Sentado termo en mano debajo de un
centenario tejo, saboreando un café de puchero endulzado con
miel de casa, meditaba sobre el valor de la tranquilidad,
felizmente alejado por un tiempo de la primera línea y de un
sinfín de pendejadas.
Mi contacto con el exterior se reduce a oír la radio por la
noche y, si hay línea, a bucear un rato en internet, gracias
al cual me he podido enterar de la excelente calificación
obtenida por Ceuta en cuanto a limpieza urbana. Enhorabuena,
aunque con un “pero”: ¿qué parte de la Ciudad ha sido
evaluada?. Lo digo porque, en Ceuta, hay “muchas Ceutas”…
Sé, claro, porqué lo escribo pero estamos en vacaciones, así
que corra la cosa.
Decía que procuro en lo posible sintonizar con emisoras
diferentes, pues por increíble que parezca una misma
información es interpretada a veces de forma aviesa y
enrevesada, tanto que paréceme retroceder hace más de
treinta años en los que “compensábamos” el boletín de
noticias de ‘Radio Nacional de España’ con las informaciones
radiadas en ‘Radio Pirenaica’, cortando luego por la calle
de en medio. A eso estamos llegando, a un sectarismo insulso
y soez entre insultos de todo tipo, patadas en los
testículos y un negro lenguaje “guerracivilista” que no
presagia nada bueno: ahí está, cerca en el tiempo y el
espacio, el espejo yugoeslavo. Me parece inconcebible que
una escritora como Almudena Grandes presuma de sus
intenciones (¿solo literarias?) de fusilar todos los días a
dos o tres y ningún progre solidario diga ni mú, o que
apenas levante polvo la injerencia directamente política de
importantes colectivos musulmanes incitando a no votar al
Partido Popular. ¿Qué ocurriría si la Iglesia Católica
pidiera que no se vote al PSOE? La que se iba a armar….. y
con razón. Pero los progretas y su entorno inmediato pueden
insultar, descalificar, amenazar y agredir sin que aquí pase
nada. Un síntoma más –y peligroso- del agrietamiento del
Estado de Derecho. En el frente internacional la situación
en el Golfo Pérsico se encona: los Estados Unidos se niegan
a utilizar como moneda de cambio a los iraníes apresados
dentro de Irak (parece que vinculados al entramado
terrorista de ascendencia shií), apoyando totalmente al
Reino Unido. La Unión Europea (y por tanto también España,
mal que le pese a los Zapa-Tinos) también cierra filas con
Londres. Teherán empieza a ponerse nervioso viendo que el
Reino Unido no está solo. Debemos enviar un mensaje muy
claro a la República Islámica de Irán: en esta crisis,
¡todos somos ingleses!.
|