No hay víctimas mortales aunque el accidente sucedido a las
17’30 horas de ayer en la subida desde Martínez Catena a
Juan XXIII ha sido realmente grave. Las obras que se
realizan en el mismo cruce de acceso al barrio [lo que
proporciona estrechez al mismo], más el estacionamiento de
un Renault Clio al lado de unas vallas que protegen la obra,
unido a que un vehículo [el Ford que bajaba hacia Martínez
Catena] tuvo que sortear al Clio estacionado, más el hecho
-absolutamente detonante- del exceso de velocidad en el que
subía un Volkswagen Golf hacia Juan XXIII, provocó el grave
siniestro que se cobró seis heridos.
El Golf subió a gran velocidad y no pudo sortear al Ford que
bajaba. En la misma curva -arriba en la subida- se produjo
la brutal colisión. El Volkswagen embistió bruscamente al
Ford que, a su vez, chocó contra un Renault Clio
estacionado.
¿Resultado?. Los conductores del Golf y del Ford sufrieron
varias fracturas. Las piernas de ambos recibieron la peor
parte.
Los tres ocupantes del Golf resultaron lesionados. El airbag
de piloto y copiloto resultó vital para evitar una desgracia
mayor. Los dos que viajaban delante fueron los primeros en
ser trasladados en ambulancia, mientras que una menor en el
asiento de atrás permanecía a la espera con un collarín,
afectada de un ‘latigazo cervical’. Un ocupante del Renault
Clio estacionado recibió el impacto y también resultó
lesionado leve. Peor lo llevaron los ocupantes del Ford que
resultó brutalmente embestido por el Golf. El más grave, el
piloto [la compañera sufrió un golpe en el pecho sin
gravedad] que tuvo que ser excarcelado por los bomberos al
quedar sus piernas atrapadas en el amasijo de hierro en que
quedó la parte lateral-delantera del coche en la zona del
conductor. Estabilizado por los técnicos del 061 en una
maniobra excepcionalmente profesional y coordinados con los
bomberos [esta vez se trataba de un hecho real] en una
alarde de buen trabajo, lograron -una vez cortado el techo
del vehículo- extraer el cuerpo dolorido, magullado, con las
piernas fracturadas, del conductor del Ford. La Policía
Local había acordonado el lugar facilitando el trabajo sobre
el terreno de los técnicos e, un trabajo coordinado y
sencillamente perfecto.
Treinta minutos después, los más graves se encontraban en
manos de los traumátologos de Urgencias en el Hospital del
Ingesa valorando la posibilidad de entrar en quirófano para
sanar los huesos fracturados.
|