A José Antonio Rodríguez,
viceconsejero de turismo, se le pueden achacar algunos
fallos en sus gestiones, pero lo que nadie le puede negar,
al viceconsejero, son sus enormes ganas de trabajar y atraer
turismo hacia nuestra ciudad. De hecho le hemos criticado,
desde esta misma página, en alguna ocasión cierta
determinación referente al turismo del sombrerito. Pero a
igual que lo hemos criticado, en algunas ocasiones, es justo
reconocer los éxitos obtenidos por le viceconsejero de
turismo que superan en mucho sus posibles errores. Al César
lo que es del César y, hoy por hoy, sus aciertos al frente
de de su aérea superan las expectativas de su gestión.
La celebración del “Día de Ceuta” en la feria del Puerto, ha
constituido un gran éxito, gracias al bien hacer del
viceconsejero de turismo. Con motivo de ello, autoridades,
personalidades y reputados miembros de la hostelería del
Puerto se desplazaron hasta nuestra tierra, para estar
presente en este acto de presentación del cartel de sus
ferias, que finalizó con una degustación de los productos
que nos pueden ofrecer ese trocito maravilloso de pueblo de
la bahía gaditana, envuelto en luces de mil colores de su
únicos amaneceres, reflejándose sobre las aguas del río
Guadalete guardador, entre sus aguas de amores y desamores,
de risas y de penas, las historias jamás contadas de ese
pedazo de tierra, donde vino al mundo mi amigo y compañero
Manolo de la Torre.
Manolo fue el perfecto anfitrión entre esos dos pueblos que
le tienen rota el alma de tanto quererlos, Ceuta y el Puerto
o el Puerto y Ceuta, que tanto monta, monta tanto, a la hora
de repartir su cariño entre ambas ciudades. Por eso, no es
de extrañar que Manolo que se la da de duro, de hombre
curtido en mil batallas, unas lágrimas rebeldes se escaparan
resbalando por sus mejillas cuando sintió, a sus paisanos,
cantar el “vaporcito”. Barquito famoso en toda la bahía
gaditana, que entre sus viejas maderas guarda trozos de las
historias nunca contadas de aquellos niños que nadaban entre
las aguas del Guadalete mientras el “Vaporcito” hacia sonar
sus sirenas, haciéndoles saber que se acercaba.
Dejándome arrastrar por el entusiasmo de Manolo me acerqué,
hasta el Tryp, para asistir al acto de presentación de la
hostelería de ese pedazo de tierra de la bahía gaditana que
es el Puerto, donde mi compañero y amigo me fue presentando
a lo más granado de las personalidades del Puerto asistentes
al acto.
En cada presentación me fui dando cuenta, por la cantidad de
anécdotas que contaban de Manolo, que éste era muy querido
por sus paisanos. Desde Rafael Osborne hasta Eugenio pasando
por todas la autoridades y personalidades presentes. Para
todos tuvo, Manolo, la frase adecuada en el momento
oportuno. A eso se le llama, saber estar.
Le prometo a Rafael Osborne que si voy a la feria visitaré
sus bodegas y a mi amigo Eugenio el dueño del hotel los
Cántaros que nos tomaremos una copa. Oiga, amigo guardia, no
es por nada, pero El Puerto y sus gentes me han ganado para
la causa. Seguro que quien más ha influido, en el asunto, es
Manolo. Ese pedazo de amigo que muere por sus dos amores: El
Puerto y Ceuta
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