero siempre saliendo con la misma mentalidad. Hay siete u ocho equipos que pueden ganar el título y puedes quedar quinto o primero…”. Guillermo Molina, el alumno que salió de las aulas del C.P. “Juan Morejón”, en la elite del waterpolo mundial.
 

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