Como advertía ayer el Editorial de
este periódico, no es raro que por estas fechas coincidan
importantes celebraciones religiosas de las comunidades
hebrea, cristiana y musulmana. Bien está aunque no del todo,
pues en un Estado nominalmente aconfesional como el español
no estaría de más otra fecha que agrupara a la gran masa de
agnósticos y librepensadores, numéricamente cada vez más
significativos en la Península y discretamente presentes
(solemos ser gente tolerante y educada) en una ciudad que
destila religión, envuelta la mayor de las veces en dogmas y
fanatismos varios (esto va por todas las confesiones) como
ocurre en Ceuta. Las fiestas (las religiosas inclusive)
pueden ser divertidas, pero también peligrosas por lo que
tienen de emponzoñamiento de las mentes, muchas desde la más
tierna edad: manipula que algo queda.
Por lo demás las religiones abrahámicas presentan, como
todas, un componente irracional anclado en la más oscura
mitología: si resultara (es un ejemplo, aunque nada
descabellado) que al final Moisés no existió, se irían al
‘carallo’ no solo los mitos fundacionales del Judaísmo, sino
a caballo del rebufo el Cristianismo y el Islam. Ayer fue
Domingo de Ramos, muy palmero y muy bonito. Pero díganme,
¿qué tiene que ver el cristianismo católico (cuyo fundador
fue el converso –y agente romano- San Pablo y su impulsor el
emperador Constantino) con la figura judía del Mesías?. La
tergiversación de la Biblia hebrea por parte del
Cristianismo a mí me parece obscena. ¿Y el Islam, que
celebra estos días el nacimiento del “sello de la profecía”,
Mahoma?. Me enternecen las llamadas a la paz y la
convivencia de unos y de otros (sobre todos de los últimos),
pero el tal Mahoma, inventor del Corán, no fue precisamente
un individuo pacífico. De todos los profetas el único que
para mí se salva del lapidario es Jesús, el Jesús de los
Evangelios claro, no esa figura patéticamente prostituida
por las Iglesias. Volviendo a “San Mahoma” a mí me parece
(después de estudiada en detalle su figura y obra) que, si
viviera y escribiera hoy día (aunque fuera al dictado
después de oír al “ángel” Carlos Jesús, ¡zas-zas!) sospecho
que él y su famoso libro (el más vendido en los últimos
años) irían directamente al juzgado de guardia. Pero, dado
que somos estúpidamente tolerantes, permitimos que se enseñe
en las escuelas como si se tratara de una publicación
inocua. Ya nos vale. Y ya lo pagaremos.
Lo dicho. Salgo corriendo a celebrar a todos con una
caliente ‘queimada’ y suculentos chorizos de ‘jalufo’ a la
sidra. ¡Agnósticos, ateos y librepensadores, uníos!. Paz y
salud, hermanos.
|