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El camino hacia las elecciones
autonómicas y locales se inició oficialmente el pasado
viernes cuando el Consejo de Ministros aprobó el Real
Decreto que las convocaba.
Durante la jornada de ayer los presidentes autonómicos con
competencias en la materia, es decir trece de ellos,
aprobaron sus decretos de convocatoria para estos comicios,
en tanto que los de las Asamblea de Ceuta y Melilla más los
de los 8.100 municipios de España les valdrá con que sea el
Estado el que fije oficialmente la cita con las urnas el
próximo 27 de mayo.
Dicho esto, los plazos comienzan no a correr, sino a volar.
De hecho desde hoy mismo, 3 de abril y hasta el 17 de mayo
puede solicitarse el voto por correo aunque el plazo para
enviar la papeleta con el voto se prolonga hasta el 23.
Pero no queda ahí la cosa, desde mañana día 4 y hasta el día
13 de abril deberá comunicarse a la Junta Electoral de Zona
la creación de coaliciones electorales. Entre las fechas
importantes figura la del 18 de abril porque desde ese día y
hasta el 23 de este mismo mes se encontrará abierto el plazo
para la presentación de candidaturas, esto es, las listas
con las que cada formación política concurre ante las urnas.
La campaña electoral queda fijada durante los quince días
previos al 27 de mayo, siendo el 26 de reflexión.
Por tanto la llamada carrera electoral ha comenzado
oficialmente, no la campaña pero sí la tan aprovechada pre-campaña.
Los partidos políticos se acicalan internamente para ofrecer
la mejor de las imágenes posibles hacia los ciudadanos,
verdaderos protagonistas el 27 de mayo.
Los mensajes a partir de ahora irán tornándose cada vez más
duros entre quienes encuentren que esa forma de interpretar
la pugna política llama más la atención y provoca más
titulares con los que llegar a un mayor número de votantes.
En definitiva, distintas serán las estrategias, unos con
lenguaje más moderado, otros más exaltados, pero el objetivo
es el mismo, aumentar el número de diputados que les
representen en la Asamblea.
Una campaña límpia en buena lid sería lo deseable.
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OPINIÓN / EDITORIAL
