El pronóstico del tiempo ya preveía lluvia y lo cierto es
que la Semana Santa de este año ha comenzado con mal pie.
La Venerable Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos
del Dulce Nombre de Jesús en su Entrada Triunfal en
Jerusalén, Nuestro Padre y Señor de la Sangre Orando en el
Huerto, Madre de Dios de la Palma y San Juan Evangelista,
bajo los sones de la marcha “Resplandor en Otero” aprovechó
un claro para que el paso de misterio del Dulce Nombre de
Jesús apareciera por la puerta de la Capilla de Madre de
Dios de la Palma y San Bernabé tras la Cruz de Guía y el
cuerpo de nazarenos del cortejo.
A pesar que los nazarenos llegaron a salir de la Iglesia,
una pequeña llovizna que se produjo justo alrededor de las
seis y media de la tarde, hizo desistir a la Hermandad de
iniciar su salida procesional.
Numeroso público, como es costumbre, se dió cita en los
alrededores de la Capilla de San Bernabé para ver salir a
los dos pasos. Los comentarios entre los presentes hacían
alusión al mal estado del tiempo, pero no cabe duda que aún
existía alguna esperanza.
Cuando, por fin, se comunicó ya que no se saldría, hubo
instantes de mucha emoción, porque los costaleros salían
llorando fuera de la Iglesia. Los esfuerzos de días
precedentes no habían merecido la pena. Y como siempre, las
condiciones climatológicas son quienes tienen la última
palabra a la hora de la brillantez o no de estas salidas
procesionales.
Entre las personas que acudieron para presenciar la salida
de la popularmente conocida como ‘La Pollinica’ se
encontraba el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas,
quien, estuvo conversando con los policías locales que
estaban allí para regular el tráfico.
Después incluso que se decidiera no salir a la calle, animó
a los costaleros, insuflándoles ánimos ante la contrariedad
que acababa de vivir.
Lo cierto es que eran momentos de desolación. Una repetición
que se produce siempre dentro de los templos, cuando se toma
una decisión tan importante, como la de no salir a la calle.
Indudablemente, la Semana Santa 2007 no se ha iniciado con
buen pie. El año pasado fue, al final, cuando se complicaron
las condiciones meteorológicas. Ahora las hemos tenido desde
el principio.
Confiemos que el tiempo mejore en los próximos días, aunque
las previsiones que existen no apuntan en ese sentido.
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