Lunes de pasión, empieza la cosa
esa de la Semana Santa y, como todas ella, se inicia la
huida hacia el otro lado de la orilla para pasar esas
pequeña vacaciones, donde nos gastamos más dinero que
quedándonos en nuestra tierra pero, las cosas como son,
según dicen son unas mini vacaciones necesarias para darle
un reposo al cuerpo agotado de tanto trabajar. Y si eso
dicen, sus razones tendrán quienes lo dicen aunque, después,
al regreso sean muchos lo que digan que el año que viene no
se mueven de sus casas ante el dineral que se han gastado.
Que conste, en acta, que no es ninguna critica hacia todos
aquellos que se toman estas mini vacaciones es, simplemente,
comentar lo que a la vuelta de las mismas, en la mayoría de
las ocasiones, es el comentario generalizado sobras la pasta
que se ha gasto y que el próxima año en casita que sale más
barato. Incluso habrá quien piense que como en casa de uno
no se está en ninguna parte y, a la hora del descanso, se
descansa mucho más y mejor. De todo tiene que haber en la
viña del Señor.
Esto de las mini vacaciones de Semana Santa, se quiera o no,
se ha convertido en algo tradicional y nada nos importa, a
la hora de realizarlas, si el euro nos hace cada día más
pobres o si las hipotecas no paran de subir. Para todo
tenemos salida echando mano a la consabida frase, de “todo
se pagará” o “para cuatro días que vamos a vivir”. Lo malo,
de todo esto, es que se vive más de cuatro días y el “todo
se pagará”, si hay dinero para pagarlo. Nadie sabe, nada más
que el que lo tiene que pagar, lo caro que sale un préstamo
con sus intereses correspondientes.
Por cierto, hablando de préstamos e intereses
correspondientes, ni se pueden imaginar lo que se utilizan
los mismos para pagarse esas mini vacaciones. Y es que, los
bancos amigos, que para eso son amigos y bancos, nos dan
toda clase de facilidades a la hora de pasar por la mesa
correspondiente donde se jarta usted de firmar papelitos,
para conseguir esa cantidad de euros que nos permita pasar
unos días de descanso.
Algunos, los pudientes, esos a los que le sobra el maldito
parné, se cogen estas pequeñas vacaciones, para descansar de
haber descansado, y se marchan a practicar su deporte
favorito en la nieve, que es una forma preciosa de
descansar, ponerse moreno, aunque se quedan las marcas de
las gafas en la cara y realizar los correspondientes
negocios que de enterarse, más de uno, se quedaría “blanco”.
Lo de “blanco” lo digo por la nieve. No se vayan a creer
otra cosa, que hay mucho mal pensado en cuanto hago el menor
juego de palabras
Seguro que mañana será el día fuerte de las salidas masivas
y los consabidos en las salidas de los transbordadores, ante
las avalanchas, de vehículos y personal, que se les
presenta. Así, queridas criaturitas, armarse de paciencia y
no pagar con ningún familiar todas estas anomalías que
sucederán. Ya lo decía, la sabía de mía abuela, nunca hay
que perder la paciencia. Así que tranquilitos y cuidadin con
las carreteras. Tengamos las fiestas en paz.
A la vuelta, no esperéis para embarcar a última hora.
Felices vacaciones y buen regreso a casa.
|